Acabo de escuchar los casi cuarenta minutos que conforman este “Thistled Spring” (Kill Rock Stars / PopStock!, 2010) y la primera pregunta que se me viene a la cabeza es: ¿cómo no han conseguido llamar algo más la atención del público? Y más en estos años en la que todo lo que tiene que ver con el folk, el country y la americana está viviendo su propia época dorada y bandas como Bright Eyes, Iron & Wine o más recientemente The Tallest Man On Earth, por poner sólo algunos ejemplos, están viviendo algunos de los mejores momentos de sus carreras. Horse Feathers son un todavía mayoritariamente desconocido cuarteto proveniente de Oregon, un estado de paisajes y naturaleza idílica en la costa Oeste americana, liderados por el cantautor Justin Ringle. Este, tras unos años de probar suerte en solitario, se trasladó a Portland, donde fue conformando poco a poco la banda que nos ocupa. Se trata de una formación esencialmente acústica en la que tiene cabida todo tipo de aparamenta folkie como violines, banjos o mandolinas, siempre bien escoltada por la dulce voz de Ringle… Todo una gozada, pura dulzura.
“Thistled Spring” es el tercer disco de estos chicos: un trabajo que, haciendo honor a su título, apareció en mitad de la primavera de este año para poner fin a una sequía de dos años sin escuchar nada de material nuevo tras aquel prometedor “House With No Name” (Kill Rock Stars, 2008) que los comenzó a situar en el radar de la Pitchfork y similares. Ahora, Ringle y compañía nos ofrecen folk desde el principio, porque esa portada de motivos florales habla por sí sola, al igual que cada una de las diez canciones que conforman este trabajado disco, empezando por el piano de “Thistled Spring” hasta llegar al esperanzador final de “Heaven’s No Place”, donde cantan “With a pious patience please wait for that wife / By winter’s end you may come back to life”. En lo que queda en medio no hay desperdicio alguno: “Starving Robins” incorpora unos preciosos banjos que nos remiten a los recientemente llegados al mundillo Mumford And Sons, la tranquila e intimista “Cascades” o la adictiva progresión de “The Drought”, con esa instrumentación por la que suspiraría el mismísimo Sufjan Stevens. Pero en lo que “Thistled Spring” realmente difiere del resto de trabajos es que esta vez cuentan con un primer single con madera de hit que, no nos engañemos, es absolutamente necesario a día de hoy, sobre todo para estas bandas que están a caballo entre quedarse de por vida en el underground o bien dar un paso hacia la relativa popularidad. Esa canción, como ya habréis adivinado, no es otra que “Belly Of June”: una composición redonda y altamente pegadiza que viene complementada por uno de los vídeos más cutes vistos en los últimos meses.
Posiblemente hayas sido fan de Horse Feathers durante estos últimos años. Entonces, en “Thistled Spring” apreciarás pequeños visos de evolución: escucharás cómo han madurado y encontrado un mejor equilibrio en sus canciones así como unos arreglos bastante más trabajados dando como resultado de todo ello un sonido relativamente más accesible. Si, por el contrario, descubres a los americanos con este tercer trabajo, te encontrarás con uno de los mejores discos de folk de esta última temporada, un trabajo que, si bien no destaca por original (hablamos de un género explotado hasta la saciedad), sí que tendremos que reconocerles a Ringle y los suyos que saben exprimirlo de una manera acertada. Y eso que se han metido en terrenos pantanosos al incluir una opulenta orquestación, jugada de la que salen sorprendentemente airosos. “Thistled Spring”, un trabajo bello y de calidad, una perfecta banda sonora para esos días que tenemos de vez en cuando en los que nos apetece quedarnos en casa escuchando como llueve en la calle.