Lo tenemos claro: «Sideways to New Italy» de Rolling Blackouts Coastal Fever es el disco que probablemente salve el verano más raro de nuestras vidas.
Uno de los discos indie-pop internacionales que más esperaba este año era “The Main Thing” (Domino, 2020) de Real Estate, grupo de fiabilidad más que probada. Pero me quedé decepcionado con su resultado final por culpa de unas canciones, en líneas generales, insípidas. Sí, inesperadamente, Real Estate no habían cumplido con las expectativas. Menos mal que me quedaba la oportunidad de resarcirme con una opción, a priori, ganadora: el segundo trabajo de Rolling Blackouts Coastal Fever, los adalides australianos del indie-pop de hechuras clásicas con cuyo primer largo, “Hope Downs” (Sub Pop, 2018), se erigieron en referencia absoluta del género y en la banda favorita de los cazadores de melodías redondas y guitarras centelleantes.
Reproduje aquel álbum con una compulsión y una fruición equiparables a cuando los también australianos The Zebras habían publicado muchos años antes “Worry A Lot” (Lost And Lonesome, 2006). A pesar del larguísimo arco temporal existente entre un LP y otro, quedaba claro que el área oceánica continuaba siendo la tierra prometida del pop alternativo con trazas twee desde que en los 80 germinara el jangle-pop kiwi. Con todo, la euforia generada por “Hope Downs” no distorsionaba la seguridad de saber que Rolling Blackouts C.F. no se iban a quedar en flor de un día y que, más tarde o más temprano, tendrían que afrontar el reto de encarar el temido segundo disco tras firmar un estreno excelente.
A Rolling Blackouts C.F. le bastaron sólo un par de canciones editadas en 2019 para despejar cualquier atisbo de duda: el sencillo “In The Capital” y su cara B “Read My Mind”, dos joyas deslumbrantes. Así, prácticamente sin despeinarse, los australianos anticipaban adecuadamente con suficiente margen la llegada de su deseado nuevo álbum: “Sideways To New Italy” (Sub Pop, 2020), lanzado unas semanas antes del comienzo del verano más extraño de nuestras vidas. Por lo tanto, recurriré a un tópico trillado pero verdadero: este LP posee todas las papeletas para alegrar los calurosos meses estivales gracias a las buenas vibraciones que desprende y, de paso, ratificar el estatus de Rolling Blackouts Coastal Fever una vez asimilados el éxito y los efectos de la extensísima gira en la que se embarcaron a raíz de “Hope Downs”.
Para abrir boca hay cuatro temas de “Sideways To New Italy” que definen el disco y confirman que el quinteto de Melbourne se encuentra en plena forma. Sin salirse del orden del tracklist, primero aparece “Falling Thunder”, un chute de endorfinas que pone el nivel de entusiasmo por las nubes. Le sigue “She’s There”, que acelera el pulso rítmico mientras emite un haz de luz cegador. Hacia la mitad del álbum, “Cars In Space” repite el esquema anterior. Y, justo después, “Cameo” arranca con tranquilidad engañosa, ya que poco a poco va creciendo hasta convertirse en un corte que celebrar con el puño en alto.
Solo estas cuatro canciones ya testimonian el gran valor de “Sideways To New Italy”, en el que no hay relleno ni piezas sobrantes: en cualquier momento se escucha el detalle de un brillante acorde eléctrico, el retazo de una melodía infecciosa, un coro luminoso o un estribillo memorable. Aquí reside una de las principales virtudes de Rolling Blackouts C.F.: no solo se preocupan de que los singles sobresalgan y suenen rotundos, sino que también se aplican en el resto de sus composiciones. Por eso “The Second Of The First” funciona como apertura de lujo que tiende un puente con “Hope Downs” como si entre ambos discos no hubiesen transcurrido dos años; y en “Not Tonight” el grupo se pone juguetón con sus guitarras y sus voces perfectamente acopladas. Pero no todo se basa en exhibir brío y nervio: los australianos son capaces de quitar el pie del acelerador sin perder su puntería en “Beautiful Seven” y, especialmente, “Sunglasses At The Wedding”, quizá el tema menos rollingblackout jamás entregado por la banda.
¿Qué más dará que “Sideways To New Italy” sea un trabajo continuista con respecto a “Hope Downs”? Por no decir que es como su hermano mellizo… ¿Acaso The Go-Betweens, Teenage Fanclub, los fundadores de la corriente C86 o el roster de Flying Nun revolucionaban su estilo en sus álbumes? Como descendientes directos de aquella generación emblemática, Rolling Blackouts Coastal Fever han dado lustre a la herencia recibida mientras construían su propia historia, cuyo fulgor tiene visos de que nunca se apagará. Como los australianos mantengan esta elevada eficacia creativa, las bandas indie-pop del resto del mundo deberán conformarse con las migajas… [Más información en la web de Rolling Blackouts Coastal Fever // Escucha «Sideways to New Italy» en Apple Music y en Spotify]