Jode. La verdad es que jode mucho. Y es que numerosos somos los que hicimos ese pacto secreto de no volver a pasar por el suplicio de ver ni una peli más en 3D, con todo el tinglado de las gafas incomodísimas y la subida de precio extra que, al fin y al cabo, no se ve justificado para nada por el resultado de final de todo un conjunto de films chusquísimos que de 3D tienen bien poco. Pero ha tenido que venir Martin Scorsese para hacernos cambiar de idea. «La Invención de Hugo» no sólo es un film pensado y rodado en 3D (a diferencia de esos pseudo-productos que se ruedan en 2D y luego se adaptan con resultados pobrísimos), sino que además es el abordaje del director a su concepto de cine infantil. Lo de «infantil», sin embargo, acaba por multiplicarse a su máxima potencia, ya que a través de la historia de un huérfano que acaba viéndose involucrado en una aventura junto a Méliès, Scorsese aborda también la infancia del cine. Puede que «La Invención de Hugo» no nos reconcilie con el cine en 3D, pero sí que nos va a obligar a hacer una (gran) excepción.
Si, pese a todo, pretendes seguir fiel al mencionado pacto secreto, lo mejor será que recurras al segundo estreno destacado en la cartelera: «Mi Semana con Marilyn«, la crónica de una semana en la vida de la icónica actriz descubriendo un Londres fascinante durante el rodaje de «El Príncipe y La Corsita» (y con la ausencia de su marido, Arthur Miller, que había regresado a EEUU). Aunque sólo sea por la actuación de Michelle Williams, seguro que merece la pena. Y, si no, al menos habremos puesto una velita al mito rubio. Que bien lo merece.
[Raül De Tena]