La máquina de hacer rosquillas se ha puesto en marcha. Después de confirmarse como el pelotazo de la temporada (y de la década… y también de la historia del cine, tal y como pretenden vendernos), «Avatar» opta por la diversificación como estrategia para hacer pasta. Confirmadas las dos secuelas que convertirían la historia de los Na’vi en una trilogía (¿alguien ha empleado la palabra «pretenciosidad» aquí?), ahora resulta que también va a haber una precuela… Aunque esta no llegará por la vía cinematográfica, sino que será un libro que, si todo sale según lo previsto, se lanzará hacia final de año. Lo preocupante es que el autor va a ser el propio James Cameron y, teniendo en cuenta el bajo nivel de profundidad presente en la narrativa de sus films, miedo da pensar cómo aguantará el tirón durante unas 200 páginas (esperemos que no nos caiga encima un mamotreto de más de 500 páginas, por favor). Sea como sea, Jon Landau (el productor del film) ha dejado caer que «la obra servirá como fundación de ese mundo. No tendremos tiempo para contar estas historias en una película o en las secuelas«. Entre esas «historias» para las que no tendrán tiempo en las secuelas está el trabajo de campo de Sigourney Weaver. Pura fascinación, vamos.