Daniel Johansson y Joakim Sveningsson son un par de pobres chicos suecos que se las vieron y se las desearon para superar sus respectivas rupturas sentimentales. ¿Y? Cómo el resto de seres humanos… Claro, pero es que ellos decidieron hacerlo de una manera cuando menos original: formando su propia banda (Friska Viljor) para sacarse los fantasmas de encima (ya nos gustaría a muchos seguir su ejemplo, pero es que para eso hay que saber tocar algún instrumento musical…) Eso sí, la idea llegó a sus cabezas tras las pertinentes charlas terapéuticas entre ambos bien regadas con alcohol (esto es más fácil de llevar a cabo… ¿quién no se acordó de la madre del que inventó el dicho: “noches alegres, mañanas tristes”?) Una vez unidos como dúo artístico, fueron construyendo su debut, “Bravo!” (Crying Bob, 2006), cuyo título denotaba aparentemente que Daniel y Joakim habían logrado quemar todo los recuerdos y olvidarse de sus (aquí cada uno que coloque el adjetivo que considere más oportuno) ex-parejas. Aunque quedaba una pizca de resquemor, como reflejaban dos cortes de ese disco: “I Gave My Life” y “We Are Happy Now (La La La)”. Dos años después, llegaría la continuación a su particular terapia conjunta: “Tour De Hearts” (Sony BMG, 2008). Se supone que el salto transcurrido entre los dos discos hubiese sido suficiente para que ambos, por fin, dejasen dejar atrás su pasado doloroso y pusiesen orden en el caos de sus corazones. Parecía que habían alcanzado el final del túnel: “On And On” y “The Cure” daban fe de ello.
Llegados a ese punto, y de cara al tercer capítulo de su historia, se podría pensar que la excusa de estos tipos para componer sus canciones no podría ir más allá de lo que durasen sus penurias emocionales. Estamos de acuerdo en que se escriben mejores letras bajo depresión, pero debían elegir entre seguir con el mismo cuento (con el consecuente riesgo de resultar un poco cansinos) o cambiar de tercio. Se decidieron por lo segundo. Con todo, como nuestra especie es tan previsible, después de salir del pozo les entraron ganas de ponerse filosóficos: ya se sabe, cuando nos recuperamos de una catástrofe personal toca pensar sobre la vida misma y otras cuestiones místicas. No estamos seguros de si recurrieron a algún clásico del género espiritual del estilo de Santa Teresa de Jesús (en Suecia tendrán la suya propia…) para rendir homenaje a su “vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”, porque precisamente el verbo morir es el más repetido en el comienzo de “For New Beginnings” (Cargo / Green Ufos, 2010). Ya vemos por dónde van los tiros de los actuales Friska Viljor: nuevos comienzos… Sólo faltaba que dijesen que este es su álbum de madurez (sí, creo que algo de eso comentaron por ahí en alguna entrevista). Sin embargo como buenos suecos que son, no se olvidaron de cuáles son las virtudes del pop, y trataron de que el supuesto mensaje trascendental que querían hacer llegar a todo el mundo no afectase al sonido de sus canciones: pulcro, brillante y perfectamente acabado. El habitual del país de IKEA.
Volviendo a la apertura de “For New Beginnings”, Daniel y Joakim utilizan el concepto de muerte para reivindicar justo lo contrario: la vida. “Daj Daj Die” (recomendada para cantar a coro con los colegas, pongamos por caso, en un pub irlandés) la eleva a la categoría de maravillosa, e “If I Die Now” tira de ese pensamiento que, unos más y otro menos, tuvimos todos alguna vez: imaginarnos qué ocurriría si nos muriésemos, pero quitándole el tono macabro a la broma. El paso del tiempo y sus consecuencias es otro tema recurrente en el disco, visible en “People Are Getting Old” y “Hibiskus Park” (ocultan tras de sí el miedo de sus autores por ver cómo envejecen ellos mismos y los que están su alrededor), y “Manwhore” y “Lakes Of Steep” (muestrario de mil y una inseguridades). Ante tales dudas existenciales, incluso recurren al sol, al astro rey, para encontrar respuestas (las folkies “Sunny Day” y “Should I Apologize”). A estas alturas, no sé si hubiese sido mejor que hubiesen seguido con sus letanías recordando traumas amorosos… Claro que algo de eso hay, era imposible que no hablasen de su tema favorito, por eso “Hey You” y “I Want You” recuerdan la razón de ser del grupo.
“For New Beginnings” no ofrece toda la fiesta que se suponía iban a dar Daniel y Joakim a la tercera intentona. Nadie está capacitado para dar consejos a otros, pero si yo estuviese en la piel de alguno de los dos intentaría seguir tratamientos más convencionales para obtener la recuperación total. Porque una cosa es escuchar canciones ajenas para chapotear en el fango de la miseria individual, y otra es componerlas uno mismo para hacer lo propio y no ser capaz de salir del charco en cuatro años. Tampoco quiero ser cruel ni quitarles mérito: “no hay razón para buscar el sufrimiento, pero si este llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada”. Friedrich Nietzsche dixit.