El reciente fallecimiento de Burt Bacharach nos inspira este homenaje en el que repasamos 10 versiones de sus temas más icónicos en manos de otros artistas.
Seguro que conoces muchas más canciones de Burt Bacharach de las que crees. Y este no es un cliché hiperbólico: su contribución al imaginario de la música popular aportando sofisticación, elegancia y un inimitable refinamiento melódico y orquestal está a la altura de, por ejemplo, The Beatles o The Beach Boys.
Burt Bacharach, fallecido a los 94 años de edad el pasado 8 de febrero, ya fuera como músico, compositor, arreglista o productor, poseía una varita mágica que únicamente él era capaz de manejar para que en sus piezas se reconociera de inmediato su impronta. Se podría recurrir a las frías estadísticas y al enorme éxito comercial como instrumentos de medida de su mito: seis Grammy, tres Oscar, varios números uno en la lista Billborad resistiendo el azote de las modas… Pero las cifras no harían justicia a su influencia incomparable y al halo legendario de su extensísima obra.
Bacharach formó junto al letrista Hal David un tándem formidable que se prolongó a lo largo de cinco décadas durante las que entregaron composiciones a una constelación de estrellas que tuvo a Dionne Warwick como vocalista fetiche y componentes de la talla de Nat King Cole, The Drifters, The Shirelles, Cliff Richard, Doris Day, Tom Jones, Dusty Springfield, The Carpenters, Engelbert Humperdinck, Roberta Flack, Neil Diamond o Elvis Costello. Resulta difícil encontrar otra pareja artística que, al menos, iguale ese magnífico bagaje colaborativo.
Por otro lado, no se comprendería en su totalidad el alcance de la figura de Burt Bacharach sin su relación con el cine, gracias a la cual varias generaciones han recreado sus sueños como si fuesen rodados con una cámara. Si hubiera que elegir la secuencia que mejor define esa conexión entre Bacharach y la gran pantalla sería la protagonizada por Katharine Ross y Paul Newman sobre una bicicleta en “Dos Hombres y un Destino” mientras suena de fondo “Raindrops Keep Fallin’ On My Head”. Un tema emblemático que ayudaría a que muchas personas, aun estando en su niñez, accedieran al universo Bacharach, como pudo haber sucedido antes con “The Look Of Love” (“Casino Royale”) o “What’s New Pussycat?” y después con “Arthur Theme (Best That You Can Do)” (“Arthur, El Soltero de Oro”).
Su grandiosidad se constata con la asombrosa cantidad de versiones que de sus canciones han realizado artistas y grupos de diverso pelaje. De hecho, Burt Bacharach es uno de los autores más reinterpretados de la historia, lo que refleja su profunda huella en todo tipo de géneros y la admiración que despertaba alrededor del globo terráqueo. Precisamente, esta parte es la que queremos rescatar como homenaje a través de diez covers firmadas por nombres más y menos alejados de su estilo, archiconocidos y olvidados, alternativos o mainstream que en algún momento rindieron pleitesía al maestro.
BABY IT’S YOU, de The Beatles. Cuando The Beatles aún no eran conscientes de que alcanzarían la fama mundial, incluyeron en su LP de debut, “Please Please Me”, uno de los clásicos de The Shirelles. Esta maniobra fue una muestra más del gusto de los de Liverpool por los girl groups norteamericanos de la época, de los que habían aprendido sus armonías y modos vocales. De paso, iban poniendo las primeras baldosas de un camino que los llevaría a superar al propio Burt Bacharach en el Olimpo de la música del siglo XX.
THIS GUY’S IN LOVE WITH YOU, de Noel Gallagher. Noel Gallagher dejó claro desde el principio que Burt Bacharach era uno de sus principales ídolos: en la portada de “Definitely Maybe” de Oasis se ve en un plano cercano un retrato suyo. Cuando Oasis estaban surfeando sobre la cresta de la ola, en 1996, Noel tuvo la oportunidad de realizar un dueto con el mismísimo Bacharach en el Royal Albert Hall de Londres para acompañarlo en una relectura que demostraba que las obsesiones de Noel no eran solo beatlelianas.
RAINDROPS KEEP FALLIN’ ON MY HEAD, de Manic Street Preachers. Se suele decir que quien versiona una canción debe atreverse a darle una vuelta a la original. Un reto que superaron Manic Street Preachers con la mítica canción de Burt Bacharach interpretada por B. J. Thomas. La idea les surgió después de ver “Dos Hombres y un Destino” y comprobar que ellos mismos, tras la desaparición de Richy Edwards, estaban abocados a un desenlace similar al de Butch Cassidy y The Sundance Kid en el film. Sin embargo, a partir de la publicación de esta logradísima versión en el disco solidario “The Help Album”, la aventura del grupo galés fue muy distinta.
WALK ON BY, de The Stranglers. Antes de que The Stranglers saltaran de cabeza a la piscina del new-wave ochentero, metieron en su túrmix punk el “Walk On By” popularizado por Dionne Warwick. La banda británica la transformó en un trallazo rockero de más de seis minutos de duración guiado por un teclado deudor de Ray Manzarek, un bajo desatado y una guitarra virtuosa que obraron el milagro de sumergir a Burt Bacharach en una marmita psicodélica sin caer en el ridículo.
I JUST DON’T KNOW WHAT TO DO WITH MYSELF, de The White Stripes. Por si quedaba alguna duda de que el estilo de Burt Bacharach encajaba sin problema en los esquemas del rock, The White Stripes la despejaron de un plumazo. De acuerdo, la voz de Jack White no posee la dulzura de la de Dusty Springfield, pero sabe cómo trasladar su espíritu a los terrenos pantanosos del dúo. Lo mejor del caso es que The White Stripes tuvieron la suficiente habilidad para conservar su aura sugerente y dramática a pesar de la descarga guitarrera.
ALFIE, de Everything But The Girl. De todas las relecturas existentes de “Alfie”, la de Everything But The Girl replica su distinción y belleza sin abandonar el molde sophistipop que encumbró a la pareja. Tracey Thorn, además, introdujo en ella unos matices tan personales que la acercaron a las icónicas interpretaciones que del tema habían hecho tanto Cilla Black como Dionne Warwick.
PLEASE STAY, de Duffy. Como guinda a “Rockferry”, el trabajo con el que Duffy se postulaba como posible sucesora de Amy Winehouse dentro del neo-soul británico, apareció en su edición deluxe una apropiación de “Please Stay”, elevada a los cielos por The Drifters a comienzos de los 60. Duffy la cubrió con un velo más melancólico si cabe, incluso espectral, que escuchado hoy en día parecía presagiar la futura irrupción de Lana del Rey.
WHAT THE WORLD NEEDS NOW IS LOVE, de Cat Power. También como extra de uno de sus álbumes, “Wanderer”, Chan Marshall se puso el vestido de Jackie DeShannon con el fin de “enviar un mensaje de esperanza” reduciendo la orquestación de “What The World Needs Now Is Love” para concederle todo el protagonismo al piano y darle más groove al ritmo bajo una atmósfera ensoñadora.
I SAY A LITTLE PRAYER, de Gene. Gene, pertenecientes a la clase media del brit pop, vivieron su momento de gloria con su concierto en Glastonbury 1995. Teniendo en cuenta el fortísimo influjo de The Smiths en su música, lo natural hubiera sido que, de rendir tributo a alguien aquel día, hubiesen elegido a Morrissey y Marr. Pero apostaron por Bacharach y David mediante el himno universalizado por Aretha Franklin. Y, todo hay que decirlo, a Gene no les salió nada mal la jugada.
I’LL NEVER FALL IN LOVE AGAIN, de Splitsville. Sólo Burt Bacharach y Hal David podían crear una composición eterna basada en una de las frases que más se repite cuando se consuma el desastre sentimental pero que (casi) nunca se cumple: “Nunca me enamoraré otra vez”, sentencia que vertebra buena parte de la historia del pop. Por eso Splitsville, en “The Complete Pet Soul”, un álbum en el que homenajeaban a The Beatles y The Beach Boys desde su título y su portada hasta su contenido, se dirigieron hacia la tercera vía de Bacharach para elaborar una revisión power pop (con sorprendente final) que se pega al cerebro y al corazón.
[Más información en la web (on oficial) de Burt Bacharach]