Hay una cosa que nos ocurre con Rufus Wainwright y que no sabemos si es algo que también le ocurre al común de los mortales… La cuestión es que, en los últimos años, tenemos tendencia a escuchar bien poco las nuevas referencias de la diva: será porque son excesivas o porque son aburridas o porque las antiguas referencias son mejores. Será por lo que será, pero así es. Pero luego resulta que te lo encuentras en un festival, como nos sucedió a nosotros en el Primavera Sound, y acabas sintiéndote realmente culpable por no haberle prestado más atención en los últimos tiempos. Sus directos no sólo son impecables, sino que siguen transmitiendo una fuerza, un poderío queer (en el buen sentido) y una elegancia inusitada que ya quisieran para sí todas esas nuevas hordas de singer-songwriters que nos han llegado desde que disfrutáramos lo más grande de las dos partes de «Want«. Es entonces, en el festival, cuando te planteas (con la conciencia remordida): ¿y no molaría mil veces más catar a este hombre en un directo fuera de festival, con su setlist largo y con un sonido perfecto? No seas como nosotros y no dejes pasar esta oportunidad: Rufus Wainwright actuará el próximo 8 de diciembre en Madrid (La Riviera). Lo que de toda la vida se ha llamado un regalazo prematuro de Navidad.