Dirán los más puristas (esas moscas cojoneras taan aburridas) que el rock´n roll dejó de hacerse en los 70; que, como mucho, algún grupo sobrevivió en los 80 y que, desde entonces, sólo hay malas copias. Que es un género que cayó en coma cuando los Rolling se hicieron viejos. Esas cosas. Seguro que tenéis algún amigo que suelta este discurso de vez en cuando. Todos los tenemos. Yo los tengo. Y puede que sea verdad que el rock´n roll de verdad murió con Jimmy Hendrix, o yo qué sé, no soy nada experta en la genealogía de las guitarras… Pero sí sé que el rock´n roll no es algo que suene fuera de uno mismo: es algo que se lleva dentro. De hecho, el rock´n roll ya ha trascendido el género musical para convertirse en una actitud ante la vida, una percepción de la realidad (la única posible con la que está cayendo). Yo conozco mucha gente que es rock´n roll. Seguro que tu también. Espanto son rock´n roll. Por eso su último disco se llama así. Y por eso es un tema tan recurrente en las diez canciones que lo componen.
Pero «Rock´n Roll» (Austrohúngaro, 2012) está tan alejado del rock´n roll como lo podría estar un disco de Hidrogensse -aunque tiene momentos de sabia electricidad movideña como «Panteras«-. No en vano, el tercer disco de Luis y Teresa está producido por los barceloneses (se nota la mano, y se nota muy bien) y se ha editado en Austrohúngaro, casa que también reeditó en su momento las dos primeras entregas del dúo riojano («Ísimos» y «Érrimos«) para alegría de sus fans que son legión y que por fin ven a su grupo favorito en una plataforma que haga llegar sus canciones al gran público.
El rock´n roll como modo de vida, de eso va el «Rock´n Roll» de Espanto. Pero como modo de vida cuando pasas de los treinta (que es el caso de Luis y Teresa), no como estás acostumbrado a ver en la web de Rafa Bassa. Aquí no hay sexo ni drogas ni borracheras, pero sí cierta ironía vital vertida hacia la época que nos ha tocado vivir, como en la excelente «Primero de Mayo» o la desencantada «Esos Pájaros» (y como oí decir a una amiga mía, anda que no vemos «pájaros» últimamente). Y como el rock´n roll es la espina dorsal de este disco, también está preñado de referencias al género, claro: ahí están los «Hijos» de los grandes rockeros (Zowie Bowie, Rolan Bolan, Lisa Marie Presley; que, como dicen, son «la sombra de la realidad«) y esos ying y yangs, esas némesis que comparten estrella en el paseo de la fama y que por una vez intentan llevarse bien en «Jagger y Richards«.
Y bueno, diréis. Todo eso está bien, pero, ¿de verdad que no hay rock´n roll en este disco? ¿Pero rock’n roll del de verdad, en la forma más que en el fondo? Pues en la concepción clásica del término, no. Aunque hay una canción que se llama así, «Rock´n Roll«, y que oposita muy seriamente a temazo del año. Pero en lugar de caer en lo obvio, es el libro de instrucciones para entender el espíritu de este disco. Es más, en lugar de practicar el rock´n roll le dan al motorik (y qué glorioso el momento en el que nuestros grupos decidieron airear que eran fans de este género y optaron por practicarlo ellos también) y dicen que lo único que les importa es, ¿adivinas?, el rock´n roll, claro. Si acaso, donde más se huele el género es en «Amigo Rock´n Roll«, ese «amigo transparente» del que hablan en esta rara balada, o en «Los Hombres«, el opening intenso con el que abren el camino.
Y de qué manera tan sutil, elegante y acertada han conseguido Espanto ofrecer el mejor circunloquio musical de este año, dar vueltas sobre un tema y no tocarlo ni de refilón… Porque, como dicen ellos mismos, «puede tener muchos nombres, pero le llamaremos rock´n roll«. ¿Y por qué no?