Si estás leyendo esto, es que no se ha acabado el mundo… todavía. ¡Ojo, que los mayas podrían haberse equivocado por algunos días y todavía podría pillarnos por sorpresa! Así que mantente atento o atenta por si ves que la gente se vuelve loca a tu alrededor y empieza a introducirse en una espiral sin control de sexo, alcohol, gamberrismo y otras placenteras locuras que nunca más disfrutará… O, si lo prefieres, eleva tu mirada al firmamento, porque deberían comenzar a caer sapos, culebras, rayos, truenos y meteoritos. Ah, y después, para rematar la faena, tendrían que descender los gigantescos platillos volantes extraterrestres entre los efectos devastadores de una mega-tormenta solar. Entre unas cosas y otras, la debacle total. Poco falta para que suceda, aunque la NASA se haya empeñado en negarlo. Y tú con esos pelos.
¿Construiste tu propio búnker como el prepper esquizoide protagonista de “Take Shelter”? ¿No? Pues ahora no te quejes, porque en FPM hemos estado avisándote desde hace meses de que el 21 de diciembre de 2012 todo se iría al garete. Quizá pensabas que ese día había llegado (y se había superado) cuando Rajoy se convirtió en presidente del gobierno, La Razón publicó su enésima portada torticera, el “Gangnam Style” batió el récord de visitas en YouTube, Arturo Valls imitó a Chimo Bayo en “Tu Cara me Suena” o Desigual intentó meterte en la cabeza que “la vida es chula”… Bien, lo aceptamos, aunque esas eran sólo unas cuantas de las pequeñas señales de las que nos habían advertido los mayas en sus profecías. Míralo de este modo: si se acaba el mundo, ya no tendrás que ver los caretos de Rajoy, Francisco Marhuenda, PSY, el cansino de Valls ni de todos aquellos seres odiosos, cercanos y lejanos, que forman parte de tu lista negra. Muy lejos de ellos, tú, como buena persona que eres (o has sido: hay que hablar ya en pasado), una vez se finiquite todo este cuento, te reunirás con tu familia, tus amigos, tu pareja, tu amante y quién sabe si hasta con nosotros para atravesar el umbral del limbo hacia un paraíso existencial maravilloso cual grand finale de “Lost”.
Mientras tanto, busca en qué entretenerte hasta que todo lo dicho (y más) se cumpla. ¡A quién le importa que mañana sea el día del Gordo de la Navidad! ¡Nadie escuchará el nuevo disco de My Bloody Valentine anunciado hace eones! Triste, sí, pero no vale la pena agobiarse por ello. Ni golpeando tres veces los talones y gritando “¡Rita Barberá!” ante un espejo lo evitarás. Así que vive tus últimas horas sobre la faz de la Tierra a tope, no te dejes nada pendiente, colma todos tus anhelos y venganzas. Ha llegado el momento. Pero, si no sabes por dónde empezar y se ha bloqueado tu hipstérico cerebro por culpa del miedo, aquí te ofrecemos algunas propuestas que en los últimos dos años nos ha ido dejando en nuestra sección Fast Date (a propósito de la pregunta sobre qué harían llegado el día del adiós definitivo) una pléyade de grupos y artistas nacionales y foráneos que, en este preciso instante, deberían estar cumpliendo o a punto de cumplir…
No hace falta preguntar a los especialistas más reputados: todos sabemos que al ser humano se le da de maravilla ponerse a comer en situaciones de máxima tensión, justo cuando se le van a bajar los pantalones del tembleque. Ante el inminente doomsday que se avecina, no podía ser menos. Pero no de cualquier manera, sino con clase: Ben Curtis (School Of Seven Bells), se decanta por “relajarme y comer ostras con algunos amigos”; e Iñigo Ugarteburu, por “disfrutar por primera vez del menú degustación de Ferran Adrià”. ¿Se lo cocinará el mismo chef en persona, como último deseo? Por el contrario, a veces lo mejor es zamparse algo hecho en casa, con cariño: Manel de Megaafonía prefiere “unos sanjacobos, que siempre te sacan de un aprieto”; y Sanjays “una calçotada en un sitio con buenas vistas. Podré mancharme tranquilamente de salsa romesco…” Todo muy rico.
Está muy bien irse al otro barrio con el buche lleno, aunque (seguro que lo estáis pensando) lo ideal sería también mojar el gaznate adecuadamente. En ese apartado triunfan las ansias de estar los más alegre (vale, beodo) posible ante el desastre, ya sea a base de champán (Mishima, John McCauley de Deer Tick y Battlekat), ron (Luigi de Ecuación Planck, respirando hondo…), gintonic (Fira Fem, elaborado con Tanqueray, a ser posible), cócteles varios (FM Belfast, hechos de fruta y en vasos gigantes) y, por supuesto, cerveza, como en el caso de Maria Rodés o Santi (Naica), que verá “cómo llega el gran meteorito destructor desde una azotea con unas gafas de sol y unas cerves frescas con mi amigo Carlos Arruti (él me prometió en la escuela que quedaríamos para ese plan). Aceptaremos en la azotea a todo el que se quiera apuntar”.
De eso se trata, amigos y amigas: de mandar todo a tomar por culo en pleno jolgorio colectivo. Eso sí, en el que no falte de nada, lo que nos lleva a dos puntos clave: drogas y sexo; colocón e intercambio de fluidos. Antoine Hilaire (Jamaica) no lo duda, y propone meterse entre pecho y espalda “una buena fumada”; Biru Bee (Round Table Knights), “tomar algunas sustancias ilegales entre amigos”; y Evripidis Sabatis (Evripidis And His Tragedies), “encontrarme con mis mejores amigos y tomar hongos. Así veremos las explosiones mucho más espectaculares”. De estallidos, bombazos y estruendos pasamos a magreos, felaciones y penetraciones… Que salte el mundo en pedazos mientras el cuerpo se pone cerdo, suda y luego se relaja tras hacer el amor “con ‘Porcelain’ de Moby de fondo”, sentencia Coyu; “o, en su defecto, follar”, como bien afirma Aphro (Pulshar). Sin embargo, parece que no habrá demasiado tiempo para recrearse con el Kamasutra en mano, con lo que habrá que ir al grano, ya entienden: Dani (Modulok Trio) pretende “aguantar el orgasmo hasta el último segundo”; Sethler mantendrá “relaciones sexuales hasta la extenuación”; y Dulce Pájara de Juventud mezclarán su pasión musical con la amatoria para “meter un guitarrazo con rabia y luego fornicar con mucho amor”.
Aunque resulte empalagoso, que no falte la sensiblería en una jornada negra como la que estamos viviendo. Quien quiera dedicar una canción a sus parejas, que lo haga (como Nitoniko o Julio Salvador de Wiggum). Pero el premio de la verdadera expresión emotiva se lo lleva Rul (Tucán), ya que asegura que “estaré regalándole una colonia a mi padre: su cumpleaños coincide con la fecha esta del juicio final. Lo juro”. Menuda putada. Normal, por tanto, que ante esta y otras nefastas coincidencias, el personal no pueda evitar dejarse llevar por sus instintos naturales y lo confiese con sinceridad: Eñaut (Grises) declara que “probablemente lloraré del acojono”; y Hot Club De Paris no ocultan que “nos cagaremos encima y lloraremos como niñas pequeñas”. Más claro, orina. Por su parte, Jane Joyd, pese al pavor, va un paso más allá y se pone sesuda: “escribiré una carta de disculpa en representación de la humanidad para los que lleguen luego. Alguien tiene que hacerlo mientras el resto bebe cerveza”. Esto va directamente por los borrachos de más arriba, que a estas alturas deben de encontrarse en un legendario estado de cogorza lamentable.
Pero fijémonos en ciertas palabras pronunciadas por Jane Joyd: “para los que lleguen luego…” ¿Acaso cree la coruñesa que nuestra historia continuará, que habrá supervivientes? Parece que sí, ingenua ella. Aunque no es la única: Frankie Rose y los chicos de Norton están completamente seguros de que el mundo no se acabará hoy. También Smoke Fairies, a las que les trae sin cuidado todo el rollo apocalíptico, pues, cuando se acabe el día, “simplemente, nos iremos a dormir”. A eso se le llama pachorra… y sosería. Porque, no sabemos si lo estáis escuchando, pero se está liando parda everywhere. Asomaos a la ventana y podréis imaginar cómo Modelo de Respuesta Polar, Templeton, los hermanos de Disclosure y Aníbal (The Bright) caen en las redes de la cleptomanía, aprovechando tan pintiparada ocasión; o cómo se les va la olla a Carlos de Corazón (su capricho es “tirarme un pedo big-bang y crear un nuevo mundo. Estáis todos invitados”), David T. Ginzo de TUYA (lo suyo es “salir desnudo a la calle y, mientras voy corriendo, gritar: ¡COPÓOÓOÓOÓN!”) o Cut Your Hair (que se decidieron por “incendiar el instituto y juntarnos con nuestros queridos alrededor del fuego”).
Así está el patio, señoras y señores. Ahora tomad la decisión más oportuna: seguid estas indicaciones o haced lo que os dé la puta gana. Sois libres… ¡Free! Por ejemplo, mirad a Eme DJ, haciendo el moonwalker… Una manera muy cool de despedirse de la humanidad. Eso sí, antes de que llegue el reventón final debemos hacer una mención especial a un grupo que ya lo veía venir desde el momento en que sus miembros eligieron su nombre: Hoy Muero Viernes. Han dado en el clavo.
Gracias por habernos prestado atención. Hasta siem… ¡BOOM!