La gira del 20 Aniversario del mítico «Deserter’s Song» de Mercury Rev acaba de pasar por España… Y aquí te explicamos cómo fue el concierto de Vigo.
En su presente gira, Mercury Rev afrontan una delicada tarea de imprevisible resultado: revisitar “Deserter’s Songs” (V2, 1998), el disco clave de su carrera que evitó su disolución, recondujo sus vidas personales y artísticas y les permitió alcanzar un inesperado éxito. Pero los neoyorquinos no iban a enfrentarse a su pasado siguiendo el convencional plan de reproducir con máxima fidelidad las canciones de su obra capital, sino que las interpretarían de una forma similar a como habían sido concebidas, en un formato semi-acústico de carácter íntimo.
Así lo explicó un expresivo Jonathan Donahue una vez iniciado el concierto celebrado el pasado 18 de septiembre dentro del ciclo Galicia Importa: su intención era trasladar a la audiencia el espíritu original de “Deserter’s Songs”, nacido en la penumbra de la noche bajo una atmósfera de quietud y silencio. Ese era el objetivo del mini-tour español en el que, a lo largo de siete fechas, Mercury Rev han celebrado los veinte años de la publicación del LP.
El lugar para realizar en su parada gallega ese ejercicio tan particular, la sala secundaria del Auditorio Afundación de Vigo, era el ideal por su bella arquitectura y cálido ambiente, que envolvieron adecuadamente a Mercury Rev y, sobre todo, a sus composiciones, diferentes por fuera pero igual de emotivas por dentro. El mismo Donahue lo había advertido: no se escucharían las cuerdas, los vientos ni los arreglos detallistas que hacen tan especial el contenido de “Deserter’s Songs”.
Bien, en realidad sí que aparecerían una flauta por aquí, una sierra de sonoridad embrujadora por allá, más una trompeta, una armónica… Es decir: el grupo, estructurado para la ocasión en cuarteto con Donahue provisto de guitarra acústica, Sean ‘Grasshopper’ Mackowiak y JB Meijers al mando de las guitarras eléctricas y Jesse Chandler al teclado, aplicó a su directo el tono mágico del sonido con el que refinaron el dream-pop y la psicodelia dos décadas atrás.
Los neoyorquinos comenzaron a extender ese hechizante halo desde las suaves notas de piano iniciales de “The Funny Bird”, extremadamente evocadora y vaporosa. La penetrante voz de Donahue, tan aguda como antaño, y los cristalinos acordes de Grasshopper tejían una trama algodonosa que atrapaba automáticamente por su sensibilidad y magnetismo, como quedó patente con “Tonite It Shows”, más ensoñadora si cabe que en versión álbum.
Poco a poco, el concierto se convirtió en una narración sobre el resurgir de la banda contada y cantada por sus protagonistas, de ahí que fuese casi una revelación emocional la manera en que Donahue relató su enorme decepción por el patinazo comercial de “See You On The Other Side” (Beggars Banquet, 1995) y su gran sorpresa por la repercusión del posterior “Deserter’s Songs”, que llegó a ser para muchos de sus oyentes como un gran amigo que jamás los abandonaría, de idéntico modo que para Donahue fue “Slanted And Enchanted” (Matador, 1992) de Pavement, del cual rescató “Here” mediante una sentida relectura.
Se notaba que Mercury Rev estaban disfrutando de esta especie de exorcismo, al mismo nivel que una platea tan embelesada con la dulcísima “Endlessly” como entregada con una eufórica y enérgica “Delta Sun Bottleneck Stomp”. Aunque el momento culminante de la velada llegó con la esperada dupla “Goddess On A Hiway” y «Holes”: la primera, transformada en una frágil joya dream-folk; la segunda, elevada a himno celestial tocado por ángeles.
El poderoso y electrizante final de “Opus 40”, tras un desarrollo embriagador, demostró que Mercury Rev también querían lucir su lado más febril, que se difuminó en la última pieza que regalaron: “The Dark Is Rising”, el tema de apertura del siguiente “All Is Dream” (V2, 2001) que bien podría haber pertenecido a “Deserter’s Songs” y que cerró el concierto con un crescendo épico que condujo a una estruendosa ovación.
Fuera, en las calles de Vigo, reinaba la calma. Y la niebla nocturna lo cubría todo dibujando un paisaje onírico perfecto para que las canciones de “Deserter’s Songs” sonasen en su interior otros veinte años sin que se marchitasen… Tal como ha sucedido desde que vieron la luz por primera vez hasta que Mercury Rev las sublimaron en vivo para alcanzar lo más profundo del alma. [FOTOS: Iria Muiños] [Más información en la web de Mercury Rev]