David Shrigley es el nombre que suele salir a colación cada vez que se habla de ese estilo gráfico utilizados por ilustradores que no se preocupan por las convenciones de la represenación naturalista o, directamente, de los parámetros habituales de «calidad» en este campo. Pero Shrigley es mucho más que eso: además de sus dibujos, el autor explora muchos otros campos como el de la animación, esculturas, pósters, instalaciones, páginas webs, fotografías, postales, portadas de discos, libros, camisetas… Cualquier superficie es un buen lienzo para que David Shrigley lance sus mórtiferas ráfagas de metralla en forma de palabra incendiaria e imagen desprejuiciada. La fascinación es inevitable. Y en Blackie Books lo saben. Por eso recopilan lo mejor de Shrigley en un tomo que nos llegará bajo el título de «Pero ¿qué coño estás haciendo?» y en un formato irresistible: libro grande a todo color. De la única forma que se puede disfrutar a este artista. Si es que por «disfrutar» entiendes exponerte a ese arte que actúa como un puñetazo que te proporciona primero dolor y, después, espacio para pensar.