Priscilla y Patricia son hermanas. La primera vive en Monterrey, Méjico, y la segunda lleva unos cuantos años en Barcelona. Patricia habla todo el tiempo de Priscilla y lo hace con un amor que sólo el vínculo fraternal puede dar. Mientras la entrevisto y escucho cómo me explica cómo nació su firma de bisutería de autor, L´Impératrice (de la que ya os hablamos largo y tendido aquí), no puedo evitar pensar lo divertido que tiene que ser ver a estas dos hermanas juntas durante el proceso creativo… o en cualquier momento del día. Patricia es un volcán maya, e intuyo que su hermana también.
Llego media hora tarde a la entrevista. Mi incapacidad para recrear mentalmente las distancias en el mapa de Barcelona hace que siempre (y cuando digo siempre es SIEMPRE) sitúe Sarrià cerca de mi barrio, Sant Gervasi. Y no. Calculo mal el tiempo y las obras en la parada de ferrocarril de Gràcia hacen el resto. Llego sudando, corriendo. Y me reciben su preciosa perrita Chaac primero y la sonriente dueña, Patricia, después. «Chaac es una palabra nagua (es una lengua indígena) que significa escudo protector«, me explica Patricia, «aunque a veces lo confunden y le llaman cosas como Chuck Norris…» No es casual que su confiada perra -a la que por momentos me dan ganas de echarme al bolso y así se lo digo- tenga un nombre tan característico: la imaginería mejicana es el punto de partida y el pilar de la marca que comparte con su hermana. Las primeras cuatro colecciones que hemos podido ver de L´Impératrice son un compendio de iconos que asociamos con el imaginario mejicano: las calaveras de «Love Me To Death«, los corazones flamígeros de «King of Hearts«, las pirámides y los guerreros mayas de «The Pyramids» y «Warrior«, unas colecciones coloridas y súper llamativas que recogen en cada pieza el espíritu emprendedor y alegre (doy fe) de sus dos creadoras.
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Tu eres arquitecta y tu hermana marchante de arte. Y, sin embargo, en un momento determinado decidís tiraros a la piscina y dedicaros exclusivamente a la marca… ¿Cuándo empezasteis a juguetear con el tema de la joyería y cómo desemboca eso en hacer algo real? La historia es que yo deseaba hacerles a mi madre y a mi hermana un regalo caro por Navidad, unos diamantes o algo así, pero no podía comprarlo y pensé «a ver que puedo hacer yo con mis propias manos«. Siempre he sido autodidacta, así que les hice unas muñequeras de piel muy grandes con cristales de Swarovski cosidos. Me quedaron super bonitas, se las di y ellas se quedaron muertas… Quería crear algo de diamantes, que brillara, pero que fuera obra mía. Me salió algo así y me sentí muy feliz.
Pero mi hermana, que tiene un ojo que te mueres, me dijo: «Tus pulseras tuvieron mucho éxito aquí, ¿por qué no haces una colección? Me la mandas y yo la vendo«. Me hizo muchísima ilusión que me propusiera algo así, así que hice diez piezas únicas con bordados a mano, piel, etc. Ella las expuso en una galería de Monterrey y compraron la colección entera. Esto fue en mayo (de 2010); pero en julio, cuando estaba de vacaciones en la Riviera Maya con mi marido, me llamó mi hermana y me dijo que habían ido unos curators del MOMA que estaban llevando a cabo una iniciativa con el gobierno de Méjico con la que buscaban a cien diseñadores mejicanos y nos pedían enviarles una colección entera en dos días. Así que ya me ves allí, con el bañador y el ordenador trabajando como una loca.
No nos seleccionaron para llevarnos al MOMA, pero sí como uno de los cien mejores diseñadores de Méjico, lo que para nosotras fue lo mejor del mundo. Creo que no nos seleccionaron porque todavía no teníamos un producto acabado (no teníamos imagen, logo…); aún así, aprendimos muchísimo de la experiencia e hicieron una exposición con nuestro nombre y nuestras piezas. Eso fue lo que nos ayudó a dar el paso para hacer algo real y «meterle galleta» (meterle caña). En aquella época, yo estaba trabajando en el estudio de Benedetta Tagliabue, y Benedetta siempre me decía: «Esto lo tienes que hacer”. Nos lanzamos y en julio de este año salió la web con las cuatro primeras colecciones.
¿De cuánto trabajo previo hablamos desde que os decidís a crear la firma hasta que salió la web? Unos siete meses: yo dejé mi trabajo en mayo y en julio salió la web. Hay que tener en cuenta que todas las piezas están hechas por nosotras a mano porque nuestra intención es que nuestra marca sea como un taller y que se mantenga el espíritu de trabajo manual.
JOYAS TRANSATLÁNTICAS. L´Impératrice es una marca peculiar fundamentalmente porque sus dos responsables viven separadas por un océano: una trabaja en Monterrey (América) y la otra en Barcelona (Europa). Eso es lo que llama más la atención a la hora de entender cómo afrontan el modelo de negocio: Patricia diseña las piezas y luego le explica a Priscila cómo realizarlas, qué métodos utilizar, cómo moldear la resina y lo que es todo el proceso de manufactura en general. Cada una tiene su propio taller en su ciudad y las produce y distribuye por su cuenta.
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Vuestra forma de venta es, principalmente, online gracias a vuestra web. ¿Vendéis en tiendas físicas? En Méjico estamos ya en ocho tiendas (una de ellas Common People, una de las más importantes de la ciudad); ha ido my rápido y podemos decir que son las mejores en las que podíamos estar. Como fue en Méjico donde obtuvimos respuesta más rápidamente, es donde nos centramos al principio. Ahora toca hacer lo mismo aquí.
¿Y aquí qué tal? Estamos en proceso. Hemos escrito y contactado con algunas tiendas y ahora mismo lo estamos valorando. Para nosotros es importante estar en comercios, pero queremos que se entienda el espíritu de la marca, que haya una coherencia con ella y que la cuiden bien. Preferimos vender menos cantidad, pero que mimen el producto. Como es algo muy diferente, a la gente le llama mucho la atención. En Méjico se entendió rápido y empezamos a vender enseguida. Y es curioso, porque en Méjico la gente es muy clásica. Aquí la gente lo ha visto como un producto muy divertido, ligero, que brilla, que es diferente y que tiene un precio de lo más razonable, y esa es la línea que queremos seguir manteniendo. Pero, sobre todo, vendemos online. ¡Incluso hemos vendido alguna pieza en Andalucía!
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Después de hacer la entrevista, volví a hablar con Patricia y me confirmó que, entre otras cosas, empezarían a tener presencia en una tienda-galería de Berlin especializada en arte mejicano.
LA NUEVA COLECCIÓN. Parece que haga más tiempo, pero en realidad las joyas de L´Impératrice llevan pocos meses circulando. Yo las he visto ya en algunas (y algunos) bloggers y, ahora mismo, la marca vive ese dulce momento en el que empieza a ser realmente conocida. A diferencia de otras firmas, ésta salió a la venta con cuatro colecciones cerradas y no trabajan por temporadas, lo que no deja de ser un dato curioso que no hace más que incrementar la calidad de «negocio único» que tienen las dos hermanas entre manos: «Lo hacemos de una manera muy libre y según nos apetece. Por ejemplo, para la nueva colección me estoy inspirando mucho en las frutas y tengo bloques de color que llamo “papaya” o “granada”, que ya ves tu que no tiene nada que ver con la tendencia. Pero es una cosa que me apetece, me llama y me lleva a indagar en esa paleta de colores. Queremos hacer un producto que tenga rollo pero que no tenga por qué seguir con ninguna tendencia… Algo que nos influencia mucho es el dadá: hacer collages e inventar historias. Hasta el momento, lo hemos hecho siempre así. No sé si más adelante cambiará. Al trabajar en arquitectura, estaba más obligada a plazos y fechas cerradas; pero ahora lo que me apetece es buscar una herramienta que nos permita trabajar de una forma libre«.
Se diría que seguiréis con vuestras propias historias… Nunca mejor dicho. Exacto.
¿Y qué me puedes contar de la nueva colección? En Méjico hay un juego con unas ilustraciones populares, algo muy parecido al bingo español pero que se juega con personajes. Cada número tiene un personaje asignado que está grabado en el inconsciente colectivo: el borracho, la dama, el pez, la sirena, la planta…Todas nuestras colecciones empiezan con una historia, nos flipamos y de ahí salen las ideas (así es como somos, ¡hemos sido así toda la vida!) Cogiendo toda esta iconografía, hicimos historias y les dimos la vuelta. Los combinaremos, juntaremos… Es como jugar con algo que ya está establecido y hacerlo nuevo a tu manera.
¿Los materiales con los que trajabáis serán los mismos? Con esta colección queremos dar el salto. Seguir trabajando la resina, pero apostar aún más por el color y elevar nuestro listón a una calidad superior: trabajar con baños de oro, incorporar piezas… Indagar en otros procesos. Y lo mejor es que vamos a sacar una colección para hombres: ¡Nos la piden a gritos! Y mira que no me lo hubiera imaginado nunca.