Weyes Blood acaba de lanzar su nuevo single, que resulta que se titula «Andromeda»… Y que, te lo advertimos, es una cosa seria de adictivo.
“Front Row Seat To Earth” (Mexican Summer, 2016) fue el trabajo que consagró a Weyes Blood hace poco más de dos años. Y era sólo su segundo álbum, que confirmaba el enorme talento que su autora, Natalie Mering, había ido exponiendo progresivamente en sus anteriores movimientos: un par de EPs e, intercalado entre ambos, su estreno en largo, “The Innocents” (Mexican Summer, 2014), que habían sentado las bases de un universo muy personal confeccionado con retazos de historias amorosas y espirituales y cubierto con un delicado velo urdido con hilos de folk ensoñador y de soft-pop setentero con efectos hechizantes.
Weyes Blood, cual Penélope que tejía y destejía su trama sonora, lograba que toda aquella persona que se introducía en el interior de “Front Row Seat To Earth” no pudiese salir de él. Con cada escucha, el disco se hacía más grande, hasta el punto de ser considerado un clásico contemporáneo. Sin embargo, alcanzar una cumbre musical tan elevada conduciría a Mering a afrontar un complicado desafío: elaborar la obra que la sucediera. Y en esa hercúlea tarea se embarcó para demostrar durante este 2019 que es capaz de superarse a sí misma. O, al menos, de igualar su propio listón.
El primer paso para llegar a esa meta se llama “Andromeda”, prueba de que el cosmos de Weyes Blood se encuentra en constante expansión. Si en “Front Row Seat To Earth”, Mering convertía la Tierra en un lugar etéreo, como perteneciente a otra dimensión, ahora salta al espacio exterior con una pieza donde los sintetizadores envolventes marca de la casa y una algodonada guitarra slide a lo Mazzy Star adornan un desarrollo parsimonioso en el que, por momentos, da la sensación de percibir en la lejanía los ecos del “Life On Mars?” de David Bowie.
Mediante “Andromeda”, Weyes Blood se dirige a la galaxia que le da título a lo largo de un viaje a través de las estrellas (bellamente visualizado en el hipnótico clip realizado por Adam Gerber) con el propósito, quizá, de romper las cadenas que la sujetan -de idéntica manera que aquellas que amarraban a una roca a la mitológica divinidad griega de mismo nombre- cantando con su aterciopelada y celestial voz, todo un regalo para los oídos y el corazón.
Así se inaugura el camino -más terrenal- de Weyes Blood hacia la publicación en primavera vía Sub Pop de su tercer álbum, co-producido por Jonathan Rado de Foxygen, detalle que ayuda a comprender la apertura de Natalie Mering hacia un sonido más cósmico y psicodélico. La diosa del folk-pop sentido a flor de piel ha vuelto.
Más información en el Facebook de Weyes Blood.