Analizamos los nuevos discos de Beladrone, Terry vs. Tori y Arista Fiera… Tres ejemplos de que la música que se mueve en Andalucía es puro poderío.
Una potente corriente atraviesa desde hace varios años Andalucía en forma de tormentas post-punk, torbellinos shoegaze, ciclones noise-pop y brisas dream-pop que han provocado que aumentara la temperatura musical del sur de España, actual tierra prometida de las melodías envueltas en electricidad maleable que tanto atraviesan el cuerpo como trasladan la mente a dimensiones lejanas.
Beladrone y Terry vs. Tori desde Sevilla y, desde Málaga, Arista Fiera se han proyectado como valores destacados dentro de la escena alternativa estatal. Todos juntos, han situado las guitarras y los sintetizadores como elementos protagónicos para construir unas canciones que remiten a géneros de raíz anglosajona bien conocidos pero adaptados a su propia idiosincrasia.
Justamente de esa materia están hechos sus respectivos debuts en largo: “Andévalo”, “Heathers” y “Cromatismo Doméstico”. Tres discos que, además de sus conexiones estilísticas y de su origen andaluz, presentan otro nexo en común: El Genio Equivocado, el sello ideal para que vieran la luz unos álbumes que funcionan como travesías sonoras en las que lo más importante no es el punto al que se llegue, sino el viaje en sí mismo.
DE SEVILLA A HUELVA
La disolución de los añorados Blacanova desembocó en la génesis de dos bandas que, desde ópticas distintas, preservan su legado: Martes Niebla y Beladrone. En el segundo de estos proyectos, Paco Arenas (voz, guitarra y coros) y Manuel Begines (bajo) comenzaron su nueva andadura artística junto a Iñaki García (voz y guitarra) para adentrarse en los universos del rock, el post-punk y el shoegaze agitados por la distorsión y el ruido.
Los sevillanos (con Eduardo Escobar a la batería) dieron una vuelta de tuerca a esos sonidos aplicando una capa conceptual a su estreno en largo. “Andévalo” (El Genio Equivocado, 2020) es una excursión muy particular por algunos lugares de la provincia de Huelva relacionados con historias personales de los miembros de la banda y con tradiciones y relatos extraídos de la comarca de la que toma nombre el LP.
La costa, la sierra, la cuenca minera y la capital onubenses aparecen en el mapa de “Andévalo”, con la muerte, la religión o la soledad como telón de fondo. Estos componentes temáticos conectan a Beladrone con la cara más oscura de Blacanova, aunque “Andévalo” va un paso más allá en cuanto a solidez rítmica, energía desplegada y feedback sostenido hasta conformar un muestrario eléctrico que se divide en tres direcciones que se retroalimentan: noise-rock, perfectamente domesticado en “La Flecha” y lanzado como un proyectil kraut en “Cemento”; post-punk magmático y con aroma ochentero en “El Valle” y sombrío, tintado en blanco y negro y próximo al after-punk en “Las Monjas”; y shoegaze de la escuela Slowdive en “Astro Muerto” y canónico y galvanizado en “Palacio Oscuro”.
Estas son los renglones que sigue en este disco la odisea onubense de Beladrone, tan fascinante como intrigante. Si quieren llevarla a la realidad, la versión en vinilo de “Andévalo” guarda las coordenadas de los espacios que le dan sentido. Elijan la canción que deseen, marquen el destino… y comiencen la aventura. [Más información en el Facebook de Beladrone]
DE SEVILLA AL CIELO
Terry vs. Tori pertenecen a este planeta… Pero, como dijimos en su día cuando los presentamos en nuestra sección de La Nueva Carne, podrían haber venido perfectamente de algún punto suspendido en el éter y en el que no existen límites físicos, de un espacio gaseoso donde Erica Pender (voz y guitarra), Manuel Jiménez (guitarra), Jose Prieto (bajo) y Pablo González (batería) dan rienda suelta a un indie-pop con trazas ensoñadoras y un acentuado sabor nostálgico.
Tanto, que da la sensación de que Terry vs. Tori provienen, además, de aquella época entre finales de los 80 y principios de los 90 en la que el pop independiente se cruzaba con el dream-pop para alumbrar piezas tan aterciopeladas como ágiles. Por eso es fácil comparar a los sevillanos con Lush o The Sundays y emparentarlos con el sello neoyorquino Captured Tracks.
Gracias a sus EPs “Terry vs. Tori” (Discos FUP, 2016) y “Leap Day” (Spirit Goth, 2017) y varios singles, Terry vs. Tori fueron cimentando una carrera ascendente que ha hallado su primera cumbre en su estreno en largo: “Heathers” (El Genio Equivocado, 2020). Precisamente, algunos de aquellos sencillos forman parte del álbum, lo que indica el vigor de unas canciones que, pese al tiempo transcurrido, mantienen incólume su brillantez, como “Keepsake Box” (ejemplo paradigmático del molde estilístico del grupo), “Cascais” (con colaboración del californiano Foliage) y “Psychic Reader” (deudora del Wild Nothing melancólico a la par que brioso), corte en el que participó David Alonso de Baywaves, al igual que en la dreamy “Braille”.
El principal peligro que acecha en “Heathers” es el de la repetición rítmica, un riesgo que Terry vs. Tori esquivan armados con la dulce voz de Erica, las evanescentes guitarras y las logradas melodías, hecho que ratifican “Driving Fast”, “Magic Hour” y “Parallel Lines”, a lomos de las cuales los sevillanos nos llevan, directamente, al cielo. [Más información en el Facebook de Terry vs. Tori]
DE MÁLAGA AL ESPACIO EXTERIOR
“Tú y yo de viaje por el sol, en una nueva dimensión…”. Esta frase del clásico de Los Planetas “De Viaje” define muy bien los parámetros que caracterizan a Arista Fiera. Por un lado, parte de su música se mueve en una nebulosa atravesada por partículas de polvo estelar y sintetizadores envolventes, aunque sus letras versan de asuntos más bien cotidianos y terrenales. Por otro, la vinculación de los malagueños con Los Planetas se hizo realidad cuando Isabel Galván (voz, piano y sintetizador), Gorka Gamarra (guitarra) y Juan Ortega (bajo) grabaron su primera referencia, el mini-LP “Simetría Par” (autoeditado, 2017), en el estudio Producciones Peligrosas con la participación de Banin, junto al cual empezaron a moldear esa inclinación planetera que continuó en su segundo EP, “Mi Defensa Personal” (El Genio Equivocado, 2019), y que se ha prolongado a su primer LP, “Cromatismo Doméstico” (El Genio Equivocado, 2020).
“Tu Familia” -un pepinazo noise-pop adhesivo-, “El Breve Romance” -un medio tiempo cósmico y absorbente que explota entre una espiral eléctrica- y “Victoria” -una pieza tan delicada como el cristal de Bohemia- certifican que Arista Fiera saben tratar con sentido y tacto la influencia granadina. De hecho, en el último de los temas citados, Isabel recuerda a la Irantzu Valencia que acompañó a J en otro incunable de Los Planetas, “Y Además es Imposible”. Así que aquí surge la inevitable pregunta: ¿cuándo acabará colaborando Isabel con los granadinos?
Sin embargo, Arista Fiera también se manejan con soltura cuando se sacuden ese influjo planetero. Lo demuestra el pletórico arranque de “Cromatismo Doméstico”, “No Estás”, de estribillo infalible. Una auténtica joya. A lo largo de la segunda mitad del álbum, los malagueños exhiben las diferentes caras de su indie-pop, tan flexible y versátil que se introduce en el shoegaze (“Multitudes”), en el post-punk nuevaolero (“Decir que No”), en remansos de paz que suenan a desahogos emocionales (“Cada Vez que Intento Explicarlo”) y en el delicioso pop de chicle a lo Belle And Sebastian (“Algo Nuestro”).
“Cromatismo Doméstico” es la rampa de lanzamiento hacia los altares del indie-pop patrio para Arista Fiera… y la pista de despegue para que el resto de los mortales, desde la calidez de nuestra intimidad, alcancemos con sus canciones el espacio exterior. [Más información en el Facebook de Arista Fiera]