Triángulo de Amor Bizarro han vuelto a dar un puñetazo sobre la mesa… Así que es el momento perfecto para entrevistarles sobre su nuevo disco «$€Ð».
Abres la ventana, asomas la cabeza y compruebas que todo está en su sitio, que la gente va y viene y que la vida cotidiana se desarrolla con normalidad. Cierras la ventana, te sientas, tomas un café tranquilamente y lees o escuchas que se está produciendo un cataclismo, que España se romperá muy pronto y que la civilización se va al garete. Te das cuenta de que, quizá, el color de la situación dependa del cristal con que se mire. Hace tres años, Triángulo de Amor Bizarro (TAB) pusieron ese vidrio frente a ellos y lo cruzaron con “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” (Mushroom Pillow, 2020) justo cuando nos encontrábamos en pleno confinamiento provocado por el coronavirus.
Sin pretenderlo, en aquel álbum, Rodrigo Caamaño, Isa Cea, Rafa Mallo y Rubén Muñoz ‘Zippo’ habían bosquejado algunas situaciones que se conectaban con el escenario tan tenso e incierto que conllevó pasar la cuarentena encerrados en casa y empezar la posterior desescalada. Desde el otro lado del espejo que habían colocado ante sí, Triángulo de Amor Bizarro nos ofrecían su visión de la deriva del mundo tal y como lo conocíamos entonces, abriendo una nueva fase en el proceso que habían desarrollado desde su debut en 2007 hasta el EP “El Gatopardo” (Mushroom Pillow, 2018), en el que habían cambiado algunas cosas para que todo continuase igual.
Una vez regresados de aquel viaje fantasioso pero anclado en la realidad que habían realizado con “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” como si hubiesen seguido el rastro de Alicia en el País de las Maravillas, Triángulo de Amor Bizarro rompieron el espejo y con sus pedazos construyeron “$€Ð” (Mushroom Pillow, 2023), el reverso de su anterior disco en varios aspectos. Para empezar, busca sonar más inmediato, sin tanto barroquismo, expresión a la que suele recurrir Rodrigo. Y, en la misma línea, su contenido lírico se muestra también más diáfano. Un detalle que, eso sí, no es novedoso en TAB, ya que el mencionado “El Gatopardo” había marcado ese camino dentro de los modos compositivos del grupo coruñés.
Unidos estos elementos, “$€Ð” ha supuesto un paso más en el imparable avance sónico de Triángulo de Amor Bizarro, siempre empeñados en no copiar los hallazgos de cada trabajo anterior. Sin embargo, cuando comenzaron a presentar su sexto LP, la fiereza de “Estrella Antivida” recordaba poderosamente (en todos los sentidos) a “Ruptura” -que había adelantado “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ”– y volvía a coger con el pie cambiado y los oídos desorientados a sus oyentes habituales.
La cosa no se quedó ahí: al igual que en su día “Vigilantes del Espejo”, “Estrella Solitaria” recogió su testigo como hit del álbum con todas las trazas de convertirse en clásico básico de TAB. Que la palabra ‘estrella’ se repita en ambos cortes no es baladí: se relaciona con esas figuras artísticas cuyo fulgor se desvanece irremediablemente hasta entrar en decadencia, tema que sobrevuela parte del tracklist.
En “$€Ð”, Triángulo de Amor Bizarro también disparan contra falsos nostálgicos, ricos villanos, criptobros y otros seres malignos que forman parte del paisaje de la segunda década del siglo 21. Con todo, no se debe considerar este disco como una obra conceptual, aunque un fino hilo narrativo cose sus canciones hasta conformar una especie de collage fotográfico que guarda instantáneas de los tiempos que nos ha tocado vivir (y sufrir). TAB no se han propuesto ser trovadores contemporáneos que canten sobre nuestras desgracias, pero sí saben cómo moverse dentro del sistema para detectar sus puntos débiles disfrazados de héroes sin capa que mantienen su Boiro natal como base de operaciones desde la que otear el panorama.
Rodrigo y Rafa, en una conversación telefónica a tres bandas, abrieron sus ventanas para contarnos qué ven a través de “$€Ð”.
Rodrigo, hace cinco años, en otra entrevista para fantasticmag asegurabas que no sabías si “El Gatopardo” sería un inicio o un final. ¿Aquel acabó siendo realmente un punto de inflexión en vuestra carrera? (Rodrigo) “El Gatopardo” nos llevó a probar muchas cosas. Por aquel entonces notaba que, más que el final de una etapa, se trataba de un momento de cambio. Ahora no lo tengo muy claro, la verdad… Veo nuestro anterior disco y “$€Ð” relativamente conectados, por ejemplo, con “Salve Discordia”. Pero es una sensación que va variando. En la época de “El Gatopardo” no podíamos prever el futuro, aunque nos sirvió un poco para parar y decidir qué dirección seguir. Después no continuamos según lo que nos habíamos planteado con ese EP…
Es que en aquel momento nadie se imaginaba ni por asomo que se nos vendría encima una pandemia mundial. (Rodrigo) Eso lo alteró todo, obviamente. La vida del grupo cambió por completo, tanto el plan que teníamos con el anterior disco como el desarrollo de la gira. “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” fue un trabajo al que habíamos dedicado muchísimo tiempo y la pandemia hizo que las ideas que teníamos relacionadas con él cambiaran radicalmente. De hecho, “$€Ð” hubiera sido muy diferente sin sus consecuencias, es mucho más inmediato. Como no podíamos dar conciertos con normalidad, avanzamos mucho en la composición de canciones nuevas. Luego, cuando ya por fin podíamos tocar en condiciones, a la vez seguíamos trabajando en esas canciones y por eso nos salieron más urgentes. También teníamos temas que habíamos empezado a trabajar a distancia y queríamos pasar a la siguiente página. Realmente, el planteamiento de “$€Ð” no fue normal: juntamos un montón de material y fue como esperar a ver qué nos decía ese material. Se nos presentó la oportunidad de tomárnoslo con más espontaneidad y, de repente, comprobamos que podíamos hacer un disco y lo grabamos.
Después de los discos que habéis publicado y de haber girado por todas partes, existía la posibilidad de que os relajaseis creativamente o, en el peor de los casos, de que os apalancaseis. Pero sucedió todo lo contrario. (Rodrigo) Nos dimos cuenta de que “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” continuaba un poco el rollo de discos anteriores, aunque de una forma más elaborada y profunda, hasta podríamos llamarla barroca, y nos dijimos que debíamos aprovechar que estábamos de gira y recoger las sensaciones del directo para hacer las canciones más directas. “$€Ð” tiene ese componente de no querer darle varias vueltas para que no perdiera urgencia. En comparación con “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ”, no queríamos meterle tantas capas, sino conseguir canciones con menos voces y menos elementos simultáneos.
Sí, habéis logrado modificar otra vez vuestros propios esquemas sonoros. (Rafa) Nos favoreció mucho tener a disposición nuestro estudio, en el que también ensayamos. Es decir, que pudimos trabajar tomas finales en el mismo local de ensayo. Hubo una gran diferencia con respecto al anterior álbum, en el que debíamos movernos y preparar una grabación de un mes fuera. Para “$€Ð” pudimos hacer las sesiones de una manera más cómoda. Así logramos ganar espontaneidad y no tuvimos que estar buscando o repetir algo que estuviera en una maqueta. En este caso, eso no sucedió, ya no maquetamos, teníamos bien vistas las canciones en el local y las rematamos en la propia grabación. Incluso para mi parte, en las baterías pude cambiar muchos más sonidos. La diferencia fundamental fue poder grabar, como quien dice, en casa.
“$€Ð” es un disco lleno de contrastes. ¿Los consideráis el trabajo más ecléctico de vuestra trayectoria? (Rodrigo) Diría que sí en cuanto a tonalidades. Luego nivelamos un poco ese aspecto con las letras, que son más homogéneas, al contrario que en otros álbumes, más diversos temáticamente. Como decía antes, estuvimos grabando una gran cantidad de material, íbamos dando conciertos y teníamos canciones a medio acabar. En vez de hacer un disco terminando las canciones una a una, en “$€Ð” juntamos muchas ideas sin pensar demasiado en ellas, nos sentamos a escuchar lo que teníamos y reunimos letras. Ahí empezamos a ver que había una especie de narración para un disco que se diferenciaba de los anteriores. Así que comprobamos que teníamos un tipo de canciones con una temática quizá no similar pero que sí transmitían la misma sensación decadente.
Líricamente, mantenéis la línea abierta en “El Gatopardo”, con letras más directas sobre la fama, el negocio musical o ciertas personas de la sociedad, la economía y la política. Todo ello, además, aderezado con acidez y mala baba. (Rodrigo) Nos encontramos con esa nube de canciones que seguían una línea, llamamos a Carlos [Hernández] e hicimos unas sesiones durante una semana en las que elegíamos qué estaba bien, qué estaba mal, qué dejábamos tal cual o qué acabábamos en otro momento. Poco a poco fuimos viendo que teníamos un plano del que quitamos todo lo que pensábamos que no entraba en el disco. Pero no fue un proceso forzado para hacer un disco conceptual que tratara de algo determinado. Simplemente, teníamos un conjunto de composiciones que hablaban de temas parecidos sobre los que había escrito durante la fase de cambio de los últimos dos años que comentaba al principio. De ahí viene la cohesión entre esas canciones.
Acabas de afirmar que “$€Ð” no es un disco conceptual, pero lo parece por el modo en que habláis en él de cuestiones y de sujetos que definen la época que vivimos. (Rodrigo) Es un disco narrativo y con personajes, en general, malvados. Me parece muy divertido escribir sobre este tipo de personajes y, en ese sentido, tomé un punto de vista desde cierta distancia, aunque plasmé en ellos cosas derivadas de mí mismo. Fragmenté sus personalidades introduciendo cosas mías o de gente conocida para obtener algo similar a caricaturas o a personajes de cine negro. A partir de ahí, se marcó el tono de las canciones. Para nosotros, fue una novedad llegar a esa dinámica narrativa y contar historias sin que el resultado fuese demasiado evidente.
La versión estilizada del título del álbum, con las referencias al dólar, al euro y también, de algún modo, al bitcoin, sugiere por dónde van a ir los tiros y esa homogeneidad argumental. (Rodrigo) Repasando las letras, me di cuenta de que era un disco con muchas emociones primitivas, en conexión con las virtudes y las debilidades humanas. Por ejemplo, se observa en el funcionamiento de las redes sociales, que apelan a esas emociones y te enganchan como el tabaco. No depende de la mayor o de la menor inteligencia de cada uno, nadie puede escapar porque así estamos hechos biológicamente. Quería llegar a esa clase de emociones que pueden hacer malvada a una persona, pero sin juzgarla. Incluso nosotros, a pesar de la actitud que mostramos, podemos convertirnos en eso.
¿Creéis que el futuro distópico que perfilabais en vuestros anteriores discos ya es presente? (Rodrigo) Tenemos esa sensación, sobre todo después de lo ocurrido tras la pandemia, que supuso un cambio brutal, como un cambio de era. Pero, al mismo tiempo, me pregunto sobre esa supuesta distopía: ¿hasta qué punto es culpa del bombardeo de noticias negativas y falsas al que estamos expuestos continuamente? ¿El ser humano es capaz de soportar tantas malas noticias ante las que no puede hacer nada?
Se aprecia especialmente cuando se habla de política y de la manipulación que se aplica a la información relacionada con ese ámbito. ¿Consideráis que “$€Ð” es un disco político? (Rodrigo) Como he dicho, es un disco emocional. Y la política es pura emoción, como sucede con el fútbol. Todo se mueve por impulsos viscerales.
Curiosamente, justo un mes después de publicar “$€Ð”, se celebraron las elecciones generales. ¿Y si el resultado hubiera sido finalmente el que pronosticaban medios de comunicación y encuestas de determinada tendencia ideológica? A lo mejor tendríais que empezar rápidamente a componer el siguiente disco… (Rodrigo) Recuerdo que lo comentamos entre nosotros… Nos chupamos el aznarismo primero y después todo el rollo de Rajoy y, joder, ¿íbamos a tener que aguantar algo mucho peor que aquella época? [Risas] No, no era posible. Pero, si lo fuera, tendríamos que hacer un disco de trinchera. (Rafa) Al menos para expresarnos, desahogarnos y quedarnos tranquilos. (Rodrigo) Sigo sin tener muy claro si esa distopía en la que nos encontramos es autogenerada o real, no lo sé… Vivo en una aldea, salgo a la calle y veo que el mundo sigue girando… Así que, cuidado con las profecías autocumplidas, como en la economía: si se dice que hay crisis, se provoca una crisis. Si decimos que estamos entrando en una etapa de bajón colectivo, se va a producir.
Dentro de esa selva en la que estamos instalados, cuando habláis de la industria de la música y discográfica, ¿también os veis a vosotros mismos como componentes del engranaje? ¿O más bien planteáis vuestro trabajo como una forma de atacar el sistema desde dentro? (Rodrigo) Nos vemos como un grupo que va contracorriente, aunque claramente somos demasiado pequeños para influir en ese sistema. Pero, a la vez, estamos en una posición tranquila de no participar en la fiesta del puto coñazo de la música mainstream. Es decir, que si la industria se va a la mierda, por nosotros no será [risas].
Es obligatorio hablar de Carlos Hernández. Ha compartido de nuevo con vosotros tareas de producción. No sé si él se adapta a Triángulo de Amor Bizarro o es al revés… (Rafa) Carlos es, directamente, un amigo. Hemos llegado a ese estado, tanto personal como profesionalmente, en el que casi no hay que hablar las cosas, todo fluye. Es cierto que a Carlos le hacemos ciertas exigencias pero, como tiene buen gusto y criterio y muchos conocimientos técnicos, siempre responde a lo que necesitamos. Carlos fue uno más en la grabación, aunque con una visión externa para decir qué prefería o para buscar sonidos, un proceso en el que él y Rodrigo son los más detallistas y toman decisiones muy rápido y de una forma muy natural. Por otro lado, después de trabajar tantos años juntos y al conocernos bien, podemos discutir sin que pase nada. Eso también forma parte de la amistad.
Como sucedió antes de que viese la luz “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” con “Ruptura”, presentasteis “$€Ð” mediante “Estrella Antivida”, otro tema trallero. Parece que os mola avanzar cada álbum dando un puñetazo a los oyentes. (Rafa) Lo que más me gusta personalmente es que la gente se imagine cada disco un mes o dos antes con las canciones que vamos adelantando.
Quizá algún día se os ocurra componer un disco basado solo en ese estilo… ¿O preferís dosificar vuestro lado más salvaje? (Rodrigo) Me encantaría volver a hacer un disco súper-homogéneo tipo “Año Santo”, nuestro primer LP o incluso “Victoria Mística”, aunque depende mucho de los plazos que dediquemos a cada trabajo. Podemos pasarnos un par de años componiendo y, para que salga un disco homogéneo de manera orgánica, hay que hacerlo como con “Año Santo”, que se grabó en cinco días. Esa rapidez es lo que da unidad al sonido, vas en plan huida hacia adelante. De esa forma haces un disco con tres elementos sonoros y dos ideas, nada más. Sin embargo, en el caso de “$€Ð”, ese proceso se esparció más, le dedicamos más tiempo buscando nuevos sonidos. Cuanto más tiempo le dedicas a un disco, se reflejan más estados emocionales y creativos. Nos dejamos llevar y, si sale un disco muy variado, homogeneizamos algunas partes; si sucede al revés, le damos mayor variedad. Pero es algo que no queremos controlar conscientemente.
¿Os gustaría dar mucha más caña a vuestras canciones? ¿O puede influir lo que piense la audiencia con respecto a vuestro estilo o sonido? (Rodrigo) No, no trabajamos así. No sabemos cómo pueden funcionar las canciones, como cuando pensamos en qué tema será un single. Por ejemplo, “El Fantasma de la Transición” no lo fue en su momento. (Rafa) Visto a posteriori, debería haberlo sido… (Rodrigo) O el caso de “Barca Quemada”. Al año de sacar el disco en el que está, se incluyó en un EP que se agotó enseguida y quedó descatalogado, pero la idea surgió después. De hecho, “Barca Quemada” ni siquiera tiene videoclip y es una de nuestras canciones más recordadas. Hace tiempo que perdí la esperanza se saber interpretar al público. Es complicado… Mejor que sea así. A veces voy por el pueblo y me dicen “este disco no me gusta nada, me gustó más el anterior” [risas]. No soy capaz de predecir qué quiere nuestra audiencia y, mucho menos, la gente que no nos escucha habitualmente.
A pesar de lo que comentas, sí que sois capaces de componer canciones que enganchen inmediatamente. Si “Vigilantes del Espejo” fue el hit de “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ”, en “$€Ð” lo es “Estrella Solitaria”, su corte más melódico y accesible. (Rodrigo) Esas canciones vienen de nuestros gustos musicales, de la música que nos gusta desde siempre. (Rafa) Más que pensar en la gente y en cómo reaccionará con nuestras canciones, lo cual me parece peligroso, la mayor parte de las veces pensamos en nosotros mismos como oyentes y en qué tipo de canción nos gustaría escuchar. Esto sí que lo medimos de alguna manera, es nuestra forma de intuir si una canción funciona. Y luego está la cuestión de insertarla en un disco, ya que seguimos creyendo en el concepto de disco como un todo, con su estructura, sus caras A y B y canciones que se relacionan entre sí. (Rodrigo) De entre todo el material que fuimos seleccionando, había canciones que veíamos que ocupaban un determinado espacio, como “Canción de Muerte del Pez Dorado” y otras dos más, pero comprobamos que las tres no podían estar en el mismo disco porque su ritmo interno sería distinto, transmitiría otra sensación. En nuestros discos siempre tiene que haber una parte de destrucción, sabemos que es lo que nos identifica dentro de nuestro campo, aunque siempre manteniendo un equilibrio.
“Estrella Solitaria” es una canción muy New Order. Da la impresión de que, por fin, completasteis el tributo al grupo de Manchester por las evidentes connotaciones de vuestro nombre. (Rafa) Más que de New Order en concreto, hablaría de toda la época del tecnopop y de otras bandas del género. (Rodrigo) Hablando con Carlos, le dijimos que haríamos una canción un poco tecnopop, pero interpretada según nuestro estilo. No iba a sonar a tecnopop puro porque no somos esa clase de grupo. Nuestra verdadera referencia fue “Ruptura”: tiene un toque sintético pero está tocada con instrumentos y queríamos trasladar ese sonido a una canción más pop. Así llegamos a esa dimensión de New Order, Talk Talk, OMD… Lo que más lleva a New Order en “Estrella Solitaria” es su línea de bajo.
De ella habéis dicho que es vuestra mejor canción. ¿Por qué? (Rodrigo) Todo depende de cómo recibe una canción la gente que la escucha, desde dentro la percepción es diferente. Compuse este tema en el piano y sus acordes son muy distintos a los de lo que se podría llamar estilo alternativo tecnopop. No tienen nada que ver con los que usarían New Order, por ejemplo. Sí que se acercan a nombres más mainstream que tienen esa sonoridad, caso de Michael Jackson o Prince. La progresión de esos acordes se aleja de la que manejarían grupos que consideramos nuestras influencias. Luego están sus arreglos… Aquí hay una unión de elementos muy dispares: el bajo fue el toque final y, al principio, la guitarra tenía un sonido un poco hortera.
[En este punto de la entrevista, Rodrigo debió interrumpir brevemente su intervención para atender sus obligaciones como padre, de las cuales tampoco se libra un rockero.]
También afirmasteis que “Estrella Solitaria” es “la última canción de un disco que no existe”. Esa frase, como mínimo, resultaba enigmática… ¿Cuál era su significado? (Rafa) Básicamente que, dentro de la narrativa del disco, había una canción que giraba en torno al concepto de estrella del pop y a un tipo de música ubicada en un tiempo en el que esas estrellas eran grandes en todos los sentidos por lo que significaban para la gente. Esta canción sería como una especie de hit de esa época que no tiene continuidad. (Rodrigo) Empezamos a hacer “Estrella Solitaria” a distancia, a través de redes sociales, y nos metimos mucho en el rollo electrónico y en las programaciones, Rafa trabajaba con caja de ritmos… Dijimos que pertenecía a un disco que no existe porque, en un momento dado, nos planteamos seguir haciendo canciones telemáticamente, que salían diferentes a las que habíamos hecho con anterioridad. Pero, en cuanto volvimos a dar conciertos, me di cuenta de que no me veía sentado dos años delante de un ordenador. Me encantaría hacer un disco 100% tecnopo: una vez compuesta una canción, podían salir más, pero no somos una banda de esa clase. Tuvimos mucho interés, aunque lo perdimos en cuanto vimos que “Estrella Solitaria” estaba muy avanzada y la enfocamos a tocarla como banda. (Rafa) Sin olvidar ese significado que le dábamos dentro del disco relacionado con una súper-estrella de aquella época que se apaga y que no perdura. (Rodrigo) Después de las primeras canciones que escribí para “$€Ð”, “Estrella Solitaria” hizo que me obsesionara un poco con ese tema y compuse más canciones para extenderlo. Es que también me veía a mí mismo sin futuro, pensaba que la banda se iría a tomar por culo, que no iba a quedar nada. (Rafa) La pandemia fue muy jodida…
Creo que aún no somos conscientes del todo de la magnitud de lo que pasó aquellos meses… (Rodrigo) ¡Claro! Entramos en un estado de melancolía que nos fuimos quitando a base de trabajo. Aquellos días se reflejan de alguna manera en “$€Ð”.
Otro paralelismo con respecto al anterior LP es vuestra incursión en el shoegaze: de “Asmr Para Ti” y “Cura mi Corazón” pasasteis a “Canción de Muerte del Pez Dorado” o “La Carretera”. Ya sois especialistas en ese género. (Rodrigo) Siempre pensamos un poco en esa clase de canciones, pero nos costó varios discos saber hacerlas. Es un género delicado, no puedes caer en la balada tipo Scorpions [risas]. (Rafa) Hay que entrar en ellas con mucho tacto e igual no supimos hacerlo apropiadamente hasta que no refinamos nuestro estilo. (Rodrigo) No soporto la épica desmedida, y menos en el indie. Hay que conseguir cierto lirismo sin resultar empalagoso. Es un género que, durante décadas y décadas, ha pertenecido a la parte comercial por excelencia de la música, pero me gustan las canciones lentas para cambiar los tempos rápidos -a veces exageradamente rápidos- que siempre han sido uno de nuestros puntos a favor. (Rafa) Nunca un tempo medio. (Rodrigo) Exacto, huimos de ese tempo, que es donde está centrada la mayoría de la música pop.
En “$€Ð”, Isa muestra, probablemente, mayor dominio y más matices vocales que nunca. (Rodrigo) La forma de cantar de Isa ya había cambiado en el anterior disco. A partir de ahí, fijó las bases para cantar y entrar en las melodías yendo mucho más allá. Tanto en “$€Ð” como en “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ”, Isa encontró otros matices para hacer cosas diferentes y ampliar nuestro registro. Todo lo reducimos a dos aspectos: ritmo y melodía vocal, cuyo proceso de unión es complejo para conservar la intensidad en las canciones más veloces y en las más calmadas. Se trata de mantener ese ‘algo’ que todavía no podemos definir muy bien qué es. Cuando una canción tiene ‘eso’, lo sabemos. Si no lo tiene -que es la mayoría, por eso descartamos muchas canciones-, también lo sabemos.
Resolvedme una duda… ¿El título de “Huele a Colonia Chispas” está vinculado con “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana? Además, en ella se escucha “tu vida fue demasiado corta”, como si hiciese referencia a Kurt Cobain. ¿Viene de él la metáfora que encierra la canción? (Rodrigo) El título sí procede de “Smells Like Teen Spirit”, pero la canción no habla de Kurt Cobain en particular, sino de un ídolo adolescente de masas que observamos, al final, con cierto cariño. Pero entiendo que se pueda conectar con Kurt Cobain. Aquí hablamos de una estrella del pop muy fugaz, y no considero a Nirvana como un grupo efímero, todo lo contrario. Quizá pensamos más en algún grupo estilo Milli Vanilli [risas], por el que puedes sentir pena y compasión a pesar de cómo fue en realidad su historia.
Me vinieron a la cabeza Kurt Cobain y Nirvana también por cómo se han pervertido su imagen y su legado. La gente compra una camiseta del grupo en una tienda de Inditex y ni siquiera lo conoce… Y esto lo extiendo a la forma en que se conciben el rock y el pop hoy en día. (Rodrigo) La nostalgia es ultra-tóxica. Algunas bandas en activo están compitiendo con grupos mitificados que ya no son reales, caso de Queen. Se está vendiendo la imagen que se tenía de aquella banda en el pasado y que quizá no se corresponde con la que se tiene de ella en el presente. La gente tiende a escuchar menos música nueva justo por esa razón.
Al mismo tiempo que realizáis esa crítica a la nostalgia mal entendida, en “$€Ð” capturáis acertadamente el espíritu de la era contemporánea, como demuestra el díptico “Él”–“Cripto Hermanos”. (Rafa) “Cripto Hermanos” está más separada del resto del disco en comparación con “Él”, que sí pertenece más a su narrativa al ser una referencia crítica a un personaje ficticio. (Rodrigo) Ambas son canciones de escarnio. Así como antes decía que hay personajes que te dan ternura, que observas como víctimas de las circunstancias y en los que incluso puedes verte reflejado porque no son malos per se, sino que el mundo los ha hecho así, en estos dos temas esa compasión no existe: tratan de asuntos y personajes que odiamos y que no somos capaces de suavizar porque son absolutamente chungos. Son canciones totalmente de insulto, no me identifico con nada de eso ni quiero comprenderlo.
Tiene pinta de que “$€Ð” quedará registrado como un buen retrato de la sociedad en la que vivimos. ¿Creéis que su mensaje servirá para tener una idea en el futuro de cómo estábamos en el 2023? (Rafa) No sé si nosotros mismos podemos afirmarlo, debería pasar el tiempo… Ojalá que esta época sea lo suficientemente corta para que solo se recuerde como la peste negra en la Edad Media. (Rodrigo) Es nuestra visión de estos momentos que estamos viviendo y queda plasmada en un disco. Obviamente, es una visión artística y emocional. (Rafa) No es una descripción de hechos. (Rodrigo) Pero sí que las canciones transmiten cómo vemos determinados elementos del mundo moderno. Aunque creo que todos nuestros discos tienen y deben tener, en mayor o menor medida, una conexión con el momento en que vivimos.
Sin embargo, da la sensación de que esa intención se ha acentuado en “$€Ð”. (Rodrigo) Sí, porque es un disco más primario y, digamos, menos poético. Después del anterior álbum no queríamos seguir el mismo camino al que habíamos llegado. Este es un disco más visceral, así conseguiríamos ser más expresivos.
Y esa visión del mundo la compartís desde Boiro, que continúa siendo vuestro lugar de residencia. ¿Desde la periferia se observan las cosas, si no mejor, al menos con una perspectiva divergente o más amplia? (Rodrigo) Completamente. De hecho, muchas veces choca con la realidad que te cuentan en las redes sociales y en las noticias. Comparamos lo que nos llega por las pantallas y lo que vemos a nuestro alrededor a diario y no tiene nada que ver. Podemos vivir en un mundo globalizado, pero tenemos derecho a llevar una vida sin que te explote la cabeza con tal cantidad de información. No sé hasta qué punto estamos preparados para cargar sobre nuestras espaldas con tantas preocupaciones mundiales que no podemos aceptar y ante las que no podemos hacer nada realmente. Si vives en una ciudad, esa dinámica cambia porque todo se mueve a otro ritmo. Si estuviéramos en Madrid o Barcelona, ni Triángulo de Amor Bizarro ni “$€Ð” serían los mismos.
Una vez finalizada la temporada de festivales de verano, Triángulo de Amor Bizarro comienzan en octubre la gira de presentación de “$€Ð” en salas de toda España, la cual ya tiene confirmadas varias fechas para el último trimestre de 2023 y el inicio de 2024. Año, por cierto, en que el grupo cumplirá su veinte aniversario. Pero esa ya es otra historia… [FOTOS: Toño Chouza y Pablo Chouza] [Más información en la web de Triángulo de Amor Bizarro]