El próximo día 3 de diciembre es la fecha fijada para que Domenico Dolce y Steffano Gabbana se enfrenten al juicio que el Estado italiano les ha plantado por «presunta» evasión de impuestos. No es la primera vez que los modistos se enfrentan a este cargo: en 2010 ya tuvieron que justificar la «presunta» (¡cómo nos gusta decir «presunto» delante de todo!) evasión de casi un billón de euros que parece ser que «olvidaron» pagar al erario italiano cuando (curiosamente) vendieron la firma a una compañía de Luxemburgo… también de su propiedad. El caso fue desestimado por un juez de Milano, pero el Tribunal Supremo italiano vuelve a la carga y les reclama a los diseñadores lo que es suyo… O, más bien, de los contribuyentes. Será, sin duda, el acontecimiento judicial del año (mucho mejor seguir esto que no la cosa hortera esa del «Caso Malaya«, si total, ya sabemos cómo va a acabar), y también es un hecho que nos ha recordado que la moda está llena de muchos «quítame allá esas demandas», acontecimientos judiciales, dimes y diretes en el tribunal y en la calle, peleas de gatas y modistos y arañazos al bolsillo.
Para que luego no digan que la moda es algo aburrido, hoy os traemos nuestras diez demandas favoritas, dentro y fuera de los tribunales. Poneos la toga, preparad vuestras argumentaciones (dejádnoslas en comentarios) y… ¡Silencio en la sala!
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1. THE PEOPLE vs KATE MOSS. Sabíamos que la cosa no podía acabar bien: Kate Moss y Pete Doherty… ecs. La cuestión es que todos pensábamos que la cosa acabaría en sobredosis y muerte. Ni tan mal. Pero sí que acabó en unas fotos bochornosas (extraídas de un vídeo más bochornoso todavía) en las que se veía a Kate esnifando cocaína por encima de las posibilidades de cualquier ser humano. ¿El resultado? La rescisión fulminante de todos sus contratos publicitarios y el verse arrojada a un juicio mediático que estuvo a punto de acabar con su carrera. Pero Kate pudo contra el mojigaterío general (por un momento, pareció que era la única persona del mundo que se metía coca) y volvió como Ave Fénix recuperada y más fuerte que nunca, hasta el punto de que hoy en día está en todas partes, guapísima, es admirada como nunca y ya casi nadie se acuerda de su «desliz» con las drogas.
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2. YO POR MIS SUELAS ROJAS… DE-MAN-DO. Empieza a circular una leyenda que jura que si pintas de rojo la suela de un zapato y dices «Louboutin» tres veces delante de un espejo, viene Christian Louboutin y te pone demanda. Poca broma: el diseñador francés tiene abierta una guerra contra el todo el mundo que se aventure a insinuar que él no fue el primero en comercializar los zapatos con la suela roja. Que se lo digan a YSL, que ya se las ha tenido que ver en la Corte por una demanda por plagio (de la que ya os hablamos aquí en su momento) al comercializar unos zapatos con suela color carmín la pasada temporada. Desde YSL dijeron que «ningún diseñador debería poder monopolizar un color en la moda» y juran y perjuran que ellos llevan vendiendo zapatos con suelas de color desde los años 60. La cosa no pinta bien para Louboutin, que a principios de este año ya tuvo un enfrentamiento judicial con Zara por el mismo motivo… y perdió.
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3. SE HA ESCRITO UN CRIMEN. “No hay crimen que el dinero no pueda comprar” y «prefiero llorar en un Rolls Royce antes que ser feliz en una bicicleta«: no se puede negar que Patrizia Reggiani era (y es) todo un personaje de altos vuelos. La que fuera mujer de Maurizio Gucci, heredero del Emporio Gucci, cumple prisión desde que en 1998 fuera considerada culpable de urdir el asesinato de su marido en 1995. Tres años le costó a la policia italiana deshacer el entramado de vanidades, avaricias y conspiraciones que acabaron con Maurizio con tres disparos en las cabeza en la misma escalinata del Palazzo de la familia. Patrizia no pudo soportar que su marido quisiera divorciarse de ella. Bueno, más bien no pudo soportar que solo quisiera pagarle 650.000 dólares de la época cuando él ostentaba un imperio valorado en 120 millones. Y decidió tomarse la justicia por su mano. Le cayeron 29 años y hace nada rechazó el tercer grado por buena conducta porque, como afirma ella misma, «prefiero quedarme en la celda y regar mis plantas. No he trabajado un solo día en mi vida«. Lo dicho: personaja.
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4. EL GALLIANOGATE. No hace falta extenderse mucho porque lo tenemos muy fresco en la memoria: Galliano se agarra una truja de las que hacen época y no se le ocurre otra cosa que ponerse a lanzar improperios antisemitas contra una pareja judía soltando lindezas que no deberían de salir de una boca con tanta supuesta clase. El chupinazo mediático tardó horas en despegar; el legal fue más lento pero también demoledor. Galliano fue cesado de su cargo como Director Creativo de Dior, relegado de su propia firma de ropa e, indirectamente, baneado del mundo de la moda for ever and ever, convirtiéndose en esa persona non-grata a la que hoy en día nadie quiere tocar ni por wi-fi. Pero parece ser que, cansado de ser el centro de todas las críticas (en agosto vio cómo le era retirada la Legión de Honor francesa), ahora ha sido él quien ha decidido dar un paso al frente y ha demandado a Dior por casi 20 millones de euros.
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5. REBELIÓN EN LA GRANJA BLOGOSFERA. Las blogueras y Zara, esa historia de amor que todos envidiamos, ¿eh? Trapitos gratis, promoción por la patilla y buena publicidad dentro y fuera de nuestras fronteras exportada a base de protagonizar billones de posts alabando los parabienes de la cadena de montaje española. Pero, ¿qué pasa cuando Zara le hace a las blogueras exactamente lo mismo que le hace a las grandes firmas de moda? Es decir: fusilar a lo bestia y sin miramientos ideas e imagen ajenas amparándose en vacíos legales de la propiedad intelectual… Pues que, obviamente, cuando les pican, ellas (y ellos) se rascan. El año pasado un montón de blogueras vieron sorprendidas cómo una fotografía que habían subido a su correspondiente blog o alguna red social estampaba alegremente millones de camisetas de Zara, Stradivarius y Bershka por el morro: by the face. Muchas se enteraron como Felipe González de lo del GAL: por la prensa o porque se lo hizo notar algún conocido. Y eso sí que no les hizo ni puñetera gracia. Porque una cosa es que Inditex se aproveche de la genialidad ajena y se lucre con ello, y otra muy diferente que lo haga con la imagen de una. Ah, no. Eso sí que no. De entre las afectadas luminarias y conocidas de la blogosfera como Michèle Krüsi, Louise Ebel, Betty Autier y Pelayo Díaz, estos tres últimos emprendieron acciones legales contra el gigante español sin que se tengan noticias de cómo ha quedado la cosa.
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6. AMERICAN APPAREL O EL CHOCHO DE LA BERNARDA DE LAS DEMANDAS. A lo largo de los años, el crecimiento en ventas de American Appare ha aumentado de forma directamente proporcional al nivel de escándalos que rodeaban a la firma: desde sus más que cuestionables campañas publicitarias pasando por cierta tendencia a la discriminación en su staff (para aplicar a un puesto de trabajo tienes que enviar fotografías de cuerpo entero para que ellos juzguen si entras en su ideario estético o no), teniendo en cuenta que lleva lustros al borde de la bancarrota y acabando con más demandas a las que cualquier empresa de ropa low cost debería poder enfrentarse. Las peores, las que pesan sobre la cabeza del CEO de la empresa, Dov Charney, denunciado por unos empleados por «presuntamente» pasearse por las oficinas en ropa interior y llamar a sus dependientas y subordinadas «zorras» y otras lindezas por el estilo. Otra demanda más concreta es la que interpuso Irene Morales, de 20 años, que lo acusó de forzarla a hacer actos sexuales y de encerrarla en su apartamento de Nueva York y que exige por ello un pago de 250 millones de dólares.
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7. HERMÈS Y LA ¿DEMOCRATIZACION? DEL BIRKIN. Poco se podían imaginar Roni Brunn y Olena Sholomytska hace poco más de un año y medio que su ocurrente idea de imprimir un Birkin de Hermès en un tote de algodón y venderlo les daría tantos réditos… y tantos dolores de cabeza. Vendían su versión barata del mítico bolso como «la democratización del lujo«, y lo hacían con un mensaje divertido y muy irónico: ¿no te puedes permitir un Birkin? ¡Pues cómprate un Together Bag! En los headquarters de la casa francesa, sin embargo, no pareció hacerles mucha gracia, y no tardaron en poner en marcha el engranaje legal para cortarles las alas a las dos californianas. De momento la cosa sigue en los tribunales, pero las responsables de Thursday Friday no parecen tenerle mucho miedo a la resolución: en un año, han comercializado sus propias versiones de bolsos míticos de Chanel, Prada, Phillip Lim, Balenciaga… Muchos bolsos tienen que estar vendiendo si no les preocupa enfrentarse a estas grandes marcas.
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8. DE LA VEZ EN QUE LOS HELL´S ANGELS ESTUVIERON A PUNTO DE HACERLE UN «GIMME SHELTER» A ALEXANDER MCQUEEN. Cuando uno piensa en demandas de moda, piensa en faldas de tubo, stilettos, carpetas de Muji (o de algún sacacuartos de papelería más caro) y trajes de Tom Ford. Nadie imaginaría que una organización tan «alegal», peligrosa y salvaje como los Hell´s Angels se metería en el jaleo de una demanda judicial por algo tan poco «risky» y tan poco «born to be wild» como una propiedad intelectual mancillada. Pues sí. El Motorcycle Club no dudó ni un momento en plantarle una demanda a Alexander McQueen acusándole de apropiarse del logo que es el símbolo emblemático de los Angels (la calavera con alas) y que, de alguna manera, se ha acabado convirtiendo también en icono identificable de la Casa de moda inglesa. Los Angels exigieron a McQueen y a dos cadenas comerciales (Saks y Zappos) que retiraran de la venta los productos con la calavera (un anillo, un clutch, un vestido y un pañuelo) y los destruyeran, además de perseguir a quienes habían comprado alguno de estos items para exigirles que los devolvieran y destruirlos también. McQueen hizo de las calaveras un símbolo de su obra, pero entrando en escena los moteros mejor echar el freno, que ya se sabe que las cargan los Hell´s Angels.
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9. GUCCI, GUESS Y EL PUNTO «G». Que a nadie le extrañe ver repetido el nombre de Gucci en este post: a la saga italiana le gustan más las demandas que a Patrizia Reggiani un buen abrigo de pieles. Así que, por simple estadística, es lógico que aparezca por partida doble porque entre demanda y demanda entre los propios familiares (por asesinatos, herencias, usurpación de ideas, evasión de impuestos, etc.), la firma también tiene tiempo de tirar balones fuera y litigarse más allá de las paredes de Palazzo. Hace tres años, sin ir más lejos, entraba a la greña judicial con Guess, acusándole de utilizar su logo en repetidas ocasiones (en bolsos, zapatillas, etc.), pero no de una forma cualquiera: los abogados de Gucci alegaban que la firma de Paul Marciano había fusilado la «G», las reconocibles bandas rojas y verdes y el mítico estampado con las «G» entrelazándose. Total: nada. En mayo de este año salía el fallo a favor de la firma de lujo, que recibiría más de cuatro millones y medio de dólares en concepto de daños y perjuicios y por apropiación del logo.
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10. NAOMI CAMPBELL: CAMPEONA OLÍMPICA DE LANZAMIENTO DE TELÉFONO. Qué triste ser tan guapa y tan imbécil. Y me vais a perdonar la honestidad, pero es que lo de Naomi Campbell no tiene nombre porque, además de violenta y borde, es reincidente. Tanto, que hubo una época en la que era más fácil verla en algún programa de servicios a la comunidad en pago a la última cafrería cometida que desfilando en la pasarela. Campbell pasó de ser la Diosa de Ébano a ser la Diosa del Traje Amarillo y todo por su mala leche: en el 2000 fue demandada por pegarle a un asistente; en 2003 por tirarle el teléfono a otro; en 2006 le tocó el telefonazo (literal) a su casero; y en 2008 fue arrestada por liársela parada a un polícia en el aeropuerto de Heathrow. Lo dicho: hay que ser cafre y estúpida.