Es oficial: Tennis están en una segunda (y dulce) cumbre en su carrera, y «Swimmer» es el disco con el que van a volver a enamorarte.
«I am the master of my ship, my ship, the master of the sea. Through a rhetorical distinction, I think I’m finally feeling free for the first time» («Soy la capitana de mi barco, mi barco, la capitana del mar. A través de una figura retórica, creo que finalmente me siento libre por vez primera«), canta Alaina Moore en «Late Night«, una de las últimas canciones de «Swimmer» (Mutually Detrimental, 2020). Y resulta completamente inevitable entender esta letra (y esta canción) como una declaración de intenciones de Tennis hacia su propia intrahistoria.
Ya sabes: Moore y su marido Patrick Riley se embarcaron en una travesía de siete meses recorriendo las costas del Atlántico a bordo de su barquito y, al final, acabaron encapsulando la experiencia en su debut «Cape Dory» (Fat Possum, 2011). En un momento en el que el mundo al completo estaba experimentando una recuperación del espíritu de «Walden«, el regreso a la vida marítima como escapismo de los grandes males de la vida urbana se podía entender como una coda al regreso a la naturaleza que Thoreau vertió sobre su libro más mítico. Lo interesante en el caso de Moore y Riley era que su aventura náutica sirvió como plano estilístico que muchos otros copiarían a la hora de abordar el revival del pop 70s tamizado por una producción lo-fi de piel bronceada que tan bien se estaba practicando en el garage-pop de cambio de década en la Costa Oeste.
Desde aquel disco, Tennis siempre han intentado alejarse del mar. Al fin y al cabo, muchos entendieron su travesía marítima como metáfora perfecta de una clase privilegiada que puede permitirse siete meses de vacaciones para luego transformarlas en un álbum. Tristemente, cuanto más se alejaba el dúo del mar, menos brillaban sus composiciones… y menor parecía ser el interés del público general. Hay que reconocer que «Young & Old» (Fat Possum, 2012) consiguió preservar parte del frescor de «Cape Dory«, pero que «Ritual in Repeat» (Communion Records, 2014) sonaba precisamente a eso, a repetición de un ritual en el que todo sonaba ya escuchado, masticado e incluso un poco regurgitado.
Y, entonces, un parón. Entre «Ritual in Repeat» y «Yours Conditionally» (Mutually Detrimental, 2017) transcurrieron más de tres años, un periodo de tiempo en el que muchos fueron los que pensaron que Alaina y Patrick habían decidido colgar los instrumentos y dedicarse a la vida conyugal sobre la que siempre habían cantado. Al fin y al cabo, no es tan difícil imaginar que lo dejan todo y se dedican a vivir la vida y cultivar su huerto de verduras orgánicas en las afueras de Portland, ¿no? Pero no: «Yours Conditionally» fue un disco sereno y delicado que reenfocaba el sonido de Tennis hacia un nuevo paradigma estilístico de gestos mínimos, envolvente minimalista y art-pop setentero preñado de colores poderosos.
El álbum contenía temas pletóricos como «Fields of Blue» o «10 Minutes 10 Years«, pero el esfuerzo no fue suficiente para que el público en general volviera a abrazarles como en sus primeros tiempos. Puede que, al fin y al cabo, sea necesario reconocer que «Yours Conditionally» fue precisamente el borrador sobre el que Tennis construirían el álbum / pilar que sostuviera su carrera de aquí en adelante… Y ese álbum es «Swimmer«, donde Moore y Riley vuelven a abrazar las imágenes marítimas (como la que abre esta reseña) dejando claro que ni se avergüenzan ni tienen la necesidad de volver a convertirlas en el corazón de un imaginario que ahora se consagra simple y llanamente a desgranar la vida de pareja, que suficientemente compleja es ya por sí sola.
El mar forma parte de su pasado, pero no define necesariamente su presente. Su presente está definido más bien por un álbum en el que han sabido concretar todas las promesas de «Yours Conditionally» para crear el nuevo canon de Tennis. Que se parece mucho al antiguo canon, claro, pero que suena mucho más adulto, delicado, sereno y con una profundidad de campo con muchos más matices emocionales. También mucho menos poser y mucho más real, mucho más honesto. Por primera vez en su carrera, y después de haber confiado los mandos a productores como Richard Swift o Patrick Carney (Black Keys), el dúo decide autoproducirse para sonar en sus propios términos.
Y el resultado no podría ser más brillante. «I Need Your Love» es Tennis como nunca lo has escuchado, con aceleraciones y frenazos rítmicos que añaden un toque weird sin enterrar el potencial viral de un tema con otra ristra de letras nacidas para convertirse en himno parejil: «I need your love and I need your touch like I need a bolt of lightning from the sky above» («Necesito tu amor y necesito tu caricia como necesito el latigazo de un trueno cayendo del cielo«). El romanticismo sigue presente en temas tan Beach House como «Swimmer» o en la mencionada «Late Night«, que puede vanagloriarse de ser ya una de las composiciones más bellas de Tennis. Sin hacerle un feo al single «Runner«, claro, que vendría a ser el ejemplo pluscuamperfecto de la estilizadísima delicadeza de esta nueva etapa de la banda.
La ristra de hits en potencia se amplía con cortes tan cinematográficos como «How To Forgive» (¿podemos volver a usar la referencia de John Huges como si fuera algo musical y no cinematográfico?), con lamentos vaporosos como «I’ll Haunt You» o como esa «Matrimony II» que da continuidad a uno de los cortes de «Yours Conditionally» a la vez que cierra este «Swimmer«. Otra puntualización identitaria que, situada al final del álbum, no suena a punto y final, sino a poderosa reafirmación en la que Alaina y Patrick marcan un punto y a parte.
Ya han dejado atrás el fantasma de «Cape Dory«. Han superado el primer bache de su carrera. Se han redefinido sin perderse por el camino. Son los capitanes de su barco. Son los capitanes del mar. Y, a través de muchas imágenes retóricas, por fin se les escucha libres. Y, sobre todo, se les escucha pletóricamente cómodos dentro de su propia piel. [Más información en la web de Tennis // Escucha «Swimmer» en Apple Music y en Spotify]