Hubo alguien que, en una ocasión peregrina, dijo que la gente de FPM éramos unos esnobistas… Y, contra todo pronóstico, resulta que el término nos puso palote. Así que vamos a desparramarnos bien a gusto. Para empezar, sin embargo, aclaremos conceptos: en la redacción fuimos y somos muy fans de la saga literaria de «Harry Potter«, que estaba peor escrita que si le dieras a un mono una máquina de escribir y un habano, pero enganchaba cosa mala y en la que, para qué vamos a negarlo, la Rowling consiguió exponer un imaginario magnético. Más aclaraciones: estamos pensando en leernos todos a la vez «Los Juegos del Hambre«, pero todavía no hemos decidido si los tres libros de Suzanne Collins valdrán nuestro esfuerzo y tiempo o más bien acabaremos con ganas de encerrar a la autora en nuestro sótano hasta que se muera. De hambrea, de tifus contagiado por ratas de cloaca o de lo que sea. Pero que a veces caigamos en las garras de este tipo de culebrones literarios no significa que nos los traguemos todos. De hecho, nuestra naturaleza nos lleva a desconfiar de ellos. Precisamente por eso, y porque somos unos esnobistas and we know it, aquí os dejamos las sagas literarias que odiamos secretamente y que nunca caerían en nuestras manos.
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1. FIFTY SHADES, de E.L. James
¿De qué dicen que va? De una estudiante de literatura (apuntamos alto) que acaba atrapada en las redes sexuales de un millonario jovencísimo y guapísimo y súper clichetero. Todo explicado con amplias dosis de guarrería sexual apta para horario de sobremesa.
¿Por qué triunfa? Porque el mundo está lleno de marujas necesitadas de un libro que llevarse a la bañera a la hora de enchufarse el telefonillo con la presión del agua a tope.
¿Por qué no vamos a leerla? Porque no somos marujas. Y porque, más que literatura erótica, nos da la sensación de que esto va a ser como si a Danielle Steele le picara el chichi.
Nuestra alternativa… «Las Edades de Lulú» de Almudena Grandes para las marujas pero menos, «El Amante Lesbiano» de José Luis Sampedro para los intelectuales, cualquier libro del Marqués de Sade para los aventureros y «Delta de Venus» de Anaïs Nin para todos.
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2. MILLENIUM, de Stieg Larsson
¿De qué dicen que va? No nos queda claro… Un detective (gancho para cuarentones) y una espantaja los melones (gancho para adolescentes) que se enfrentan a una conspiración chunguísima que conjuga lo truculento con lo «hola soy darks«. Ya lo hemos visto y leído antes.
¿Por qué triunfa? Porque el mundo está repleto de cuarentones y de adolescentes que van de inadaptados. Pero, sobre todo, porque estos libros les hace parecer más interesantes y misteriosos por eso de la negritud de su trama.
¿Por qué no vamos a leerla? Porque no necesitamos aparentar ser más interesantes y misteriosos. Y porque no tenemos ganas de pasarnos tres mamotretos siguiendo a unos personajes simples como los de un libro de parvulario pero pretenciosos hasta decir basta.
Nuestra alternativa… Si quieres verdadera literatura negra, tira hacía clásicos tradicionales como Elmore Leonard o hacia clásicos modernos como Jake Arnott. Y si quieres explorar la literatura nórdica de calidad, explora en la biblioteca de la editorial Nórdica.
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3. TWILIGHT, de Stephanie Meyer
¿De qué dicen que va? De vampiros (tan monos que parecen los vástagos de Campanilla violada por Drácula) y de niñatas (teenage angst en vena) y de hombres lobo (buenorros e inconcebiblemente limpitos) que se juntan y se arrejuntan queriendo ostentar la promiscuidad de «Melrose Place» pero quedándose en el pacatismo de «Hannah Montana«.
¿Por qué triunfa? Porque todas las adolescentes de este mundo han soñado alguna vez con que entre un vampiro por su ventana y les chupe algo más que la sangre.
¿Por qué no vamos a leerla? Porque no creemos que podamos quitarnos la poker face de Kristin Stewart de la cabeza mientras leemos. Y porque preferiríamos clavarnos agujas en los ojos antes que sufrir este dolor.
Nuestra alternativa… ¡»Drácula«, joder! «Drácula» de Bram Stoker sigue siendo el clásico imbatible. Pero si lo que en verdad pretendes es explorar tu lado goticoso y romántico, lo mejor sigue siendo recurrir a Poe. En todo caso, si lo que quieres es una saga, la de Anne Rice era bastante chanante hasta que se volvió loca del coño y los ojos le hacían chiribitas cada vez que veía un dolar pasar por delante.