David Malouf ha roto un silencio narrativo que duraba ya diez años desde su última ficción,»Dream Stuff» (2000), que era una recopilación de cuentos que se vio seguida por el ensayo «Made in England» (2002). Cualquiera podría pensar que un silencio de diez años sólo ha de ser roto para dejar caer palabras mayores; y si hay alguien que crea que el hecho de que «Rescate» (publicado en nuestro país por Libros del Asteroide) sea la versión de Malouf de un fragmento de «La Ilíada» significa que esto son palabras menores, está bien equivocado. La cuestión es que el mismo autor ha confesado que el principal motivo de la escritura de esta novela viene de la poderosa fascinación que levantó en su infancia una porción del libro de Homero, específicamente aquellas páginas en las que Príamo, rey de Troya, se postra ante Aquiles desprovisto de todo distintivo real para hablar al héroe de hombre a hombre. Su principal móvil con tan original acción es mover a Aquiles hacia la compasión para que este le devuelva el cadáver de Héctor, asesinado durante el fragor de la batalla y secuestrado por el héroe como veganza por la muerte poco honrosa de su mejor amigo, Patrocolo, a manos precisamente del hijo de Príamo.
Un poderoso culebrón repleto de muertes y truculencias como los que sólo eran posibles en unas odas grecorromanas capaces de cantar al heroísmo, la amistad y el orgullo con una urgencia y una capacidad de síntesis que ríete tú de los 140 caracteres de Twitter. Así que es normal pensar, de entrada, que la principal valía de «Rescate» subyace precisamente en aplicar un concepto postmoderno como la dilatación del instante a una trama que, inicialmente, pasaba por encima de la psicología de personajes y de detalles naturalistas como un elefante en una cacharrería (sin que ello mermara para nada la efectividad del relato). Malouf demuestra una capacidad sublime para empatizar con la psique de unos personajes que, a priori, deberían quedarle bastante lejos: los reyes, héroes y dioses de «La Ilíada» tienen difícil traducción en un mundo actual en el que estamos hartos de darle vueltas a la muerte del mito y en el que las masas se nutren de ídolos del tres al cuarto crecidos al amparo del papel cuché y las ondas televisivas. Por eso mismo resulta delicioso la atención al detalle (psicológico y físico, tangible) con la que el australiano aborda su historia: pasajes como los recuerdos de infancia de Príamo, la difícil travesía a través del río escoltados por el dios Hermes o la deliciosa apertura con Aquiles empequeñeciéndose ante la visión de un horizonte que le recuerda la inevitabilidad de la tragedia se despliegan ante el lector con una descriptividad capaz de buscar los recovecos más naturalistas sin perder un sentido del ritmo puramente moderno.
Y repito que lo normal sería pensar que este es el principal activo de «Rescate«, pero lo cierto es que cierto pasaje de la conversación en la que Príamo explica la naturaleza de su decisión a Hécuba, su esposa más querida, desvela hacia la mitad de la novela la verdadera grandeza del nuevo trabajo de Malouf: «Creo que lo que hace falta para cortar este nudo que a todos nos ata es algo que nucna antes nadie ha llevado a cabo ni concebido. Algo imposible. Algo nuevo«. Se refiere a algo tan inaudito como colgar sus ropajes de rey y presentarse ante su mayor enemigo como un hombre cualquiera, como un padre que lo único que quiere es recuperar el cadáver de su hijo. Se refiere a algo tan sencillo como dejar de lado el orgullo y la soberbia para presentarse ante un igual de la forma más humilde posible. Se refiere, al fin y al cabo, a buscar la solución más sencilla y humana para un conflicto que se ha ido de las manos de ambas partas, sobredimensionando su desproporción hasta llegar a un punto estanco en el que las mayores locuras (Aquiles arrastrando el cadáver de Héctor por la arena frente a las murallas de Troya) se acaban considerando naturales. Y aquí que cada uno se lo tome como quiera, pero la recuperación y ampliación que David Malouf realiza con este pasaje de «La Ilíada» enmarcado una situación (política, social, económica) como la presente resulta de todo menos casual.
[Raül De Tena]