Tenemos que reconocerlo: hemos tardado en recuperarnos… Pero es lo que tiene el Sónar: que, pese a tener un formato más friendly que otros festivales (el parón entre el Sónar de Día y el Sónar de Noche para cenar y supermineralizarse viene más que bien, la verdad), te lleva al límite de tus fuerzas, obligándote a correr de un lado para otro para poder ver todo lo que quieres ver. Al final, como siempre, te pierdes muchas cosas. Es lo que pasa cuando lo primero que pierdes es a ti mismo. Pero, sea como sea, hemos conseguido recomponer las piezas de nuestro Sónar 2012 para marcarnos una crónica a ráfagas: no queremos ser peñazo porque este festival es la antítesis de lo peñazo. Así que, tras desgranaros los mejores outfits que vimos en los dos recintos, aquí llega el itinerario que hicimos FPM en pildorazos cortitos, concisos y al grano.
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JUEVES. 14 de junio.
FLYING LOTUS. FlyLo levantó el verde a base de sus beats rompecuellos. No paró de dar caña al personal, expresando en cada movimiento de sus dedos, totalmente acompasados a su baile de sambito Buba, que sabía lo que hacía, y lo estaba demostrando. Después, al muy bruto le peto la máquina y puso el iTunes un rato para calmar la sed de sangre del público. (A)
TRUST. Que sí, que lo de poner a un grupo como Trust en una capilla tiene su coña. Pero que tuvieras que estar media hora antes del bolo para poder entrar y ver algo y que antes de que el concierto empezara ya no dejaran entrar a nadie no, no tuvo ni pizca de gracia. (E) Bienvenidos al Pasaje del TRUSTror. Superado el primer cuarto de hora, totalmente ocupado en discutir si Robert Alfons llevaba un trancazo de la hostia o era pura pose (y sí, debía ser pose, porque el tipo clavó cada frase), sólo podía decirse una cosa: lo que se vivió allá tiene todas las papeletas para convertirse en uno de los conciertos del año. Emplazamiento excepcional (¡una capilla!), sonido clarísimo en contraposición a la oscuridad de cuarto oscuro de su música, jitarros lúbricos… ¿Qué más se puede pedir? Ah, sí. Que tocaran «Gloryhole«.
TOTALLY ENORMOUS EXTINCT DINOSAURS. Batida de electro y trallazos que sonaron más bajo de lo disfrutable y bailes de San Vito gracias a las go-gos vestidas de luto. La propuesta de TEED aguantó el tipo en una actuación que, de noche, hubiera molado lo más grande. (E) Orlando Higginbottom lo tenía todo pensado: las gogós loquers de la vagina, los jitazos divididos en secciones (empezó con el electropop y acabó con el piyuleo), los subidones de plumas y speed… Lo que no podía preveer es que el sonido deficiente aniquilara el 63’29 % de la vibrancia de su actuación. Otra vez será. (R)
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VIERNES. 15 de junio. Día.
AUSTRA. Austra = Coger una manada de gatetes y aplastarlos un rato al sol. No está mal como experimento. (A)
MOUSE ON MARS. Mouse on Mars y su ruido infinito, acompañados de su batería, número 1 mundial del «Guitar Hero«. Fue divertido hasta que se hicieron más repetitivos que una bonita lluvia de estrellas de verano. (A)
JACQUES GREENE. El lunes nadie sabía quién era Jacques Greene. El jueves todo el mundo quería ver a Jacques Greene. El viernes Jacques Greene no acabó de despegar con un set bailable (pero poco más) donde lo que más molaba era cómo se movía el tipo. En la próxima edición, lo queremos de gogó de Totally Enormous Extinct Dinosaurs. (R)
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VIERNES. 15 de junio. Noche.
ISAM by AMON TOBIN. Sencillamente, espectacular. Recuerdo haberle visto hace un par de años en Londres con un rollo más techno y pensar “menuda mierda”. Pero su show aquí fue algo más cósmico, con una estructura de formas cúbicas y visuales que hacían viajar a las estrellas. Su sonido retumbaba y te mantenía despierto, a pesar de que su música te llegaba como un sueño. (M)
NICOLAS JAAR. Jaar nunca falla. Ni él, ni toda su banda… Un sonido diferente a lo que se oye en sus discos, pero sin perder su esencia down tempo. (M)
LANA DEL REY. Pocas veces he visto el Sónar Noche tan petado a tan tempranas horas (ya se sabe: la parroquia a esas horas está o cogiendo taxi o chafando el eme en los lavabos). Esperábamos vergüenza ajena y tuvimos un espectáculo correcto con baño de masas incluido. A Lana se la veía encantada de conocerse y de estar allí metida. Moló. (E) Todos esperaban que llegará, le diera al play con una de sus uñacas de fulana barata, se desgañitara cantando peor que Tamara y bailara como en lanadelreydancing. Pues no: se trajo una pedazo de banda de instrumentación orquestal comandada por Yoann Lemoine (¿era Woodkid, verdad?) y dejó a las claras que, vale, no tiene ni puta idea de bailar, pero canta con mucho más que solvencia y es capaz de marcarse un concierto simple y llanamente precioso en el que las canciones tomaron nuevas formas para remitir más todavía a las divas blanquísimas de la América suburbial. Cada vez menos white trash. Cada vez más grande. (R)
FRIENDLY FIRES. Me dijeron: “Los vimos el año pasado en el FIB y suenan con el culo”. Pero yo quería verlos con mis propios ojos. Yo quería volverme loca del coño con “Dancing Those Days Tonight” y luego a otra cosa, mariposa. No pudo ser. No lo soportamos. Cuatro canciones y huimos. (E) Si alguien se quedó dormido con Lana del Rey, seguramente se despertó con Friendly Fires. Un directo muy enérgico y festivalero, como acostumbran a regalarnos los ingleses. (M)
RICHIE HAWTIN. Hice la coña de decir que Richie Hawtin (o Haunting, no lo sé, no lo conosco) era el Shellac del Sónar… Y la broma me estuvo persiguiendo durante todo el festival. Al principio no quería: “Uy, tralla tecno no apetece, no”. Me arrastraron de una axila y allí me quedé clavada hasta que me remolcaron a otro escenario. Y fue A-LU-CI-NAN-TE. Me dejó con la impresión de que ni música de negros ni r&b, lo mejor para ponerse cerder: una sesionaca de este hombre. AMÉN. (E)
JAMES MURPHY DJ. Tan inmaculado en su vestimenta como de costumbre, este HOMBRE mezcló deliciosa y progresivamente sus géneros insignia (disco, house, funk…) en un cóctel embriagador que entonó el cuerpo para todo lo que viniera después. El fin no era el desmelene à la LCD, pero sí consiguió que querer más de todo fuera todo lo que uno quiso. (J)
FATBOY SLIM. O cómo prometer mucho para luego acabar, como siempre, cagándola por lo mismo. Se presentó con una intro brutal mezclándose a sí mismo, con Beyoncé y yo qué sé más. La cosa apuntaba a locura. Pero empezó a meter garruleo y se volvió insoportable. (E)
NINA KRAVIZ. No es difícil suponer que los de la organización del Sónar están rezando de día y de noche para que la Kraviz se convierta en un pelotazo tipo Miss Kittin (salvando las inmensas distancias de dos diferencias básicas, claro: la rusa sabe lo que hace y lo hace con una clase y una calidad infinitas) y puedan traerla año sí y año también. El público abarrotó el escenario más grande, ya fuera por el boca-oreja que decía que esto iba a ser mierda de la buena o por ese otro boca-oreja que decía que la niña está bien buena… Y Nina se encargó de llenar, por su parte, el escenario. Lo llenó de una electrónica fría, gélida, como una escultura realizada con hielo de los fiordos más ancestrales. (R)
JACQUES LU CONT. En base a algunas de sus referencias, yo buscaba a un hombre llamado Jacques con la misma pasión que aquella buscaba al suyo a la vez que se bajaba la cremallera con todo aquello rebosando por todas partes (aunque, en mi caso, la pasión era musical y lo que se me abría de par en par eran las orejas)… Pero me encontré con un batiburrillo que sonaba enlatado y olía a polígoneo. Decepción. (J)
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SÁBADO. 16 de junio. Día.
DARKSIDE. He de admitir que llegué al recinto sin saber que Darkside es el nuevo proyecto de Nicolas Jaar… Pero salí de allá convencido de que lo de este tipo es pura genialidad. Alejado de la experimentación paisajística de su proyecto personal, lo de Darkside (él a las maquinitas y otro tipo a la guitarra) se centra en canciones con estructura de electrónica de baile pero corazón de analogía atávica. Pura potencia. (R)
XXXY. Algo similar a lo que ocurrió con Jacques Greene, aunque en este caso a xxxy lo esperábamos y lo conocíamos desde hace tiempo. Brilló especialmente en momentos de subidón-subidón que hubieran lucido mucho más en el Sónar de Noche. (R)
DIAMOND VERSION + ATSUHIRO ITO. Todo estaba y sonaba genial mientras Noto y «Tone» hicieron alarde de su austeridad teutona, de sus contundentes y abrumadoras bases, de sus aplastantes ritmos esqueléticos y cuadrados, como si Kraftwerk se nos presentara a lomos de un mastodonte de hormigón cual AT-AT Walker… pero llegó Ito con su arma alienígena de neón y el ruido se llevó gran parte del encantamiento a su planeta. (J)
LA VAMPIRES. Era difícil dar dos duros por el rollito darks y moderniqui de LA Vampires, como un punto intermedio entre Trust y Ladyhawke. Lo jodido es que los tipos pillaron los dos duros, se los metieron en la boca y te los escupieron de vuelta. Molaron. Mucho. (R)
CORNELIUS PRESENTS SALYU X SALYU. Una guitarra, una batería y cuatro japonesitas tocando, además de con sus manos, con sus voces que se superponían en capas de susurros y compases creando una suerte de polirritmia orgánica. J-pop que no pareció convencer a gran parte del público, puesto que abandonó rápidamente la sala. Todo un placer que ayudó a su mejor degustación sin tener que estar escuchando las conversaciones de los asistentes por encima de la música. (J)
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SÁBADO. 16 de junio. Noche.
NEW ORDER. Vale, sí, seguramente si Ian Curtis levantara la cabeza y oyera la versión que hicieron sus compañeros de «Love Will Tear Us Apart«, volvería a su tumba; y sí, nadie ha conseguido igualar a Hook al bajo. Pero, oye, temazos tienen a raudales y la nostalgia siempre ha sido una buena arma en materia de festivales. (M)
THE ROOTS. ¡Menuda banda! Espectaculares con ese trombón gigante saltando por el escenario, guitarra hendrixiana y MC animando al público con temazos versionados rollo jam sesions a cada rato. Eso sí, se echaron en falta temas suyos propios. Una pena. (A)
METRONOMY. Con su propuesta megacool y super fancy refrescaron una noche que se las prometía dura y amansaron con sus líquidas canciones a toda una horda de asistentes deseosos de tralla y chundachunda. Consiguieron trasladar el maravilloso “The English Riviera” a un espacio tan hostil (y lleno de gente poco cool) como el Fira 2. De postal se les queda corto. (E)
MAYA JANE COLES. Mientras en el escenario de la izquierda Die Antwoord parece ser que lo petaba y en el de la derecha Hot Chip lo intentaba, en el del medio Maya subía la temperatura a base de beats gordos y deep house hasta alcanzar el rojo «danger!» de sus crines. Bocadillo de Coles bien bravo. (J)
HOT CHIP. Nunca deja de sorprenderme la de canciones chachis que tienen y lo rematadamente mal que suenan en directo. Seis personas tocando sobre un escenario sonando desacompasadas, perdidas, desafinadas, poco conectadas… En fin. Un desastre. (E) Festival
es la mejor palabra para definir sus conciertos, y más a esas horas. Como siempre, hitazos y todos a tope de readys for the floor y para lo que haga falta. (M)
AZARI & III. Atisbos electro, voces negras, sutiles batucadas, instrumentalidad clásica (viento, bajo, guitarra, batería, teclados…) y ritmos para danzar como malditos. House noventero sin complejos, hedonista como él solo y un público que lo dio todo. Vibrar fue el verbo de Azari. (J)
MODESELEKTOR. A ver: las cosas, claras… y las drogas, duras. Tan duras (en el buenísimo sentido de la palabra) como la actuación que ofrecieron Modeselektor: se les nota encantadísimos de soltar sus temazos como quien suelta a los fantasmas a las tantas de la madrugada, con las hordas de trolls noctívagos que lo único que quieren es partirse una pierna bailando. Esto no es piyuleo. Esto no es poligoneo. Esto es, básicamente, la puta polla. (R)
JULIO BASHMORE. Y, aunque ya quedaba poco para la última estrella (como diría la gran Sonia Briz), Julio Bashmore pareció llegar más pronto que tarde. House infecto a borbotones, repetición ritual de bases rítmicas, ambiente ácido y desenfreno. Carta de ajuste que, aunque no llegara a la excelencia, sí fue digna de mantener vivo el espíritu festivo hasta que se echara la verja y dejar un buen sabor de boca hasta el año que viene… Si Sónar quiere. (J)
[Raül De Tena + Estela Cebrián + Jose M. Collado + Miriam Arcera + Antonio Caballero] [FOTOS: Antonio Caballero / Sónar]