Yaeji por fin debuta en largo con «What We Drew 우리가 그려왔», un álbum multicapas que te puede hacer bailar… pero que sobre todo te va a hacer sentir.
La música nos apasiona porque, de alguna forma u otra, es un recipiente vacío de significado que llenamos con nuestras propias emociones. O, por lo menos, la buena música lo es. Y por «buena música» me refiero a esa música que te deja el espacio suficiente para que la habites, en vez de forzarte a dejar habitar por ella. Dicho de otra forma: no es lo mismo La Oreja de Van Gogh cantándote sobre amores miserables on your face que La Casa Azul creando canciones multicapas en las que una aparente alegría espídica esconde otros discursos más tristes y neuróticos, de tal forma que te permite surfear la canción como te de la gana, aferrándote a una capa u otra. O añadiendo tu propia capa. Obvio.
Digo esto precisamente porque una primera escucha de «What We Drew 우리가 그려왔» (XL, 2020), el primer larga duración de Yaeji, podría hacerte pensar que te encuentras ante un disco de baile uber cool y profundamente chill. Al fin y al cabo, es este un álbum repleto de sonidos cálidos que evocan un tipo de alegría que no es eufórica, que no es luz blanca, sino que es más bien los colores atenuados por la golden hour justo cuando la tarde está a punto de extinguirse en el cielo.
Musicalmente hablando, la coreano-americana ha debutado con una colección de anti-hits que a mí, personalmente, me hace pensar en todo lo que Grimes quiere y pretende ser pero nunca podrá ser. Claire Boucher hace tiempo que se acerca a Corea en busca de una inspiración que en sus trabajos suele materializarse en solos de guitarras metalera en compañía de Aristophanes y en un acercamiento para nada tímido a una estética futurista cyber y post-humana que tiene más que ver con el k-pop que con Arca. Dicho de otra forma: Grimes se esfuerza como si le fuera la vida en ello y, en consecuencia, acaba cayendo en unos desbarres que a veces fascinan y otras veces fascina menos. Incluso cuando opta por versiones relaxed como la de su nuevo «Miss_Anthopocene» (que es precisamente el que más me recuerda a este, por lo menos en espíritu).
Yaeji es toda naturalidad. Y su música también. En «What We Drew 우리가 그려왔» pueden encontrarse rastros (a veces simplemente chispazos fugaces) de sonoridades que obsesionan a las post-divas del nuevo siglo, desde FKA Twigs hasta Björk pasando incluso por Holly Herndon y, claro, Grimes. Pero, mientras que todas las mencionadas parecen sentir una necesidad imperiosas de reforzar su discurso musical con propuestas estéticas y/o conceptuales extremas, a Yaeji más bien te la vas a encontrar bailando un poco lacia en una esquina vestida con ropa baggy extra-cómoda y, como máximo, luciendo unas gafas de sol con cristales de colores. Ese es su rollo. El anti-rollo.
Como ya he dicho más arriba, eso se vislumbra también en su música. Su puesta en largo en forma de LP tiene mucho de art-pop y de deep house, pero de repente te suelta unas líneas de guitarra frenética o se deja llevar por derivas cyber… Y todo suena natural, como ella misma. Como si ni lo estuviera intentando. Lo que, al final, tiene mucho que ver con otro aspecto de esta tanda de canciones que añade una capa de complejidad (emocional y conceptual) muy a tener en cuenta: desde el principio de su carrera, Yaeji admite recurrir al coreano como idioma en sus composiciones para oscurecer el discurso. Lo que viene a significar que, por muy chill que te parezcan a primera escucha, sus temas están repletos de disertaciones sobre la ansiedad, la depresión, la alienación y la soledad que muchas veces van parejas a la vida urbana moderna.
Y esto me vuelve a remitir al principio de esta misma crítica: la buena música es un recipiente vacío de significado que nosotros llenamos con nuestras propias emociones. Y, en este caso, tras mucho tiempo de espera (en serio, sus último trabajo hasta la fecha, el imprescindible «EP 2» -Godmode, 2017-, se lanzó hace tres años), «What We Drew 우리가 그려왔» es un disco repleto de cortes que son como un yacimiento arqueológico listo para que desentierres todo aquello que prefieras, dejes intacto todo aquello con lo que conectes de forma profunda y, a continuación, pongas en el espacio que quede vacío tu corazón. O tu cabeza. O tu alma. O lo que tú prefieras. [Más información en el Instagram de Yaeji // Escucha «What We Drew 우리가 그려왔» en Apple Music y en Spotify]