Lo voy a decir pronto y mal: «Precious» me tira para atrás. Ya sé que es el estreno destacadísimo de la semana y que ha cosechado miles de premios y que es todo muy social y muy necesario y que salen Mariah Carey y Lenny Kravitz… Pero, en serio, ¿es esto necesario? Recapitulemos (por si hay alguien que no se ha enterado): la trama se centra en una niña de 16 años con un sobrepeso mórbido. Tiene un hijo… y otro que le viene en camino. Su madre le maltrata. Y su padre… bueno, su padre es el que le ha hecho los dos niños. ¿Truculento? Espera, que viene lo mejor: su padre tiene el SIDA. De verdad, que «El diario de Patricia» está lleno de estas historias y no te cobran ni un duro por verlo. Así que repito: ¿es esto necesario? Puede que no, pero ya sabemos que todos pasaremos por taquilla para ver si nos lavan un poco la conciencia y soltar alguna lagrimilla bienintencionada. Eso sí, yo cuando salgan los títulos de crédito seguramente me quedaré con ganas de ver «Ven a cenar conmigo» (o lo que sea que den ahora justo después de «El Diario«).
El otro gran destacado de la semana es el estreno de «The Road«. Aquí permitidme una nueva muestra de cinismo: el libro de Cormac McCarthy es, probablemente, uno de los más importantes de este inicio de siglo. Recoge las inquietudes del cambio de era y las lanza a la cara del lector como una ráfaga de artillería de esa que se te queda incrustada y te mata de forma muy pero que muy dolorosa. Y es que si hay algo destacable en «La Carretera» de McCarthy es su falta de concesiones, su angustiante atmósfera de principio a fin y su desdén absoluto hacia las exigencias de un lector que pretende ser omnisciente. Aquí viene un spoiler: la película de John Hillcoat no sólo se excede en flashbacks luminosos que explican (demasiado) la relación de protagonista con su esposa, sino que utiliza la música como linimento para curar las heridas del espectador menos acostumbrado a rugosidades argumentales como las de McCarthy. Con todo ello, esta historia apocalíptica se queda en un «podría haber sido peor… pero también mejor«.
Del resto de estrenos, sólo quedaría como medianamente destacable la última locura erotómana de Vicente Aranda: «Luna Caliente«. La crítica la ha puesto a bajar de un burro (llegando a tacharla de apología a la violación), y el director se ha defendido diciendo que a crítica son un grupo de asnos que no han entendido la película. Sólo por la polémica, ya merece la pena acercarse al cine. Y, sobre todo, acercarse al cine para verla en sesión doble con «Tiana y El Príncipe«: el retorno de la Disney al cine de animación en 2D con su primera princesa negra en la historia. Nueva pregunta: ¿justifica esto el éxito que ya ha cosechado en EEUU? Si al menos la princesa se pareciera a la de «Precious«… Pero no. Y por si nada de lo dicho te convence, aún quedan dos estrenos más: «Loca Obsesión» (comedia que ya has visto mil veces) y «El Padrastro» (film que se venda bajo el claim de: «Hay un montón de gente mala ahí fuera en el mundo. Pero al final, nada da más pavor que tener a un monstruo bajo tu techo«… así que tú mismo).