Una de las novedades que más ilusión nos hace en FPM a la hora de abordar las listas de lo mejor de este año 2011 es precisamente inaugurar nuestro Top 10 de videojuegos imprescindibles en los últimos doce meses. Porque lo cierto es que no será por falta de oferta: la industria del videojuego, pese a haberse visto afectada por la consabida crisis, sigue siendo de las más poderosas en cuanto a cultura se refiere. Y eso se traduce en una cantidad casi indecente de juegazos entre los que es prácticamente imposible elegir y acertar… A no ser, claro, que te fíes de nuestra lista.
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10. «Xenoblade Chronicles» (Wii). Durante un tiempo, se creyó que “Xenoblade Chronicles” formaría parte de una de las sagas -dobles- preferidas por los jugadores del RPG japonés más hardcore: “Xenosaga” / “Xenogears“. Al final, sin embargo, la cosa no pasa de un sentido homenaje que, desde el título, ha querido llevar a cabo el equipo de Tetsuya Takahashi, responsable del juego que nos ocupa y uno de los grandes desarrolladores del género (estuvo involucrado tanto en “Chrono Trigger” como en “Final Fantasy VII“). Eso sí, la cosa no se queda en un tributo, sino que desde el principio “Xenoblade Chronicles” nacía para que, por fin, la Wii tuviera un RPG como Dios manda. Uno de los grandes… Basta una partida para comprobar que, más que probablemente, nos encontremos no sólo ante el mejor de su género en la máquina de Nintendo, sino también ante una piedra Rosetta que propone muchas innovaciones en un género al que le hace falta un lavado de cara urgente. Aquí hay soluciones. Aquí puede que esté el futuro. (sigue leyendo)
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9. «From Dust» (Xbox 360, PS3). ¿Otro juego más de esos en los que tienes que ponerte en el papel de un Dios del montón para hacer crecer una civilización? Sí… y no. Porque está claro que «From Dust» parte de esta quemadísima premisa pero consigue algo mucho más interesante: pasarse por el forro las complicaciones que implican trillones de menús y de opciones para centrarse en un sistema de juego tan simple que casi parece un puzzle. La principal premisa es «coger» materia (agua, tierra, lava) de un punto del mapa y «depositarla» en otro punto para así abrir vías de paso o conseguir nuevas configuraciones del territorio para que tu civilización consiga expandirse de forma satisfactoria. Tan simple como eso y tan efectivo como horas y horas en las que no sólo querrás hacerlo bien: querrás ser e puto amo. Todo sea para que tus nuevos súbditos te adoren.
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8. «Rayman Origins» (Xbox 360, PS3, Wii). Ubi Art, el estudio hippy de Ubisoft capitaneado por esa leyenda de la industria que es Michel Ancel, nos propone una de las sorpresas del año, que ha pasado de ser un título descargable a uno triple A con distribución física. Mientras Mario se dedica a perseguir y confirmar su reinado en el trono de las 3D, el hombrecillo de las extremidades flotantes de Ubisoft se desmarca con una aventura plataformera en 2D de altísima definición. Heredero del caos multijugador involuntario de «New Super Mario Bros«, la diversión de «Rayman Origins» reside tanto en avanzar por una multitud de preciosistas niveles como en liarte a sopapos (virtuales) con tus compañeros de sofá. Puro slapstick histriónico para el siglo XXI.
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7. «The Legend of Zelda: Skyward Sword» (Wii). No podía faltar el que para muchos medios es el juego del año. Una reivindicación de la actual vigencia de Wii como plataforma para títulos de calado y no como simple pisapapeles con lucecitas. Coincidiendo con el 25 aniversario de la saga, Nintendo nos sorprende con el «Zelda» más ambicioso hasta la fecha, inmenso y con una dirección de arte exquisita. Deja atrás viejos tics que ya comenzaban a hacerse repetitivos e inventa nuevas formas de jugar en cada sesión de juego cada vez más sorprendentes.
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6. «Superbrothers: Sword & Sworcery EP» (iPhone, iPod Touch, iPad). Probablemente el juego más hipster de todo el año. Capybara Games, un pequeño estudio independiente canadiense, se alió con el compositor Jim Guthrie y el colectivo de artistas Superbrothers para realizar una “interpretación del siglo XXI de una arquetípica aventura old-school” para dispositivos iOS. Una extraña mezcolanza de gráficos pixel art y referencias pop en la que se potencia la sensorialidad, la exploración y la reflexión. Recomendamos especialmente jugarlo en un iPad.