¿Es «HEY WHAT» de Low un discazo a la altura del mítico «Loveless» de My Bloody Valentine? En esta reseña no lo dudamos ni un segundo.
“DOUBLE NEGATIVE” (Sub Pop, 2018) fue el principio del cambio radical de Low. En aquel disco, Alan Sparhawk y Mimi Parker -todavía acompañados de Steve Garrington– se introdujeron de lleno en un sonido austero, áspero, denso y cortante apoyado en el feedback sostenido y la distorsión eléctrica, con lo que el slowcore que Low habían cultivado hasta entonces brillantemente como padrinos del género daba paso a un post-rock industrial con el drone como base elemental.
Conocida la evolución de su fructífera discografía, “DOUBLE NEGATIVE” funcionaba como el ensayo de unos músicos que no se conformaban con seguir indagando en los esquemas cada vez más rígidos de su rock narcotizado, aun a riesgo de levantar murallas sonoras que impidieran penetrar en sus composiciones con la sutileza de antaño. Low querían eliminar cualquier atadura y encorsetamiento. Y lo lograron alcanzando la excelencia.
“DOUBLE NEGATIVE” era el primer peldaño de la etapa más vanguardista de Sparhawk y Parker. Y su continuación, “HEY WHAT” (Sub Pop, 2021), es la confirmación absoluta que amplifica esa fórmula según una estrategia, en apariencia, contradictoria: el ruido se retuerce hasta bascular entre la saturación, la delicadeza y el (casi) silencio; pero, en medio, asoman formas y melodías pop cegadoras que hacen que este álbum, pese a su aspecto apabullante, sea accesible.
En este disco, el ruido se convierte en vehículo de creación de una sinfonía igual de armoniosa que atronadora. Un sonido que logra la sublimación de la épica emocional provocando que los extremos se toquen: una misma canción puede acariciar el corazón y, en el siguiente parpadeo, obligar a apretar la mandíbula y los puños.
Hay fases en las que “HEY WHAT” se siente físicamente como granito rugoso, frío mármol blanco, hierro incandescente o el filo de acero de un machete. Acústicamente, si alguien se imaginó si es posible hacer música a partir de los registros de un detector sísmico, aquí tiene la respuesta.
En cuanto arranca la inicial “White Horses” con su pulso glitch y se enlaza luego mediante una mareante repetición con la magnética “I Can Wait”, las canciones van emergiendo como magma que asciende lenta pero inexorablemente en busca de una salida hacia el exterior. A veces, no es fácil mantener el equilibrio cuando el ruido blanco se transforma en ruido al rojo vivo y viceversa, como si hubiera que caminar a través de un puente de madera sobre un río de fuego.
El volumen sube y baja, se activan loops estroboscópicos, el estruendo aturde, el zumbido se mantiene en segundo plano, se entrecorta la conexión, aparecen interferencias y disonancias, la reverberación se ensancha hasta deformarse, las oleadas sónicas van y vienen, se detonan graves potentes, la atmósfera se relaja cuando se cruzan hipnóticos remansos de paz… Este caos ondulante acaba ordenándose hasta componer un fondo galvanizado que toma forma de púlpito desde el que Alan Sparhawk (con voz severa) y Mimi Parker (que alcanza cotas vocales celestiales) emiten salmos (gospelianos en determinados tramos) como el de la arrolladora “Days Like These”, inspirados en la deriva de su país y en un mundo en el que cada vez es más difícil (sobre)vivir.
Quizá sea por sus creencias religiosas mormonas que las palabras expresadas por el dúo a lo largo de “HEY WHAT” se interpretan como actos de fe en la resistencia del ser humano frente a las adversidades. De hecho, hay un concepto que se repite en ciertos puntos del LP: el precio que se ha pagado o que hay que pagar, con la esperanza de redimirse ante la desolación y la derrota, aunque sin obviar la indignación. Las estrofas de “More” rebosan crudeza y rabia:
“Di más de lo que debería haber perdido.
Pagué más de lo que habría costado.
Tienes algo de lo que podría haber tenido.
Quiero todo lo que no tenía.
Aprendí más de lo que jamás me enseñaron.
Pensaron que nunca podría lograrlo.
Vi más de lo que buscaba.
Debería haber pedido más de lo que obtuve”
“HEY WHAT” golpea a la vez en la cabeza, en el pecho y en el alma en un proceso de escucha y asimilación de un terremoto impresionista que percibirán al máximo especialmente las Personas Altamente Sensibles. “Hey”, una pieza subyugante y de belleza stendhaliana en cuyo minimalismo reside su grandeza, es el ejemplo paradigmático. Como el resto del álbum, produce una placentera sobreestimulación sensorial.
Ese poderoso efecto sobre el oyente hace que “HEY WHAT” se conecte con un álbum publicado a comienzos de este año, “The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” (Full Time Hobby, 2021), de The Besnard Lakes, un tratado de rock poético extraído del dolor junto al que forma las dos caras de una misma moneda espiritual: la de la banda canadiense, vinculada con la muerte; la del dúo estadounidense, relacionada con la dualidad de la vida.
Desde la perspectiva de su singularidad como artefacto sonoro, “HEY WHAT” (producido por BJ Burton, convertido en colaborador habitual de Low y clave en su transformación) es una obra con visos de adquirir una trascendencia que la acerque a la categoría de disco disruptivo (tanto dentro como fuera del dúo), a la altura de lo que significó “Loveless” (Creation, 1991) hace tres décadas. La diferencia es que, cuando vio la luz el LP de My Bloody Valentine, no había una referencia directa con que compararlo. Con respecto a “HEY WHAT”, el propio “Loveless” sirve como palanca de apoyo. De hecho, al igual que “Soon” en aquel álbum, aquí “The Price You Pay (It Must Be Wearing Off)” es el magnífico colofón en forma de erupción de siete minutos culminada por la unión perfecta de las voces de Alan y Mimi que anticipan la explosión definitiva.
Low han firmado con “HEY WHAT” su trabajo más revolucionario, un hecho asombroso teniendo en cuenta la alta calidad y las dimensiones de su catálogo. Solo el tiempo dirá si finalmente acabará redefiniendo los conceptos básicos del slowcore, el post-rock e incluso el shoegaze. En cualquier caso, “HEY WHAT” es ya un clásico contemporáneo. [Más información en la web de Low // Escucha «HEY WHAT» en Apple Music y en Spotify]