¿DE DÓNDE SALEN? Esto va a sorprender a cualquiera que, antes de leer, haya apretado al play del reproductor que cierra este post. Y es que, por extraño que parezca, BeatLove salen de Sevilla. Y es que en FPM ya hace meses que dijimos aquello de que el gigante musical andaluz estaba despertándose y desperezándose después de un largo sueño. En aquel momento nos referíamos a la escena de pop y rock más indies… Pero lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, parece que ese mismo gigante se está viendo sacudido por diferentes escalofríos de electricidad pura y dura. BeatLove vienen a sumarse a las buenas noticias que nos está dando últimamente la electrónica andaluza. Myriam C. Fernández pone la voz (alejándose de la calidez sureña e incluso acercándose a la gelidez norteña de vocalistas como una Fever Ray sin toneladas de vocoders) y Benjamín J. Rodríguez se ocupa de dibujar paisajes quebrados y apasionantes que no necesitan de la trepidancia para atrapar a quien escucha. Desde 2010, cuando lanzaron el EP «Two«, han publicado dos referencias más en ese mismo formato corto: «Dancing Flowers» (2011) y, sobre todo, el redondísimo «Heart & Machine» (2011) que debería abrirles de una vez por todas las puertas de alguna de las pocas discográficas españolas que sepan que el riesgo es equivalente a placer para los oídos.
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Son una flor rara. Si hace no demasiado nos sorprendíamos con lo refinado de The Archive, en el caso de BeatLove nos alejamos de las texturas más cercanas al hip-hop abstracto e incurrimos directamente en aquel terreno de fluidez atmosférica que tan bien supieron labrar Orbital (bueno, los Orbital menos raveros y más sutiles). De hecho, tampoco sería gratuito citar aquí aquella parte de la escudería Warp obsesionada con el glitch como piezas de un puzzle con las que conformar paisajes fríos sólo en apariencia. Si lo que quieres son referencias vocales, podríamos mencionar aquí a dúos como Everything But The Girl o Frou Frou pero siempre con el azúcar ñoño rebajado en su sangre y con una capacidad para explorar horizontes melódicos mucho pero que mucho más amplios. Y, claro, por último está el factor orgullo patrio: saber que hay alguien dentro de nuestras fronteras dándole caña a un género tan de fuera siempre te deja un poco loco.
PREDICCIÓN DE FUTURO. Si hay justicia en el mundo, BeatLove no tardarán en fichar por alguna discográfica española que les ampare en su aventura hacia el debut en largo. Y si no hay justicia en el mundo, da igual, porque BeatLove parece que van a ser uno de esos grupos que utilizarán el no man’s land internetil con mano sabia a la hora de ir labrándose una carrera de provecho. Así, cuando por fin algún sello se interese por ellos, a lo mejor son ellos a los que ya no les interesa casarse con nadie.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Orbital + corazón sureño + glaciar norteño + Warp = BeatLove
MÁS EN SU… Bandcamp.
ESCUCHA. «Heart & Machine EP«.