Aleix Saló vuelve a la carga con «Todos Nazis», un cómic en el que te explica por qué en la actualidad política abundan los nazis y los fascistas.
Tengo que reconocer que, a veces, la actualidad política me supera. Y no estoy diciendo que me supere en fuerzas, sino que simple y llanamente me supera porque, de repente, me explota en la cara algo que no he visto venir y que no sé exactamente de dónde sale. Después de varias décadas en las que varias generaciones crecieron totalmente desapegadas de la política de este país, nuestro despertar fue duro y doloroso. Casi sangrante. Y, desde entonces, el siglo 21 no nos lo ha puesto para nada fácil a la hora de entender qué es lo que está ocurriendo exactamente.
Porque, definitivamente, la política de este siglo no tiene nada que ver con la del anterior. Por las redes sociales, claro. Pero también porque el bipartidismo que se estableció en los albores de la democracia hizo catacroc y no solo entraron nuevas voces en el debate del país, sino que las que ya estaban aquí antes tuvieron que aplicar lo de «renovarse y morir». Sea como sea, la política a veces es como ese cuadro 3D en el que no ves nada porque lo estás observando demasiado de cerca hasta que un buen amigo te coge de la manita, te aleja y te dice: «mira, ahora sí, ahora lo verás bien«. Ese amigo es Aleix Saló, por cierto. Démosle las gracias.
Y es que sus obras hasta la fecha ya se habían dedicado a procesar ciertas vivencias recientes (la crisis de 2008, la lucha de nacionalismos dentro de España, la EuroPesadilla, etc.) para entregarnos verdaderos ensayos gráficos que resultaran accesibles para todo el mundo. Y, ojo, repito: ensayos gráficos. Porque, si no conoces a Saló, lo primero que te sorprenderá es que lo suyo no puede tildarse de cómic ni de novela gráfica. Es algo así como la versión alargada de las tiras de humor de la sección de política del mejor diario que te puedas imaginar.
Las páginas de Aleix Saló a veces tienes más texto que dibujos, pero el autor se lo monta para resultar del todo menos farragoso. Incluso cuando maneja conceptos abstractos elevados, lo acabas entendiendo a la primera sin necesidad de relectura… Y a fe que, en su nuevo cómic «Todos Nazis«, los conceptos abstractos a veces no son solo elevados, sino enrevesados hasta decir basta. Porque esta nueva obra puede resumirse perfectamente en el mini-texto que consta en la portada: «Cómo España se llenó de «fascistas» antes hasta que llegaron los fascistas«. Pero, en realidad, todo es mucho más complejo que este pequeño resumen.
Al fin y al cabo, la actualidad política es compleja y, a veces, sin sentido. ¿Y cómo explicar un sinsentido? Diseccionándolo paso a paso. En el primer capítulo de «Todos Nazis«, Saló le pega un repaso a los últimos años de la actualidad política para demostrar el poder del lenguaje: cómo unos empezaron a llamar fascistas a otros y cómo otros empezaron a llamar nazis a unos hasta que llegaron los verdaderos fascistas y todo se despendoló y, literalmente, ambos términos dejaron de tener significado… Por mucho que no perdieran su fuerza e impacto.
A lo largo de todo su ensayo, Saló aporta casos concretos de todos los partidos y, francamente, aquí pilla hasta el apuntador. De alguna forma u otra, todos quedan un poco en bragas cuando alguien como el autor es capaz de mostrar las costuras de unas argucias políticas que, miradas desde la distancia desde fuera del ruido y la furia, pueden resultar incluso ridículas. Y lo mejor es que «Todos Nazis» no se queda en esta batalla entre los nazis y los fascistas (sean quienes sean cada uno de ellos): también aborda la reinvención de la derecha y cómo la ultra-derecha ha conseguido vender ese surrealista discurso anti-sistema que ha calado hondo entre aquellos que consideran que no tienen voz (pese a ser la voz mayoritaria).
El único pero que puede achacársele a «Todos Nazis» es que casi podría considerarse que acaba in media res. Acaba, obviamente, en un presente que necesita ser explicado y que, probablemente (o eso espero yo), será explicado por Saló en sus próximas obras. La última página del ensayo muestra a un señor con guantes de boxeo que anuncia «pues que empiece la batalla» después de que el autor haya escrito «Esta no es una batalla por la verdad, ni el debate para consensuar cuáles son los problemas más acuciantes o cuál es la mejor forma de solucionarlos. No. Esta es una batalla identitaria. Y nadie busca convencer al otro o llegar a un punto en común. Se trata de derrotarlo«.
Un punto y final bien negro que presagia que lo peor está por venir y te deja con ganas de que Aleix Saló te siga cogiendo de la mano y llevándote hasta el punto en el que mejor veas las imágenes ocultas en este cuadro 3D de la política patria. ¿Para cuándo el próximo asalto, amigo nuestro? [Más información en el Twitter de Aleix Saló y en la web de Reservoir Books]