Supongo que esto le pasa a todo el mundo, pero el caso de los barceloneses es bastante particular. En la Ciudad Condal todos hemos crecido pensando que los magnánimos edificios modernistas son algo totalmente normal, de forma que, cuando los que vienen de fuera señalan la belleza que tenemos delante de nuestras marices, a veces nos toca parpadear fuerte para saber de lo que están hablando. Precisamente por ello resultan tan refrescantes propuestas como la de Miju Lee, artista surcoreana con una particularísima visión de la realidad que llegó hace tres años a Barcelona y que, desde entonces, se ha dedicado a mirar nuestra ciudad, nuestras vidas, nuestra cultura con sus propios ojos. En el mundo de Miju son habituales las cafeteras con cabeza y brazos de hombre, las montañas con ojos o los osos con antifaz… Todo es posible. Sólo hay que ponerse en sus zapatos. Y en sus ojos. Eso es algo que será más posible que nunca gracias a la exposición que podrá disfrutarse en MUTT (Comerç, 15) desde el 20 de septiembre hasta el 4 de noviembre. Una oportunidad única para introducirse de lleno en la «Realidad Mijuscula» para, una vez vuelvas a tu propia mundo, darte cuenta de que nunca podrás volver a mirar a tu alrededor de la misma forma.