ATZUR, DEADLETTER, Fin del Mundo, Hause Plants, STONE, The Gulps… Te presentamos a seis nuevas bandas que tienes que escuchar cuanto antes mejor.
ATZUR
¿Una versión continental de Chvrches regada con gotas de Florence + The Machine? Así suena precisamente ATZUR.
Se supone que esta sección, la versión foránea de nuestra La Nueva Carne, está dedicada a nuevos grupos y artistas de fuera de España que, sin tener todavía publicado un disco de larga duración, llaman la atención por la progresión de su trayectoria.
Pero, al hablar de ATZUR, debemos admitir que rompemos la regla porque por sus venas musicales corre sangre española, la de Patricia Narbón, cantante (y diseñadora) de Barcelona que propulsó este proyecto hace tres años en Viena mano a mano con el músico austríaco-iraní Paul Majdzadeh-Ameli (con experiencia previa en varias bandas locales) después de conocerse en Tinder. Gracias a esa conexión vía app, encontraron un camino artístico común para desarrollar un “drama colorido en evolución dentro del mundo del pop alternativo” con un estilo basado en piano, sintetizador y batería.
Con estos mimbres, ATZUR empezaron a crear un pop que navega en medio de un mar de emociones y sentimientos extremos y en el que se advierte el particular contraste entre la calidez sureña de Patricia y la sobriedad centroeuropea de Paul. En cierto modo, el dúo es una especie de versión continental de Chvrches regada con gotas de Florence + The Machine, analogía que ya se intuía en su primer single, “Running”, incluido en su EP de debut, “Flesh Blood Bones” (Seayou Records, 2019), relleno de synthpop prístino e híper-melódico.
El pasado verano, llegaría su segunda referencia, otro EP: “Big Delirium” (Seayou Records, 2022), expansión del ideario lírico, del sonido, de los ritmos y de la intensidad compositiva de ATZUR. Sin embargo, Patricia y Paul no se detuvieron ahí: en su sencillo más reciente, “Faithful Believer”, se han lanzado al pop electrónico bailable, un nuevo paso en su travesía hacia el que será su estreno en largo en la primavera de 2023. [Más información en la web de ATZUR]
DEADLETTER
DEADLETTER están en esta lista porque su renovación del post-punk británico y el no wave está impregnado de un fuerte discurso político.
No hay duda de que, durante el último lustro, el género que ha crecido con más ímpetu en el Reino Unido ha sido el post-punk, adquiriendo múltiples y diversas formas gracias al empuje y a la inspiración de IDLES, Shame, Fontaines D.C., Porridge Radio, Squid o Yard Act. Precisamente, muy afín a estos últimos, por espíritu discursivo y sentido estilístico, es la nueva banda que se ha unido a este batallón: DEADLETTER, nacida en el noreste del condado de Yorkshire pero asentada en el suroeste de Londres en busca de oportunidades para prosperar artísticamente.
Ese fue el viaje que realizaron en 2017 los amigos desde la infancia Zac Lawrence (voz), Alfie Husband (batería) y George Ullyott (bajo) tras graduarse y llevar varios años tocando juntos en su localidad natal. Posteriormente, se unieron a su aventura Will King y Sam Jones (guitarras) más Poppy Richler (saxo) hasta conformar la alineación de DEADLETTER, enésimos herederos de The Fall fuertemente influidos por Gang Of Four, Talking Heads e incluso LCD Soundsystem.
Sobrados de energía y, sobre todo, ritmo, DEADLETTER actualizan la actitud y el carácter de las bandas post-punk británicas y no wave neoyorquinas primigenias para transmitir un mensaje político sobre la sociedad moderna (con cierta mirada misantrópica), el materialismo, los modos de consumo y, en definitiva, el neocapitalismo imperante desde sus sencillos iniciales, una buena ristra de temas (como el sudoroso “Fit For Work”, el anguloso “Good Old Days” o el incisivo “Fall Of The Big Screen”) publicados desde 2020 que definieron las intenciones del grupo a todos los niveles.
Así han ido DEADLETTER tomando el pulso del agitado contexto sociopolítico de su país y, a la vez, del resto de occidente, al igual que hacen en su ópera prima: el EP “Heat!” (SO Recordings, 2022), que vendría a ser el primer gran manifiesto de DEADLETTER, apoyado en la espartana “Weights”, las rocosas “Madge’s Declaration” y “Binge” (auténticos dardos convertidos en canciones), la corrosiva “The Kingdom” y “Zeitgeist”, que resume la esencia de “Heat!”. Probablemente, no tardará demasiado en surgir la siguiente next big thing del neo post-punk británico… Pero, mientras tanto, abramos los oídos y vibremos con DEADLETTER. [Más información en el Bandcamp de DEADLETTER]
FIN DEL MUNDO
¿Hasta dónde te transporta el mejor post-rock? Tú lo sabes: hasta el Fin del Mundo. Y más allá.
El rock tiene la capacidad de emerger en cualquier rincón del planeta, por inhóspito que pueda parecer… Por ejemplo, en Patagonia del Sur, Tierra del Fuego de la que partieron hacia Buenos Aires Fin del Mundo. Efectivamente, el nombre de este grupo le viene como anillo al dedo por su origen. Pero, dejando a un lado el simple chascarrillo, también ayuda a comprender la identidad de un proyecto que, en cierta manera, plasma en sus composiciones su apego a un lugar lejano, solitario y aislado.
Formadas en 2019 como una idea de Julieta Heredia (guitarra) y Julieta Limia (batería) -quien procedía del grupo Temporada de Tormentas; y ambas habían pertenecido a otra banda, Boedo-, en cuanto se incorporaron Lucía Masnatta (voz y guitarra) y Yamina Silva (bajo y coros) grabaron sus primeras canciones antes de estrenarse en directo. Si decimos que estas chicas son fans declaradas de Mogwai, Explosions In The Sky o God Is An Astroanut, podemos inferir cuál es su género favorito: el post-rock. Con todo, el estilo de Fin del Mundo no se reduce a reproducir esa etiqueta, sino que también se introduce en el indie-pop-rock.
Otro detalle, involuntario, que sería posible asociar a las connotaciones tan especiales de la denominación del cuarteto es que su homónimo EP de debut, “Fin del Mundo” (Anomalía Ediciones, 2020), se editó en pleno confinamiento global, por lo que su título reflejaba perfectamente las sensaciones de aquella etapa cuasi distópica. De un modo similar, los (breves pero poéticos) versos de sus cuatro cortes absorbían esa tristeza y desolación para llevarla al terreno emocional entre ecos post-rock, indie-pop y shoegaze.
En su continuación, el EP “La Ciudad que Dejamos” (autoeditado, 2022), Fin del Mundo añaden brío y un poderoso olfato melódico que cabalga sobre la rítmica motorik de “Hacia los Bosques”, se afina en la dinámica “El Próximo Verano” y la deslumbrante como el sol “El Incendio” y retorna al post-rock (con brillantes destellos shoegaze) en “Desvelo”. Hoy por hoy, Fin del Mundo es uno de los grupos más excitantes de la siempre fértil escena rock argentina. [Más información en el Instagram de Fin del Mundo]
HAUSE PLANTS
Hay que decirlo más: es necesario que prestemos una mayor atención a la música que se hace en Portugal… Y más si es un jangle-pop tan maravilloso como el de Hause Plants.
En fantasticmag llevamos mucho tiempo diciendo que hay que dirigir más los oídos hacia lo que se cuece en el panorama alternativo de Portugal. Cada temporada aparece un puñado de interesantes nombres que empiezan sorprendiendo y acaban conquistando a quienes los escuchan, como es el caso de Hause Plants.
Al principio, se trataba de una idea individual del lisboeta Guilherme Machado Correia (también involucrado en otra banda a seguir muy de cerca, Ditch Days), vocalista y multi-instrumentista que componía y producía canciones en su habitación sobre historias urbanas, el salto de la juventud a la madurez y la ansiedad propia de la vida moderna. En 2020, comenzó a compartir esas piezas que funcionarían como abono del terreno del que germinaría su primer EP, “Film For Color Photos” (BIRTHDIY, 2020), en el que palpitaba un jangle-pop (con ramalazos dream-pop y shoegaze) tanto de raíz británica ochentera como próximo a las escuderías estadounidenses Captured Tracks y Slumberland.
2022 fue un año clave para Hause Plants: se transformó en banda con la llegada de Daniel Oliveira (guitarra), João Antonio Nunes (batería) y João Simões (guitarra, sintetizador y coros); Guilherme y sus colegas se mudaron a Nueva York con el objetivo de empaparse de la atmósfera y la agitación de la ciudad; y, producto de ese viaje, elaboraron el segundo EP de Hause Plants, “Sleeping With Weird People” (Spirit Goth, 2022).
En este trabajo -editado por el sello norteamericano Spirit Goth-, además de reflejar su experiencia en la Gran Manzana, Hause Plants refuerzan su sonido (se nota que está ejecutado por un grupo) sin abandonar las coordenadas sonoras anteriores en las que se desenvuelven con tanta soltura. Repetimos: hay que prestar más atención a la música hecha en Portugal (o por portugueses en la diáspora). De allí salen brotes verdísimos como Hause Plants. [Más información en el Bandcamp de Hause Plants]
STONE
De casta le viene al galgo… Pero, ojo, que la casta no te ciegue a la hora de valorar lo que hacen STONE: formular el rock de la Gen Z.
Nacer en Liverpool y querer montar una banda debe de ser prácticamente una obligación desde que se empieza a gatear. Pero también debe de entrañar cierta presión, especialmente si tu padre es un conocido miembro de dos de los grupos que contribuyeron con su granito de arena al movimiento britpop a lo largo de los 90. Hablamos de John Power, componente de The La’s y después líder de Cast.
Su hijo, Finley (voz y guitarra), se enroló durante tres años en The Bohos con Elliott Gill (guitarra), aunque cuando reclutaron a Alex Smith (batería) su intención era tomar un camino diferente. Así sucedió a partir de 2019, cuando formaron STONE, que se completaría con Sarah Surrage (bajo) a principios de 2020. Iniciada la cuarentena como consecuencia de la pandemia, se dedicaron a componer y grabar para, una vez las circunstancias lo permitieran, presentarse sobre los escenarios.
Lo más fácil para Finley hubiera sido seguir la senda pop de su ilustre padre, como ocurría en los mencionados The Bohos, pero con STONE prefirió distanciarse de ese género con el propósito de hallar su propia personalidad. Y esta se fraguó, por un lado, fijándose en el (post)punk de su tierra; y, por otro, en el ruido guitarrero yanqui de la escuela Pixies o The Smashing Pumpkins. Sin embargo, a pesar de esas referencias y debido a su tierna edad, habría que definir el sonido de STONE más bien como rock Gen Z, que plasma la cultura y el ánimo de la muchachada británica contemporánea (en la línea de lo comentado con respecto a DEADLETTER) a través de singles urgentes a la par que enérgicos y con gran carga crítica social.
Esta ristra de lanzamientos culminó el pasado verano con “Waste”, punto de inflexión en la trayectoria de STONE: su salida coincidió con el anuncio de su fichaje por Polydor Records y adelantó su primer EP, “Punkadonk” (Polydor Records, 2022), retrato de una banda que se lo pasa bien de noche, sabe que en la industria musical no es oro todo lo que reluce e intenta encontrar su lugar en el mundo (y ayudar a cambiarlo) a golpe de indie-punk-rock. STONE poseen el potencial suficiente para estar a la altura de la herencia artística familiar de Finley y, en el futuro, de la historia musical de Liverpool. [Más información en el Instagram de STONE]
THE GULPS
¿Dos riojanos que se mudan a Gran Bretaña para ser fichados por Alan McGee? ¿Tendrán acento español los nuevos Oasis? Mucho ojito con The Gulps.
Si de ATZUR destacábamos la raíz española de una de sus mitades, sobre de The Gulps hay que multiplicar esa cepa patria por dos: Javier Sola (alias Harry All) y Juan Carlos Ruiz (Charlie Green), un par de chicos de Calahorra que soñaban con ir a la tierra prometida de Gran Bretaña y triunfar en el negocio de la música. Amigos desde niños y compañeros en la escuela de música de su localidad, en 2016 cogieron los bártulos y emigraron a Londres tras bregarse en diferentes proyectos.
Al año siguiente empezaría a engordar el currículum de The Gulps -que ya contaban en su filas con Franceso Buffone (guitarra), Simon Mouchar (bajo) y Raoul Khayat (batería), a los cuales Harry y Charlie habían conocido en el Instituto de Música Contemporánea de Londres- como otros muchos grupos: tocando en pubs y garitos y en algún que otro festival para coger callo y asomar sus cabecitas en el circuito local.
Gracias a ese esfuerzo y a su insistencia, Alan McGee apareció en sus vidas. Su obsesión era convencerlo de que los acogiera en su discográfica It’s Creation Baby (versión 3.0 de la mítica Creation) y ejerciera de mánager, algo que lograron -pese a algunas reticencias iniciales- hechizándolo en directo. De este modo, McGee se dio cuenta de que tenía un diamante en bruto en sus manos, a los siguientes working class rock heroes.
Fieles seguidores del temperamento hedonista pero profesional del rock independiente británico, The Gulps han ido dando los pasos adecuados para alcanzar su gran meta: en el tramo final de 2021, “Stuck In The City” (lanzado en flexidisc a pachas entre It’s Creation Baby y el sello granadino Discos Bora Bora) los puso en el mapa; Martin ‘Youth’ Glover produjo y editó “The Kings House», pepinazo de brit-rock efervescente; mediante sencillos como “King Of The Disco” ampliaron su espectro sonoro; tocaron en España agotando entradas y haciendo que su música corriera como la pólvora; y la reciente “Candy”, producida por Danny Sober (Black Grape) y publicada a través de su propio sello, Guindilla Records, demostró que están dispuestos a comerse el mundo.
No se sabe cuándo, pero en algún momento verá la luz el estreno en largo de The Gulps (de hecho, tenían un álbum registrado en Granada, pero lo desecharon casi por completo). Y, más adelante, quizá no sea una quimera pensar en llenar estadios… ¿Se convertirán The Gulps en los Oasis riojanos? [Más información en el Facebook de The Gulps]