El cine de los Dardenne siempre es destacado… para bien o para mal. Porque, al fin y al cabo, todavía existen voces contrarias al cine despojado de estos hermanos que han hecho de lo «social» su mayor seña de identidad sin perder nunca la capacidad de realizar poderosos retratos emocionales y humanos. Su último film, «El Silencio de Lorna«, llega a España con un par de años de retraso y, además, como estreno estival. Lo tiene todo, como siempre, para pasar desapercibido. Y sería una injusticia, puesto muchos son los flancos desde los que le han llovido elogios diversos a esta historia de inmigración y mafias que, a través del matrimonio de conveniencia, abordan ciertas zonas incómodas de nuestro modelo social. De entrada, puede resultar un peñazo para el animal de cine de verano… Pero lo cierto es que si la semana pasada hicistéis los deberes y fuisteis a ver «Toy Story 3«, «El Silencio de Lorna» puede ser la película ideal para devolverte los pies al suelo.
Otro tipo de «realismo», antiheróico y sucio pero igualmente incómodo, es el que practica Todd Solondz. Mucho se ha dicho que el director nunca superaría las bondades de «Happiness«… Y parece habérselo tomado en serio, porque «La Vida en Tiempos de Guerra» es una especie de secuela / variación de aquel. Los personajes del film son exactamente los mismos aunque retratados años después y, sobre todo, interpretados por actores diferentes. Eso no impide que «La Vida en Tiempos de Guerra» haya sido criticada con doble rasero: se le ha alabado como una nueva cima de Solondz, pero también se ha puntualizado que una vez llegas a una cima, toca conquistar nuevas montañas.
Como excepción (extraña, además, en la parrilla veraniega), es necesario destacar «Splice» como estreno palomitero de la semana. Pero, ojo, que el nuevo ataque de Vincenzo Natali es de esos capaces de atorar más de dos y de tres palomitas en las gargantas de los espectadores. Al director de «Cube» le tumbaron la más que apreciable «Cypher» y, desde entonces, parece que no levanta cabeza… «Splice«, sin embargo, es el film que ha de cambiar su suerte, una reflexión sobre los peligros de la ciencia genética encarnados en lo que siempre nos ha dado más miedo a los humanos: nuestra propia descendencia. De hecho, la edípica relación de Adrien Brody con su monstruoso retoño ante los ojos aterrorizados de Sarah Polley no tiene precio.
Y seguimos para bingo, porque lo cierto es que esta semana hay de todo para todos: «El Equipo A» saciará el ansia de acción de los nostálgicos ochenteros, mientras que «Niños Grandes» es una comedia que pintaría más que mal si no fuera porque Adam Sandler no elige sus papeles precisamente a boleo. Tambien estrenan «Mi Segunda Vez«… pero, oye, no podíamos pretender que todos los estrenos fueran interesantes.
[Raül De Tena]