«The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings» es un tremendo enfrentamiento contra la muerte… Y también es nuestro disco de la semana.
Primero fueron el caballo oscuro. Más adelante, la noche estruendosa. Y, once años después, son la última de las grandes advertencias de tormenta. Así se describen The Besnard Lakes, y se auto-incluyen en los títulos de los tres álbumes que mejor definen el espíritu del grupo canadiense: épico, sensible e intenso. A la vez, las portadas de esos LPs, “The Besnard Lakes Are The Dark Horse” (Jagjaguwar, 2007), “The Besnard Lakes Are The Roaring Night” (Jagjaguwar, 2010) y “The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” (Full Time Hobby, 2021), sendas representaciones pictóricas catárticas e incandescentes, conectan con su sentido sonoro y simbolismo lírico, cuya conjunción compone un volcán en erupción que expulsa lava en forma de sangre y lágrimas.
“The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” vendría a completar una especie de trilogía en la que la banda se abre en canal hasta entrar en combustión en medio de un torbellino de estados emocionales llevados al límite. A la hora de expresar esos incendios internos, a The Besnard Lakes no les valen las medias tintas: van a degüello con una particular mezcla de dream-rock, post-rock y rock espacial con trazas psicodélicas que, en unas ocasiones, roza la grandilocuencia de Arcade Fire y, en otras, el melodrama de The Dears.
Al igual que “Stages” (Chord Orchad, 2020), la espléndida última obra de The Electric Soft Parade, cuyos miembros (los hermanos Alex y Thomas White) dedicaban a su madre fallecida años antes, en “The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” la banda liderada por Jace Lasek y Olga Goreas se enfrenta a las devastadoras consecuencias de la muerte, ni más ni menos. Este es el gran asunto en torno al que gira su sexto disco tras afrontar la defunción del padre de Lasek, hecho luctuoso del que parte un trabajo entre hipnótico y abrasivo en el que el grupo lidia con el torrente de sentimientos que despierta tan traumática situación.
Planteado como un doble LP cuya cara A se denomina “Near Death” y la cara B “Death”-“After Death”-“Life”, “The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” es la plasmación de las reflexiones de The Besnard Lakes sobre encontrarse en el lecho de muerte, un trágico trance que califican como “el viaje más psicodélico de la vida” que se produce, paradójicamente, antes de abandonarla. Pero, más allá de esa capa conceptual que envuelve al disco, este también se puede observar como la manifestación de la experiencia que viene después de que se consuma el fatal destino para, de algún modo, encontrar la luz en el lado terrenal cruzando las inevitables y necesarias fases del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
1. “Puedo sentir las gotas de lluvia y todo el tiempo estoy cayendo al suelo”. El dolor es tan agudo que se busca aplazarlo, incluso a la fuerza, mientras se pierde la noción del tiempo y los contornos del espacio se vuelven borrosos. Los sueños parecen reales y la realidad parece un mal sueño del que no hay escapatoria. El enigmático inicio de “Blackstrap” simula anunciar la llegada de esa gran tempestad. Pero, de repente, en cuanto surge el característico falsete de Jace Lasek sobre guitarras etéreas se va despejando el negro horizonte. Curiosamente, The Besnard Lakes no se regodean en la aflicción que provoca ese momento -al igual que en el resto del disco-, sino que lo evitan apelando a una lisergia cuasi luminosa que se prolonga a “Raindrops”, en la que las voces de Lasek y Goreas se intercalan en su intento de atravesar la densa oscuridad que amenaza con apoderarse de sus almas.
2. “Ahora es tu sueño, no tu vida. Esto es un adiós”. La rabia y la frustración hacen que todos los días sea idénticos, pesados, plomizos y deformados. En medio de la confusión y el desconcierto, los ojos van perdiendo su color a medida que la angustia y el miedo oprimen el pecho. The Besnard Lakes condensan bajo la atmósfera vaporosa de “Christmas Can Wait” esa cruda sensación de que la vida se pierde entre las manos como arena fina para, a continuación, rebajar la dureza del golpe en “Our Heads, Our Hearts On Fire Again”, adornada con unos coros y unas armonías beachboyescas que rasgan el telón de este decorado sobrecogedor.
3. “Todo lo que quería era quedarme para siempre”. Siguiendo esa senda radiante, como si fuese el camino de baldosas amarillas del mundo de Oz, “Feuds With Guns” se muestra como el corte más entusiasta del álbum. Aunque después se cruza con su contrapunto: la comatosa “The Dark Side Of Paradise”, un extenso pasaje onírico en el que el consciente se libera y comienza a fantasear con preguntas de difícil resolución sobre la fragilidad de lo que se da por sentado y la imposibilidad de volver atrás.
4. “Quiero saber dónde estás. ¿Puedo ir?”. El gran peligro de pretender hallar respuesta a esa clase de interrogantes es auto-infligirse un severo castigo por, precisamente, no ser capaz de frenar lo irreversible. La tristeza infinita y el vacío más profundo crecen otra vez. The Besnard Lakes contrarrestan sus hirientes secuelas con la fuerza de la gospeliana “New Revolution” y el extraño efecto reconfortante de “The Father Of Times Wakes Up” (que rinde tributo a Prince).
5. “Deja una luz encendida para mí, nadie más me llevará”. Al final no queda más remedio que aprender a vivir con el dolor a la espera de que la llama del sufrimiento se vaya apagando lentamente hasta que se extinga por completo. The Besnard Lakes reservan para el desenlace “The Last Of The Great Thunderstorm Warnings”, monumental pieza que anticipa que, después de la tormenta, debe venir la calma.
A pesar del desgarrador sentimiento de pérdida y de la impotencia de no poder cubrir una ausencia insustituible, la ansiedad se irá debilitando y los recuerdos se depositarán de un modo natural en una esquina de la memoria. Mucho más difícil será quitarlos del centro del corazón… [Más información en la web de The Besnard Lakes // Escucha “The Besnard Lakes Are The Last Of The Great Thunderstorm Warnings” en Apple Music y en Spotify]