Los Planetas acaban de publicar «Las Canciones del Agua» y preguntamos: ¿es un disco que sorprende? No. ¿Y es eso algo malo? No necesariamente.
Los Planetas han publicado nuevo disco, el décimo de su carrera: “Las Canciones del Agua” (El Ejército Rojo, 2022). Y no ha causado ninguna sorpresa. En un doble sentido.
Por una parte, dejando a un lado su efecto en el sector de seguidores fieles y acérrimos, adultos que buscan nuevas viejas sensaciones, esta noticia no ha levantado el revuelo de antaño, cuando la nación alternativa se agitaba cada vez que el grupo granadino entregaba el correspondiente álbum y se cruzaban opiniones encontradas, lamentos y defensas hiperbólicas. Ahora el debate no se centra tanto en si se entiende o no a Jota, ya sea en el plano vocal o en el discursivo, sino que gira en torno al significado del “te quiero ride como a mi bike / hazme un tape modo spike” cantado por Rosalía y otros misterios de las líricas contemporáneas. Los gustos y los tiempos musicales cambian.
También es probable que algunos conocedores de las aventuras de Los Planetas prefieran quedarse con sus proyectos paralelos en Grupos de Expertos Solynieve, fuerza nueva o Los Pilotos, donde los miembros de la banda despliegan su creatividad siguiendo unos caminos diferentes que, en determinados momentos, pueden resultar más arriesgados y sugerentes. Y otro factor a tener en cuenta se relaciona con la flamenquización de Los Planetas, reduccionista recurso al cual recurren aquellos que, casi quince años después, todavía continúan desconcertados con la revisión de la tradición musical andaluza practicada por los granadinos a partir de “La Leyenda del Espacio” (RCA / Sony BMG, 2007).
Por otra parte, y aquí viene el segundo sentido de la afirmación que abre este texto, la aparente limitada sorpresa suscitada por “Las Canciones del Agua” puede explicarse de una manera sencillísima, como diría Ockham agarrando su navaja: más de la mitad del disco ya se había destapado con antelación. Desde el verano de 2020, Los Planetas fueron entregando una serie de singles con los que hablaban de “La Nueva Normalidad”, esa confusa etiqueta para definir el conflictivo presente, y del sistema patrio soportado por falsos pilares como “El Rey de España”.
Estos temas se incluyen en el segundo bloque de “Las Canciones del Agua”, con un enfoque global y la pandemia como decorado que se completa con las también conocidas “El Negacionista” (himno de la era coronavírica) y “El Antiplanetismo” (Los Planetas son como las lentejas, o los tomas o los dejas) más el alegato anticapitalista “El Apocalipsis Zombie”. Aquí predominan el pop y la psicodelia eléctrica marca de la casa, armas con las que Los Planetas disparan contra lo que haga falta aunque eso suponga llevar el tan manoseado concepto de libertad hasta sus últimas consecuencias y genere controversia cuando Jota abre la boca. Así que, pese a quien pese y a pesar de todo, Los Planetas no han dejado de ser un grupo válido para hallar esas zonas temporalmente autónomas a las que apelan para afrontar la cruda realidad.
Las grandes novedades de “Las Canciones del Agua” aparecen en el primer bloque del disco, exclusivamente local, un tributo a Granada que se abre con una pieza que sobrepasa los doce minutos de duración: “El Manantial”, adaptación del poema de Federico García Lorca interpretada solo con guitarras y piano (tocado por David Montañés) y en la que Jota exhibe delicadeza y solemnidad en un prolongado crescendo emocional. Este es, sin duda, el principal hallazgo del álbum. A renglón seguido, se recoge la herencia de “Islamabad” para repetir aquella jugada exitosa: unir la psicodelia jonda planetera con sonidos urbanos. En este caso, el trap de su convecino Khaled (PXXR GVNG) y “Se Quiere Venir”. Vamos, que la distancia existente entre Los Planetas y las nuevas generaciones quizá no sea tan larga como se cree…
La investigación popular de Los Planetas se extiende en otro corte desvelado previamente, «Alegrías de Graná”, en el que se escucha al guitarrista flamenco Edu Espín acompañado de voz y palmas, como mandan los cánones. Y, con pulso ágil, “La Morralla” recupera el legado de otro granadino ilustre, Carlos Cano, para recordar que las diferencias del pasado entre los de arriba y los de abajo siguen siendo las de siempre.
No estaban para nada equivocados Los Planetas cuando abrieron aquel camino que los llevó a explorar sus raíces, esas que protagonizan la portada de “Las Canciones del Agua” (obra, otra vez, de Javier Aramburu) pegadas al terruño, su terruño. A estas alturas, casi es un milagro que los granadinos hayan publicado un disco como este, por el devenir de la historia del grupo, las alteraciones en el panorama musical español y las convulsiones del mundo que los (y nos) rodea. Pero Los Planetas, de convicción y determinación, andan sobrados. [Más información en la web de Los Planetas // Escucha «Las Canciones del Agua» en Apple Music y en Spotify]