No hay dos sin tres… Y por eso Converse le da a Miley Cyrus la oportunidad de que la líe por tercera vez consecutiva con esta maravilla de colección.
Dice Miley Cyrus que «encajar» está muy sobrevalorado. Y por eso mismo parece ser que ha enfocado su tercera colaboración con Converse como una especie de colección en la que todo el mundo pueda encontrar un uniforme personal e intransferible con el que apartarse de la norma y con el que vivir en sus propios términos estéticos. De hecho, esta siempre ha sido la prerrogativa de Miley Cyrus a la hora de enfocar sus anteriores colaboraciones con Converse, en las que hemos visto una celebración de los colores de la bandera LGBTIQ y también un nuevo imaginario de extraterrestre lisérgico.
Su nueva colección, sin embargo, puede entenderse como el orden que sigue a todo caos creativo. Las ideas a aparecen comúnmente como un vómito estimulante pero desordenado… Y, a partir de ahí, toca separar las ideas las unas de las otras y explorarlas por separado con mayor profundidad. En esas está Miley: contra el exceso de sus anteriores colecciones para Converse, este tercer drop opta por la elegancia a la hora de investigar las posibilidades de motivos como las estrellas en patrones bicolores o el ya icónico estampado de Cyrus con las siglas MC y cabezas de aliens.
Esta tercera colección de Miley Cyrus para Converse está formada por un total de 19 piezas en las que predomina el color block y los prints homogéneos. Entre los materiales encontramos mezclas de terciopelo, glitter y vinilo. Y, como no podía ser de otra forma, vuelven a aparecer las ya clásicas plataformas de la artista, pero en nuevas versiones revisadas para la nueva temporada. ¿Significa esto que Miley se está integrando en el sistema? Ni mucho menos. Porque, al final, es que tampoco hace falta relacionar ser outsider con ir hecha un cuadro. Se puede vivir al margen de lo establecido y ser más elegante que el mismísimo mainstream. [Más información en la web de Converse]