¿A qué tienes miedo? Esta pregunta debería estar escrita en letras grandes en un cartel colgado a pocos metros de las puertas de la Sala Capitol de Santiago de Compostela el próximo sábado 22 de septiembre. Ese día no llegará el fin del mundo (para eso todavía quedarán tres meses…), pero en la capital gallega sucederá algo parecido. Porque a la promotora local Work On Sunday se le ha ocurrido reunir (dentro de la agenda del ciclo Compostela Rock y la iniciativa denominada triCiclo, que propondrá conciertos de tres bandas, siempre de primer nivel gallego, nacional e internacional, en diferentes localizaciones de Galicia) bajo el mismo techo a tres de los mejores representantes actuales del rock furibundo, avasallador e incluso amenazante: Cave, Lisabö y Unicornibot. Tres grupos difíciles de catalogar o incluir en géneros cerrados, aunque los aficionados duchos en la materia los asocian al hardcore, el post-hardcore, el drone-rock y el krautrock.
Cave (en la foto), procedentes de Chicago y formados por Cooper Crain (guitarra y órgano), Dan Browning (bajo), Rotten Milk (teclados) y Rex McMurry (batería), son uno de los faros guía de la corriente psico-krautdélica norteamericana contemporánea gracias a discos como “Neverendless” (Drag City, 2011). Los vascos Lisabö podrían ser sus homólogos españoles, pero en el terreno del hardcore que mira de reojo al noise, al punk y a la experimentación eléctrica en general, elementos que condensaron de manera magistral en “Animalia Lotsatuen Putzua” (Bidehuts, 2011), uno de los discos nacionales más destacados del año pasado. Y Unicornibot… Qué decir de ellos que no hayamos dicho ya aquí. Inmersos en plena gira que los llevó a sembrar su semilla free-rock en parte de España, Portugal y Francia, aterrizarán en Santiago con la intención de que la onda expansiva de su álbum “Dalle!” (Matapadre, 2012) viaje a la velocidad de la luz desde la capital compostelana a la Indochina y más allá.
Después de conocer lo que se avecina, quien supere la primera prueba de triCiclo demostrará su valentía y, por encima de todo, su buen gusto musical. ¿Quién dijo miedo?