Nuestra crónica del concierto de Triángulo de Amor Bizarro en el TerraCeo de Vigo lo deja bien clarito: fue una velada muy especial.
El cartel del ciclo TerraCeo indicaba que el sábado 31 de julio era el turno del concierto de Triángulo de Amor Bizarro. “Un nombre excepcional para un grupo excepcional”, afirmó Abel Caballero, el siempre efusivo alcalde de Vigo que ejerció otra vez de maestro de ceremonias del evento. ¿O se refería realmente a Hectágono de Odio Supremo, el nombre alternativo que se propuso para la banda en un concurso de la Televisión de Galicia?
Esperamos que los de Boiro se rebauticen así algún día si se pasan al metal hardcore o al doom. O a lo que les dé la gana, reguetón verbenero o canción ligera. Porque, hagan lo que hagan, estamos seguros de que lo bordarán. Y sea donde sea, en el palco de las fiestas de San Cristóbal en Abanqueiro o sobre un escenario de planchas de madera en medio del monte vigués de la Madroa.
Ladera abajo y más cerca del mar, en la azotea del Pazo de Congresos Mar de Vigo, Hectágono de Od… perdón, Triángulo de Amor Bizarro (TAB) confirmaron la idea en torno a sus canciones que compartieron vía Twitter cuando anunciaron “Detrás del Espejo. Variaciones y Ecos” (Mushroom Pillow, 2021), el disco de remixes y revisiones de “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” (Mushroom Pillow, 2020): “Las canciones cambian irremediablemente por el hecho de ser escuchadas. Todas las emociones, interpretaciones y recuerdos que la gente tiene con ellas se incrustan en las propias canciones y hacen que cambien para siempre. Cuando escucho la grabación de una canción antigua ya no me identifico con ella, no me reconozco en esa persona que la interpreta, y eso está bien. Por eso es tan importante tocar esas canciones en directo, puedes apreciar cómo van cambiando por si solas, a la vez que lo haces tú y el público que las escucha”.
De ahí que, por muchos conciertos que se hayan visto de Triángulo de Amor Bizarro, cada uno de ellos sea una aventura diferente. Pero el realizado en el TerraCeo iba a serlo un poco más, principalmente, por las circunstancias vividas desde marzo del pasado año por culpa de la pandemia. Y también había ganas de volver a tener delante a Isa, Rodrigo, Zippo y Rafa para comprobar cómo trasladaban al directo los temas de “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ”. De entrada, no abandonaron sus habituales intenciones: “Vamos a reventar cabezas”, avisó una Isa que empezaba a afinar su lengua antes de que la banda arrancara con engañosa calma mediante “No Eres Tú” y «El Fantasma de la Transición”, la cual permanece incorrupta pese al paso del tiempo. Un himno imperecedero.
Sin embargo, en cuanto los decibelios empezaron a dispararse y Rafa comenzó a sacudir la batería como una bestia parda, ya no hubo escapatoria. A su lado, Isa, Rodrigo y Zippo (quien, entre tecladazo y guitarrazo, animaba sin querer al público cual cantante de orquesta) se coordinaban al milímetro para pilotar la apisonadora y desplegar a lo largo y a lo ancho el shoegaze-rock y el noise-pop abrasivo marca de la casa. Aunque fueron más allá, como cuando detonaron sus muros eléctricos con “Ruptura”, cuya metralla “Fukushima” acabó de esparcir por toda la terraza del Mar de Vigo.
Pero, como decía unas líneas más arriba, este concierto de Triángulo de Amor Bizarro tenía aroma de velada especial. También por el emplazamiento, que permitió dejarse llevar por “Asmr Para Ti” mientras el sol se ponía junto a las islas Cíes y la brisa costera soplaba con suavidad. Ese sería otro trampantojo. Antes de que Isa recordara que “Qué Hizo por Ella Cuando la Encontró” va de “una persona muy de izquierdas que hace cosas muy de derechas” (¿algún político amante de las luces de navidad se dio por aludido?), el cuarteto exhibió su melodiosa fiereza en una sucesión casi non-stop que incluyó “O Isa”, “Les Llevaré mi Cruz”, “Canción de la Fama” o “Folía de las Apariciones” y que tuvo efectos orgásmicos. Aunque, después, hubo un amago de coitus interruptus en el inicio de “Vixiantes do Espello” (efectivamente, en galego) al quedarse cortado el micro de Rodrigo. Solucionado el problema técnico, el tema estrella de “oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ” pareció sonar más a The Cure que en su versión grabada.
Otro detalle que hizo de la actuación de TAB en el TerraCeo algo excepcional fue su duración, más extensa de lo acostumbrado. La ocasión, verdaderamente, lo merecía. Por eso “Barca Quemada” y “De la Monarquía a la Criptocracia” se recibieron como maná caído del cielo. Si por el público fuera, el concierto podría haber continuado hasta el amanecer. Pero había que elegir un momento para despedirse… Y este llegó con la apropiada “Cura mi Corazón”, que atravesó el pecho como una flecha dorada y completó la declaración de amor mutuo entre Triángulo de Amor Bizarro y su audiencia. [Más fotos en Flickr] [Más información en el Twitter de Triángulo de Amor Bizarro]