El rosa ha sido el color predominante en una alfombra roja de los Oscar 2019 que nos recuerdan lo guay -y relevante- que fue la red carpet de los Grammy.
¿Cómo ha acabado pasando esto? ¿Cómo nos hemos metido en una situación en la que lo más esperado de la alfombra roja de los Oscar es, fundamentalmente, Lady Gaga? ¿Qué hemos hecho mal? Porque lo cierto es que, desde el -por otra parte francamente alucinante- vestido que Gaga lució en los Globos de Oro, todos dábamos por supuesto que sería precisamente en los Oscar 2019 donde daría el do de pecho. Pero no. Ni mucho menos. Lady Gaga se plantó en esta red carpet con el bronceado (de bote) de Valentino y con un vestido de Alexander McQueen que bien, correcto, aha, pero cero espectacular.
De hecho, si hablamos de espectacularidad y acierto, el que se ha llevado la palma ha sido precisamente Billy Porter. Que no es una mujer. Pero que debería ser recordado por los siglos de los siglos por haber llevado el gender fluid hasta la alfombra roja de los Oscar y quedarse a gustísimo con, definitivamente, el mejor vestido de la noche. Que es de Christian Siriano. Y es este…
Una vez con esto claro, podemos seguir adelante y confirmar que, este año, los Oscar 2019 han tenido una alfombra más rosa que roja… Porque, al fin y al cabo, el rosa ha sido precisamente el color más abundante en la alfombra que da accesos a la gala. Pero eso no significa que haya sido el mejor. Solo el más abundante. Aun así, ha tenido grandes embajadoras como el Valentino de Gemma Chan, la sobriedad del Schiaparelli de Hellen Mirren, la orgía de volantes de Linda Cardellini o la primavera floreada de Maya Rudolph.
Pero no ha sido una alfombra rosa solo por la abundancia de este color, sino también por ser algo así como un rojo desteñido. Dicho de otra forma: la red carpet ha sido un poco coñazo del que solo se ha salvado el riesgo de látex futurista del Givenchy de Rachel Weisz. Que, por si te lo perdiste, fue tal que así…
Bueno, venga, vale, digamos también que el vestido de Emma Stone, que es un maravilloso Louis Vuitton pero que en internet han señalado como un gofre gigante, también fue una elección de altura.
¿Algo más? Pues poco. Bien poco. Ojo con los metalizados, ya sean en formas más sutiles como el Balmain de Emilia Clarke, en versiones más bola de discoteca como el cantoso (pero maravilloso) Tom Ford de Jennifer Lopez o la sensualidad de una Brie Larson que optó por exhibir orgullosa un Celine de Hedi Slimane. Ahora, digamos que lo de metalizado guay, pero el dorado… Va a ser que no. Y esto va por Glenn Close y esa cosa que llevaba de Carolina Herrera.
Por todo lo demás, repetimos: rosa aburrimiento. Puedes comprobarlo en la galería al final de este artículo. ¿O puede ser que esto nos parezca un aburrimiento porque, de repente, lo de la reciente red carpet de los Grammy 2019 fue tremendamente divertido -y relevante a nivel moda-? [Más información en la web de los Oscar 2019]