La edición número 45 del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya (o lo que comunmente llamamos el Festival de Sitges) se recordará por afianzar la idea que corre por el certamen desde hace unos cuatro o cinco años: que este es un festival que va más allá (mucho más allá) del cine fantástico pero que, a su vez, no descuida para nada esta denominación que incluso luce con orgullo en su nombre. De esta forma, los fans de toda la vida del Festival de Sitges siguen peregrinando hacia la ciudad a la búsqueda de diez días de sangre, vísceras y diversión a raudales, pero es muy curioso observar cómo en los últimos tiempos ha proliferado otro tipo de asiduo al festival: ese espectador que va a disfrutar de las perlas de otros festivales más esnobs (por decir algo) que acaban teniendo un eco mucho más que importante en Sitges. Imposible escapar de una de las dos vertientes del certamen, puesto que es la mezcla de ambas la que le confiere una identidad tan marcada, personal e intransferible. Y, como tal, desde la redacción de FPM no podíamos obviar esta dicotomía tan bien avenida a la hora de realizar nuestra crónica en forma de pildorazos breves, concisos pero repletos de verdades como puños.
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A FANTASTIC FEAR OF EVERYTHING / Crispian Mills y Chris Hopewell. El hecho de que Simon Pegg por fin haya conseguido una película para dar rienda suelta a su histrionismo british como estrella absoluta, sin compañeros de fatigas ni apenas personajes que puedan ensombrecerle, debería ser una buenísima noticia. Pero el hecho de que «A Fantastic Fear of Everything» sea el debut en la dirección de Crispian Mills (supuestamente secundado por Chris Hopewell), el cantante de Kula Shaker, es el primer detonante de ciertas sospechas que, finalmente, se confirman cuando a los diez minutos de película se hace más que evidente que el montaje y el diseño de producción videocliperos van a mantener tu atención bien alerta, pero que la concatenación de clichés estéticos y argumentales presumiblementes cómicos no va a habitar tu cabeza mucho más de lo que tarden en acabar los créditos. [Raül De Tena]
ANIMALS / Marçal Forès. El debut en largo de Marçal Forès llegaba hasta el Festival de Sitges avalado por ciertas voces que llevan un buen tiempo señalando al director como una de las promesas más singulares del panorama español. Cierto es que, finalmente, «Animals» acaba convirtiéndose en un film que brilla a pesar de sus fallos: lejos de la perfección formal, la cinta adolece de un tono probablemente demasiado emo que el realismo mágico de la trama adolescente nunca acaba de atenuar del todo, puede que de forma deliberada si pensamos que el material sensible con el que se construye la trama son precisamente las pasiones juveniles y las pulsiones básicas de atracción y rechazo hacia la belleza y la muerte. Sea como sea, «Animals» hipnotiza gracias a un poderoso imaginario de un naïve sangriento pocas veces visto en nuestra escena fílmica. [RDT]
BEASTS OF THE SOUTHERN WILD / Ben Zeitlin. Realismo mágico buenrollista en el marco de la catástrofe del Katrina. Es decir: positivismo en el mensaje pero crudeza visual (que no de mal gusto) en la pantalla. Lo que al principio parecía que iba a ser una alternativa exótica al mundo infantil creado en «Donde Viven Los Monstruos» acaba siendo una especie de aventura y drama familiar y comunal emotivo y newagero de más que hacia el final pellizca al espectador en exceso para que suelte la lagrimita. [Estela Cebrián]
BLUE BIRD / Gust Van den Berghe. Más que probablemente, «Blue Bird» fue la joya oculta del festival. Algo que, por cierto, suele ser bastante habitual en la sección Seven Chances en la que se presentó este film de Gut Van den Berghe. Transportando la obra de teatro de Maeterlink hasta una África rural llena de vida y belleza (muy alejada de los cánones malrollistas con los que se nos suele intentar sensibilizar), esta cinta rodada en formato paisaje y con todos los colores virados a un azul de un preciosismo sosegado y apacible, «Blue Bird» es una fábula sencilla pero inconmesurablemente hermosa que deja al espectador el suficiente espacio para que reflexione sobre el calado moral de lo que está delante de sus ojos. Debería convertirse en un clásico de culto. [RDT]
COMPLIANCE / Craig Zobel. He aquí un caso interesante: película que lo juega todo a la baza de la verosimilitud de la que desconectas a los veinte minutos porque ha llegado un punto en el que ya no te crees nada. Pero luego te informan de la historia real en que está basada y resulta que fue tal cual… A mí, la verdad, me importa poco: la película en sí no funciona y desconfío del cine al que haya que ir previamente documentado. [Pedro Vázquez]
COSMOPOLIS / David Cronenberg. Que hablen bien o que hablen mal, pero que hablen: «Cosmopolis» es esa película que todo el mundo debería de ver para amarla u odiarla, pero también para tener una opinión al respecto. Los muy fans de Cronemberg dicen que es la película menos Cronemberg de su historia, pero se equivocan: aquí el sadismo para con el espectador es molesto y puede resultar doloroso, pero ahí radica su genialidad y su mérito: que no se sustenta en lo que ves en la pantalla, sino en lo que subyace en toda la película y al final acaba siendo una experiencia cinematográfica al límite, una travesía difícil cuya recompensa viene a medio plazo, a medida que digieres y piensas en lo que has visto, lo que has entendido y lo que no, lo que podrías haber entendido y no lo has hecho por hastío o tozudez… [EC]
DESPITE THE GODS / Penny Vozniak. Jennifer Lynch en la India intentando que Hollywood y Bollywood se encuentren y pasándolas canutas. ¿»Lost in La Mancha» versión feminista? Quizá, pero acaba el documental y realmente no sabes explicar muy bien cuáles eran esos enormes problemas. A lo mejor la idea era hablar más bien de su experiencia personal (y ahí todo está bien explicado), pero el lado del cine dentro el cine queda cojo. [PV]
HOLY MOTORS / Leos Carax. Sonorísimo WTF. Un chocho de cuidado que al final sale triunfador por su exuberante y notoria belleza en la mayoría de sus tramos. Ecos de obras tan inclasificables y maravillosas como el «Visage» de Ming-Liang o el ciclo «Cremaster» de Matthew Barney, en esta historia literalmente inenarrable que fue gran triunfadora en el palmarés. [DMDLH]
HOTEL TRANSYLVANIA / Genndy Tartakovsky. Todo lo que tiene de agradable visualmente, lo tiene de planita en su historia y en el desarrollo de personajes. Divertimento escasito de una historia que prometía mucho más. Será un taquillazo, claro. Ah, vinieron Santiago Segura, Alaska y Mario Vaquerizo a presentarla, que para algo la han doblado. [DMDLH]
IRON SKY / Timo Vuorensola. Nazis en la luna que vuelven a la Tierra para invadirla. Bien, obviamente Timo Vuorensola ha sabido encontrar una idea divertida. Lástima que luego no tenga ni la mitad de gracia que debería y que ella misma se cree que tiene. De esas películas que resultan mejores contadas que vistas. [PV]
KEYHOLE / Guy Maddin. ¿Alguien recuerda cómo la mitad de la sala se vació hace unos años durante el pase de «Uncle Boonmee«? «Keyhole» ha sido la sucesora de Weerasethakul a ese respecto. Es de suponer que habría quien se aventuraría a verla llamado por el reclamo del cine negro y de la referencia a «La Odisea«, pero lo cierto es que estas dos referencias son más boutades que coartadas en manos de un Maddin que las utiliza de palanca a la búsqueda de su aventura final: y es que el autor está mucho más interesado en plasmar el onirismo de una fantasmagoría que intenta integrarse y buscarse un sentido interno antes de disgregarse y desaparecer con las primeras luces de la mañana. A todas luces fascinante, hipnótica, visualmente poderosísimas, «Keyhole» es un paso más allá en la labor de Maddin de recreación de las coyunturas mudas para albergar argumentos y propuestas morales del siglo XXI. [RDT]
LOOPER / Rian Johnson. Rian Johnson + Bruce Willis + Joseph Gordon-Levit: la ecuación no podía fallar. Y aunque «el thriller del momento» echaba un poco de tufillo a peli de acción del montón pero con pretensiones, resultó ser una de las sorpresas del festival. Como peli de ciencia ficción cojea demasiado (digamos que la concepción de viaje en el tiempo en la que se sustenta es bastante naïve), pero como artefacto de acción es casi perfecto: guión potente, ritmo irregular pero coherente, diseño de producción impecable que marcará época y, bueno, dos actorazos que lo dan todo: uno haciendo lo de siempre (Willis) y el otro (Levitt) haciendo lo que el otro hace siempre pero haciéndolo muy bien. Que se cubra las espaldas «Batman: La Leyenda Renace«, porque el blockbuster guay del año es este. [EC]
ME @ THE ZOO / Chris Moukarbel y Valerie Veatch. Este documental de HBO (y ojito, que esgrimo la referencia televisiva como algo más positivo que negativo: sólo hay que ver la trilogía de «Paradise Lost» para saber por qué) aterrizaba en Sitges dispuesto a arrasar por eso de tener como protagonista -y «objeto de estudio»- a Chris Crocker, el ultra fan de Britney Spears que se hizo famoso a escala global con el YouTube de «leave Britney alone«. Al final, «Me @ The Zoo» sorprende en una primera manga por sintentizar (aunque, por desgracia, nunca teorizar) sobre el fenómeno YouTube y, en una seguna parte, por destapar la vida de Crocker como una versión del «Tarnation» de Caouette apta para las masas. Fascinante y necesario retrato de los monstruos producidos por el sueño de la razón virtual actual. [RDT]
MEKONG HOTEL / Apichatpong Weerasethakul. ¿Resulta que la mejor cinta del Festival de Sitges 2012 fue ni más ni menos que un mediometraje? No seré yo el que lo diga en voz alta (por mucho que me muera de ganas); pero lo cierto es que, después del éxodo que provocó «Uncle Boonmee Recuerda Sus Vidas Pasadas» en el Audiotori hace un par de años, «Mekong Hotel» fue exhibida en una sala delante de espectadores que ya sabían lo que iban a ver: casi una hora de ese Weerasethakul en estado de gracai capaz de convertir el diario de su próxima película en un espacio de libertad creadora sin límites en la que confluyen las diferentes constantes del autor: fantasía, política, amor y, sobre todo, la contemplación silenciosa de la tensión devastadora entre la naturaleza y el ser humano. Un espacio delicioso en el que la tradición mítica consigue filtrarse por las grietas del cemento gris de la actualidad descreída y fría. Si esto es sólo el cuaderno de apuntes, el próximo film de este director va a ser palabras mayores. [RDT]
PIETA / Kim Ki-duk. Revenge movie dolorosa y retorcida con la que Kim Ki-duk se hizo para sorpresa de todos con el León de Oro de Venezia. Aquí coge el relevo de Par Chan-Wook y plantea su propia visión de la venganza en la forma de una amante madre (no diremos coraje, por favor) que se mete en la boca del lobo para quedar en paz consigo misma sufriendo y practicando maltrato fisico y psicológico. Crudísima cinta desvariada con coartada religiosa y que mucho, dicen, le ha servido al director para superar algún que otro fantasma. Aunque no hace falta concretar qué le ha inspirado para sentir y sufrir la violencia explícita que supura en todo momento. [EC]
SEVEN PSYCOPATHS / Martin McDonag. Sin duda, los perros han sido el MacGuffin de este año: hasta tres pelis se han contabilizado en las que un can era el desencadenante de sus correspondientes tramas. Esta quiere ser una mezcla entre «Snatch: Cerdos y Diamantes» y «Adaptation: El Ladrón de Orquídeas«, por eso de que tiene una concepción de la acción y de las situaciones de peligro absurdo muy guyritchiana y una voluntad de trascender lo cinematográfico muy meta. El problema es que no tiene la frescura de la primera y se nota un esfuerzo demasiado grande en fundamentarse en la segunda. [EC]
SPRING BREAKERS / Harmony Korine. Gigantesco mordisco en el bálano de toda la audiencia narrow-minded. A sus pies, amigo Korine: qué bendito despiporre, qué hermosura. Disfrutabilísima es quedarse muy corto. Miss Britney Spears casi como Deus Ex Machina. Selena hace de santurrona metida en un lío gordo, pero la Hudgens y la Benson salen más y mucho mejor. Y, españoles, Franco (James) ha vuelto. [DMDLH]
POST TENEBRAS LUX / Carlos Reygadas. Con una capacidad contemplativa rayana a lo místico en la que se puede escuchar perfectamente el sonido del relámpago que deslumbró en «El Árbol de la Vida» de Malick, «Post Tenebras Lux» también toma la vida -cronológicamente desordenada- de un núcleo familiar para disertar sobre la violenta relación entre lo moderno (el estilo de vida de la familia protagonista y ese oasis de urbanidad que intentan crear en medio del campo) y lo rural (el embrutecimiento del entorno que conduce a la violencia e incluso el fascinante paganismo de ese diablo que visita la casa en medio de la noche). Reygadas se abre puertas hacia el cine internacional con un portazo bien sonoro. [RDT]
REIPU ZOMBIE: LUST OF THE DEAD / Naoyuki Tomomatsu. El jolgorio padre en esta historia de japos mutantes con exceso de testosterona (ojo, que es el argumento real) que se dedican a violar a cuanta fémina encuentran. Maquillaje tosco, sangre a borbotones, pánico nuclear, algún desnudo, algún nerd y hasta escena lesbo de rigor: todo lo que nos encanta. [DMDLH]
SIGHTSEERS / Ben Wheatley. Si hubiera que escoger un film que aunara lo mejor de las dos líneas programáticas del Festival de Sitges de este año (la fantástica y la de autor), esa sería sin duda «Sightseers«: la desprejuiciada ristra de asesinatos que va dejando atrás una pareja peculiarmente cómica es suficiente para que los fans del gore humorístico de toda la vida se rindan ante el nuevo film de Wheatley, ante sus personajes, su trama impecable, su ritmo de frenético paisajismo y, claro, su perro protagonista. Pero es que, además, esta cinta incluye una candente y poco cándida reflexión en torno a la moral del asesinato y, sobre todo, una peligrosísima disertación sobre los peligros de que el amor (o, al menos, ese amor que te lleva a intentar ser quien no eres) deshiniba un yo brutal al que es difícil poner muros de contención. Una especie de «Asesinos Natos» despojada del glamour de la violencia yanki pero arropada por la oscuridad habitual del humor negro más british. [RDT]
THE CABIN IN THE WOODS / Drew Goddard. Os presento al nuevo desfibrilador de los slashers. «The Cabin in the Woods» tiene el mérito de revitalizar un género que ya de por sí es bastante limitado y que en los últimos tiempos había caído en el sopor y la muerte cerebral. Tan inteligente y fresca como «Scream» pero mucho más burra y atrevida, se recordará como ésta última por devolver el slasher a la vida después de vivir años en coma. Puedes esperar todos los tópicos del género (de hecho, están utilizados a posta), pero lo que no puedes esperar es el giro que toman los acontecimientos y lo bien encajado que está todo. Rara y maravillosa, parece ser que no se estrenará en nuestro país. [EC]
THE THIEVES / Dong-Hoon Choi. Nos la vendieron como la «Ocean´s Eleven» coreana y no; sólo es de esas películas que demuestran el tremendo error que supone el querer americanizar una cinematografía local… En Corea se hacen grandes películas de acción y tienen una concepción del ritmo muy particular, pero lo único que han conseguido aquí es hacer una película de ladrones que es demasiado lenta como para ser americana (y que en absoluto tiene la capacidad para la ironía del remake de Soderbergh) y demasiado facilona y obvia para ser coreana. Allí es un éxito en taquilla, aquí solo resulta un coñazo previsible. [EC]
VOUS N’AVEZ ENCORE RIEN VU / Alain Resnais. Michel Piccoli, Mathieu Amalric, Sabine Azema, Pierre Arditi, Lambert Wilson, Anne Consigny, Hippolyte Girardot… Aunque sólo fuera por el tremendérrimo grupo de actores y actrices que Resnais consigue reunir en su última película, «Vous N’Avez Encore Rien Vu» ya debería ser de visión obligada. Pero es que, además, el director francés sigue demostrando la libertad creativa y juguetona que ya puso sobre la mesa en «Las Malas Hierbas» y que, en esta ocasión, le sirve para perderse dulcemente en los múltiples ecos que produce una misma obra («Eurydice«) según esté interpretada por una compañía de teatro moderno o por dos generaciones diferentes de actores que hicieron los papeles suyos en determinados momentos de sus vidas. Resnais trenza las diferentes representaciones para demostrar que, al fin y al cabo, muchas son las caras que puede mostrar un texto, pero la emoción sincera y desgarradora que produce siempre es la misma. [RDT]
WRONG / Quentin Dupieux. Aires Gondry en una comedia de humor absurdo sobre las catastróficas desdichas de un muchachote en la búsqueda de su perro secuestrado. Lo mejor, esa galería de personajes imposibles (aviso a navegantes: sale Steve Little, nuestro Stevie de «Eastbound & Down«). Evita caer en el ridículo cuando podría ser lo más factible. Nos sorprendió muy gratamente. [DMDLH]