Antes de atacar la lista de los mejores cómics del año 2012, dejad que aclaremos una cosa: en la redacción de FPM hay dos corrientes de comiqueros si no enfrentadas, si bastante marcadas. Por un lado tenemos una vena bastante hardcore y especialista, amante del underground y del formato como provocación… Algo que, en ocasiones, no casa demasiado bien con otras ínfulas esnobistas a las que también somos bastante aficionados. De esta forma, nuestra compilacion de los mejores cómics de este año se ha visto enriquecida precisamente por esta doble tensión. En tiempos como los actuales, cuando el boom de la novela gráfica se trocó en una hiperactividad del sector, no está de más sintetizar en diez tomos (y una mención especial) lo que ha dado de sí este 2012.
.
(MENCIÓN ESPECIAL) ESCONDITE / LA ISLA DEL DIABLO / Alexis Nolla (Apa-Apa). Parece improbable que un cómic grapado a la vieja usanza, con escasas cincuenta páginas, pueda dar tanto de sí. Este pequeño (gran) volúmen firmado por Alexis Nolla es delicioso desde su puesta en escena: por un lado arranca «Escondite«, un compendio de historietas hilvanadas por la montaña, la tierra firme, el bosque, los tipos barbudos y los monstruos peludos; mientras que, por el lado contrario y con la orientación volteada, «La Isla del Diablo» recoge otro conjunto de relatos protagonizados por el mar, familias pesqueras, pintores subacuáticos e incluso Dennis Wilson. La impactante es que, con un puñado escaso de viñetas, Nolla consigue atrapar de forma sublime el estado emocional de toda una generación de artistas que ven la vida ya no sólo con melancolía (eso es demasiado cliché y ya lo están haciendo muchos otros), sino como un paraje algo apático, rayano a la ataraxia, en el que los sentimientos son algo tan atenuado como el eco de algo que está ocurriendo muy, muy lejos.
10. REPRODUCCIÓN POR MITOSIS / Shintaro Kago (EDT). “Reproducción por Mitosis” es la primera obra publicada en nuestro país del nuevo enfant terrible japonés Shintaro Kago. Así que tomate un protector estomacal y adentrémonos en los lugares más sórdidos y escatológicos de la mente del nipón de moda… Esta obra está compuesta por catorce relatos que se adscriben al género llamado ero-guro, nacido en Japón durante el 1920-30. Erotismo rozando lo pornográfico, violencia extrema, vísceras, humor negro, entrañas y excrementos. Esto viene a ser la carta de presentación de “Reproducción por Mitosis“. Pero que todo esto no te eche para atrás, ya que nos encontramos con historias muy divertidas a la par que bonitas que conseguirán que no apartes la mirada de las páginas ni un solo instante, por muy grotescas que sean las imágenes. [leer más]
9. INTIMIDADES / Leela Corman (La Cúpula). De entrada, «Intimidades» puede pintar francamente mal: cómics (y libros y pelis y todo lo que pueda ocurrírsete) en torno a la identidad judía los hay a patadas; y, además, historias de dos hermanas en las que una se descarría y la otra sigue la senda supuestamente correcta hasta que los límites del bien y del mal se desdibujan también abundan de forma peligrosa. Entonces, ¿qué eleva al cómic de Leela Corman por encima de todos esos lugares comunes? Una cosa básica: la sensibilidad cercana, humana y humilde con la que la autora aborda su historia, sin necesidad de huir del cliché pero tratándolo con la pericia suficiente para que este no escueza en la consciencia del lector. «Intimidades» es una historia plenamente cinematográfica que, al final, utiliza la cuestión judía en la Nueva York de principios de siglo para saltar hacia un plano moral e histórico mucho más abierto y acabar hablando de cómo los valores de cada época cambian, pero las elecciones vitales de cada persona acaban marcándole a fuego.
8. LOS MELONES DE LA IRA / Bastien Vivés (Diábolo). Después de enamorarnos con historias como «Polina» o «El Gusto Del Cloro«, todos queríamos saber cuál sería el siguiente paso en la extentísima bibliografía de nuestro francés preferido, Bastien Vivès. Leyendo todo lo que había publicado hasta la fecha, nos veíamos abrumados por un único pensamiento: “aunque nos encante, este chico debería dejarse de tanto desamor deprimente y follar más”. De repente, y sorprendiendo a todos sus incondicionales, llegó esta locura titulada «Los Melones de la Ira«: la historia de una chica con unos pechos enormes que es violada por todos los médicos que la visitan, primero de uno en uno y luego todos la vez, para curarle sus problemas de espalda. Tetas gigantes, felaciones entre hermanos, padres con un pene enorme, venganza a lo “ojo por ojo, diente por diente”… Un antes y un después en la carrera del joven francés. Pese a las apariencias, «Los Melones de la Ira» es una durísima crítica al poder contada a través de la historia de una familia de campesinos. Directa al puesto número uno en el top Bastien Vivès.
7. LA HERMANDAD DE LA BIBLIA PERRY / Nicholas Gurewitch (Astiberri). Si os gusta el humor irónico, cínico y surrealista, estáis delante de vuestra compra obligada del mes. Religión, sexo y muerte son algunos de los temas abordados por Gurewitch, todos y cada uno de ellos con ese humor negro y cabrón tan característico del autor. Los protagonistas de sus historias son desde niños inocentes hasta dinosaurios, pasando por padres muy retorcidos, pederastas e incluso Dios (que, sin duda, es el que más se divierte haciendo siempre de la suyas). Además del obvio ingenio deGurewitch, la grandeza de esta obra se debe a su sencillo apartado gráfico. Si mirásemos por encima las páginas que dan forma al tomo, podríamos pensar que se trata de las típicas tiras cómicas de domingo, protagonizadas por niños monos inmersos en un precioso entorno naïf. Pero no nos confundamos, los dibujos inocentes de Gurewitch se contrastan con su maquiavélico sentido del humor y ahí radica una de las razones por las que estas tiras funcionan tan bien, capaces de sacarte desde una sonrisa cómplice hasta carcajadas a mansalva. [leer más]
6. CENIZAS / Álvaro Ortiz (Astiberri). Ya han habido diversos intentos de trasladar la fructífera cantera de literatura pop española al terreno del cómic (incluso de forma literal, tal y como se pudo ver con los experimentos «Nocilla«)… Pero el que ha acabado por llevarse el gato al agua ha sido Álvaro Ortiz con sus «Cenizas«: una novela gráfica de ritmo trepidante, repleta de referencias musicales y literarias que acaban siendo tan protagonistas como ese trío de antiguos amigos que se reencuentran con la misión de esparcir las cenizas de un cuarto colega en un lugar en concreto que todos desconocen. Al final de todo, sin embargo, Ortiz sabe que una buena obra pop no resalta por su cantidad de referentes, sino por cómo estos se articulan y vertebran el argumento en general, amplificando sus capas de sentido y envolviendo al lector en un manto de calidez conocida que le ayude a introducirse en lo narrado. Y lo mejor es que, además, «Cenizas» resulta ser de lo menos pedante y snob: pura transparencia ante la que no hay escapatoria.