Está claro que gran parte de la nación hipster (y no tanto) barcelonesa ya traspasa la treintena y, en muchos casos, anda o bien preparando el nido o bien alumbrando ya a polluelos a los que transmitir delante de la hoguera sus experiencias en Primaveras Sounds pasados para inducirlos al sopor y desearles felices sueños. De repente el mundo se ha hecho pequeño y se nos ha puesto a la altura de las rodillas, y ya no sólo nos hacen gracia las camisetas de los Ramones en versión mini para nuestros sobrinos. Quizá es momento de empezar a pensar en los modelines de nuestra propia prole y la de nuestros amigos… Por ello, la moda infantil ahora mismo está en un momento de auge, esplendor y con ganas de llegar cada día a un público más amplio que ya no sólo quiere cargar de tendencia su armario, sino el de los nuevos habitantes de la casa. Nuestros nenes no son Nenucos a los que vestir con pantalones blancos o copias low-cost de Petit Bateau, tampoco son réplicas de nosotros mismos -aunque nos gustaría-: ellos también merecen una moda hecha a su medida, y no sólo de la forma más literal.
Y por eso existe Little Barcelona, la feria dedicada a la moda y el universo infantil que la semana pasada cerró su primera edición con más de 1.600 asistentes. Más de sesenta marcas presentaron sus colecciones para la próxima temporada, entre ellas Violeta e Federico, Al Agua Patos, Mi.le Bebé, Toms y otras muchas más. Algunas especializadas en la ropa para peques y otras que se han atrevido a dar el paso y probar en este nuevo sector porque echaban en falta un poco de variedad y originalidad como propios consumidores.
Sea como fuere, Little Barcelona ha sido un precioso evento que ya se ha confirmado que tendrá continuidad en julio con más expositores, se espera que muchas más visitas y con el mismo espíritu de ofrecer lo mejor y más bonito para las personitas que más se lo merecen.
[FOTOS 1 y 2: Laura Pallarés] [FOTO 3: Elena Claverol (fotografía) / Christina Kapongo (estilismo)]