Robbie Williams está a punto de actuar en el O GOZO Festival… Y nada mejor para prepararse emocionalmente que estos 10 temazos que son mucho más que guilty pleasures.
Si te encontrabas en plena adolescencia a mitad de los 90 y tenías una hermana con la que no había demasiada diferencia de edad, seguramente te iba a tocar aguantar cómo quemaba el cassette o el CD de “Nobody Else” (RCA / BMG, 1995), el álbum que condujo a Take That al éxito masivo y a poblar las carpetas de las quinceañeras de la época. El efecto colateral de aquel fenómeno era que, quisieras o no, acababas aprendiendo las canciones más famosas del grupo británico. E incluso bailabas alguna de ellas, como la celebérrima “Back For Good”, cuando aún se estilaban las lentas en las tardes de domingo discotequeras e intentabas arrimarte a alguien dejándote llevar por el romanticismo de instituto.
Pero, en el momento en que Take That habían conquistado el planeta entero, se produjo el terremoto: Robbie Williams, su miembro más díscolo, abandonaba la formación pocos meses antes de la disolución del grupo. Todavía con las lágrimas de las entristecidas fans cayendo como cataratas, Robbie se preparaba para emprender su carrera en solitario tras tener una revelación muy particular: después de estar de juerga con Liam y Noel Gallagher en el festival Glastonbury, decidió iniciar en serio su nueva vida artística. Así hizo mediante toda una declaración de principios en forma de single: “Freedom”, versión del tema de George Michael con la que dejaba claro un deseo liberador que cumpliría posteriormente al pie de la letra.
Su primer álbum, “Life Thru A Lens” (Chrysalis, 1997), se aprovechó de los últimos coletazos del brit pop. De hecho, salió al mercado el mismo día que “Urban Hymns” (Hut Records, 1997) de The Verve y, a pesar de que al principio los presagios no eran alentadores, triunfó. Aunque no solo lo logró entre quienes habían seguido a Take That, sino también entre la audiencia alternativa, que lo escuchaba casi a escondidas. O no tanto, porque “Life Thru A Lens” contenía unos cuantos sencillos jugosos que no se quedaron en flores de un álbum. En este sentido, el primer tercio de la carrera individual de Robbie Williams (que incluía ser compositor) alcanzó globalmente una buena nota.
En total, Robbie Williams ha facturado hasta la fecha doce álbumes de estudio, de los cuales once llegaron al primer puesto en las listas de ventas británicas y seis de ellos se hallan en el top 100 de los discos más vendidos en la historia del Reino Unido. No está nada mal el bagaje de este crooner rebelde y polémico, hooligan tan bocazas como adorable, artista mainstream con alma de malote y aficionado a la ufología que, tampoco conviene olvidarlo, colocó siete singles en lo más alto en su país.
Precisamente, ante su esperada actuación el sábado 8 de julio en el Monte do Gozo de Santiago de Compostela dentro de la programación del O GOZO Festival (en una jornada que también contará con los directos de Hombres G, Iván Ferreiro y Martin Garrix) como parte de su gira “XXV” -que celebra sus 25 años como solista-, vamos a elegir diez temas favoritos del extenso catálogo de éxitos Robbie Williams. Diez canciones que son mucho más que guilty pleasures.
ANGELS. Habrá quien lo ponga en duda, pero “Angels” es la canción más arrebatadora de Robbie Wiliams, cuyo estribillo se canta a pleno pulmón en el coche o pasando la aspiradora. Probablemente, más de uno y una ha pensado en usarla en el baile de apertura de su banquete nupcial. Aunque, realmente, “Angels” no va de amor terrenal, sino de un sentimiento con mayor profundidad que conecta con los seres queridos ausentes que nos observan y nos protegen desde el más allá. Robbie Williams enseña de esta manera su cara más espiritual y metafísica.
SHE’S THE ONE. Esta sí que puede considerarse la canción más románticamente pastelosa de Robbie. Y a mucha honra. El mismo título remite en cada receptor a ESA PERSONA, con nombre y apellido, que ha ocupado su cabeza y su corazón durante un tiempo… o lo hará para siempre. Curiosamente, se trata de una versión de la pieza homónima del grupo británico World Party, no demasiado alejada de la original, aunque Robbie le imprime claramente su particular sello. Ah, el vídeo también tiene su buena miga blandengue…
LET ME ENTERTAIN YOU. Robbie Williams quería con este single sonar a The Who, pero le acabó saliendo un himno para animar eventos deportivos y agitar discotecas indie. Hay que reconocer que el tema funciona a la perfección a la hora de enardecer a las masas y elevar los puños al cielo eufóricamente. Es todo un pepinazo, vaya.
LAZY DAYS. ¿Es esta la canción más britpopera de Robbie Williams? Sí, rotundamente. Por eso en su día surgió la tentación de subirlo a la ola musical de moda en las islas durante los 90… Pero no iba a colar, la verdad. Eso sí, muchas bandas de aquella década que intentaban ascender desde la segunda división del brit pop hubieran vendido sus almas al diablo para componer un tema con el acabado y la pegada de “Lazy Days”.
NO REGRETS. Ya solo por el hecho de que “No Regrets” cuenta en los coros con Neil Tennat de Pet Shop Boys y Neil Hannon de The Divine Comedy, debería reproducirse en bucle varias veces a la semana. Pero, a estas colaboraciones de relumbrón, hay que añadir las líneas certeras de su estribillo: “Sin reproches, no funcionan / Sin reproches ahora, solo hacen daño”, palabras que rebotan en la mente como si Robbie nos las dijera por lo bajo cual Pepito Grillo en determinadas situaciones que todas y todos nos imaginamos…
ROCK DJ. Un auténtico hit mundial que arrasó justo antes de la transición del siglo XX al 21. Durante el verano de su publicación, entre el calor reinante y el efecto festivo de “Rock DJ”, se puso de moda imitar la performance de Robbie Williams en el videoclip y hacer de stripper en medio de la pista de baile, una técnica de ligue que era tan patética como desastrosa… Hoy en día, a Robbie esta canción le sigue dando grandes beneficios gracias a emisoras como Kiss FM y similares.
SOMETHIN’ STUPID. Robbie Williams y Nicole Kidman se vistieron, respectivamente, de Frank y Nancy Sinatra para recuperar y relanzar este clásico mediante una elegante relectura que hacía honor a la pareja antecesora. En principio, la idea de juntar en un dueto a dos estrellas de personalidades tan diferentes como el cantante británico y la actriz australiana podía tener una complicada resolución, pero en la práctica fue todo un acierto.
BETTER MAN. Aunque se editó como single oficialmente, daba la sensación de que “Better Man” quedaba en un segundo plano dentro del disco que la contenía, “Sing When Your’re Winning” (Chrysalis / Capitol, 2000), ensombrecido por otros cortes más radiados. Sin embargo, a pesar de su aparente sencillez, era la pieza preferida de los amantes de las exquisitas orquestaciones tan características del pop británico. Por cierto, se realizó una versión en español destinada a los países de habla hispana traducida como “Ser Mejor” de resultado, siendo benévolos, dudoso.
TRIPPING. “Tripping” es una composición muy poco Robbie Williams. De hecho, el LP al que pertenece, “Intensive Care” (Chrysalis, 2005), intentaba distanciarse -relativamente- de su típico estilo coqueteando con diversas sonoridades. Una de ellas, el reggae, género al que aquí Robbie intentó aproximarse a través de la influencia de The Clash, aunque al final se quedó en una especie de homenaje a “Laid So Low (Tears Roll Down)” de Tears For Fears embadurnado de una gruesa capa de pop comercial para alcanzar todo tipo de públicos.
SHE’S MADONNA. La intrahistoria de esta canción es curiosa a la par que cruel: el título proviene de la excusa que Guy Ritchie le dio a Tania Strecker, la novia de Robbie en su momento, cuando el director de cine abandonó a esta por Madonna, aunque su letra no desmenuza este relato. Aquí apareció de nuevo la contribución de Neil Tennat junto con su compañero Chris Lowe en calidad de compositores y de productores, lo que hizo que llevaran a su terreno la base electrónica y la progresión melódica hasta confeccionar un tema 100% Pet Shop Boys.