A esto se le llama la ley del péndulo: tras varias semanas con una cartelera de mierda, por fin parece que nos encauzamos hacia una época de estrenos chanantes. Y es que en esta ocasión sería imposible reducir la cartelera a un estreno destacado. ¿Por qué? Por tres motivos. El primero es que por fin llega a nuestro país «Martha Marcy May Marlene«, que con semejante título parece aludir a la ristra de esposas de un matrimonio mormón pero que en verdad es más bien la ristra de nombres y personalidad de un personaje atormentado que intenta escapar de una secta. Como ya sabe todo el mundo a estas altura, la protagonista es la hermanísima de las Olsen: Elizabeth Olsen. No volveremos a repetir aquí que esta es la oveja blanca de la familia y que, de hecho, es una tipa con dos dedos de frente que mola bastante. Y no volveremos a repetirlo, básicamente, porque no hace falta: el film de Sean Durkin, un oscuro thriller psicológico, parece que pone sobre la mesa motivos suficientes como para olvidar la familia de su protagonista.
El segundo motivo es el estreno de un clásico que llevaba demasiado tiempo alejado de nuestras pantallas: con «Las Nieves del Kilimanjaro«, Robert Guédiguian vuelve a su ciudad por excelencia (Marsella) para revisar los idealismos socialistas que siempre han estado en el corazón de sus films. Con un tono cercano al cuento amable del Kaurismäki de «Le Havre«, lo cierto es que «Las Nieves del Kilimanjaro» defraudará a los que busquen motivos para llorar en esta época de crisis que nos ha tocado vivir. Y es que Guédiguian sí que consigue la lágrima… Pero es una lágrima de emoción e incluso de esperanza.
Y, por último, el tercer motivo viene en compensación al tono de los dos anteriores. Este fin de semana se estrena «Los Vengadores» y lo cierto es que no debería extenderme mucho más en esta recomendación. A saber: Hollywood ha visto que la taquilla superheróica se iba un poco de baretas y ha dicho «¿por qué no juntamos a cuantos más superhéroes mejor para hacer la peli definitiva?» Pues eso. Lo peor es que tiene pinta de que la cosa va a molar y todo.
[Raül De Tena]