A Yung Beef no le gusta la portada del libro sobre «El Trap» y exige a la editorial errata naturae que retire todas sus existencias. Nuevo caso «Fariña».
Hace poco más de un mes que la editorial errata naturae puso a la venta «El Trap«, un ensayo en el que Ernesto Castro aborda este género musical no solo con cierta voluntad historicista, sino sobre todo con una elocuente intención de ligar la ascensión de esta música urbana al no future al que la crisis económica abocó a toda una generación. Del libro en cuestión ya os hablamos en esta otra noticia en su lanzamiento… Pero es que ahora resulta que esta publicación ha levantado otra noticia. Y no es precisamente alegre.
Los editores de errata naturae lo explican perfectamente usando su cuenta de Twitter.
Dicho de otra forma: a Yung Beef no le gusta la portada del libro «El Trap» en la que aparece representado a modo de ilustración y, vía burofax (es decir: vía legal y sin conversación previa de ningún tipo con los afectados), exige a la editorial errata naturae que retire del mercado todos los ejemplares existentes. Vamos, un «Fariña» en toda regla. La portada, por cierto, es una ilustración de David Sánchez que tiene poco de caricatura y que, a nuestro entender, está realizada desde el respeto y adecuándose a la línea gráfica editorial que le mismo artista ha ido creando poco a poco dentro de errata naturae.
La reacción de internet ha sido, sin embargo, inmediata. La cuenta de Twitter de la editorial ha recibido un verdadero baño de apoyo de todos los usuarios que están apuntando a la poca coherencia que tiene una demanda de este tipo por parte de un artista, Yung Beef, que siempre ha apostado por ir contra la ley cuando, ahora, se ampara en ella sin diálogo previo para apuntar hacia una editorial y un libro que se han acercado al trap de forma respetuosa, inteligente y valiosa.
Sea como sea, y tal y como se apunta en el Twitter de errata naturae, parece ser que la ley está del lado de la editorial. Ahí está esa «libertad artística, crítica social y derecho a la caricatura» amparada en el «art. 8.2.b, Ley Orgánica 1/1982 sobre protección a la propia imagen» que mencionan. Pero, sea como sea, el mal rollo está montado. Y esto nunca es a gusto de nadie.
Más información en el Twitter de errata naturae.