El mítico «Vivir Así Es Morir De Amor» de Camilo Sesto cumple 40 años y, para celebrarlo, La Casa Azul se marca una remezcla que te va a dar la vida.
Será que la vida moderna nos pone especialmente nostálgicos… o será que un buen aniversario nos gusta a todos más que a un tonto un lápiz. Será lo que sea, pero si hace unas semanas todo el mundo se rindió a los encantos infinitos de la versión que Yurena y Papa Topo se marcaron del mítico «Ese Hombre» popularizado por Rocío Jurado (en caso de que todavía no te hayas viciado con él, puedes hacerlo en este otro post), ahora es el turno de recordar lo que siempre nos ha gustado el «Vivir Así Es Morir De Amor» del mítico Camilo Sesto.
¿Y preguntas por qué? Para empezar, porque este temón entre los temones cumple ni más ni menos que 40 años y, para celebrarlo, se acaba de lanzar un maxi en el que se incluyen diferentes remixes (¿o más bien deberíamos hablar de reworks?) de la canción a cargo ni más ni menos que de La Casa Azul. Vamos, que esto es una de las rutas más naturales de los últimos tiempos: si hay alguien que se ha ganado a pulso el derecho a revisitar y revisar todo el legado musical de nuestro país, ese es precisamente Guille Milkyway.
De hecho, el mismo Milkyway ha explicado qué supone para él enfrentarse a un temazo tan icónico como «Vivir Así Es Morir De Amor» en un extenso comunicado que puedes encontrar al final de esta noticia, justo después del reproductor de vídeo en el que puedes escuchar la canción. Porque es que tienes que escuchar esta canción: escucharla, abrazarla y disfrutar con los nuevos toques de odisea de la era disco que La Casa Azul ha añadido como una capa de sonido que siempre debería haber estado ahí. ¿Nos encontramos ante el tema que va a ser más pinchado en los próximos meses en España? Va a ser que sí.
Más información en el Twitter de Camilo Sesto.
“Camilo Sesto es una pieza clave en la historia de la música pop en español, un músico excepcional que definió el sonido de la canción romántica, sentó las bases de la música melódica española y la proyectó internacionalmente con una potencia nunca antes vista. Es junto a Julio Iglesias, Raphael y Nino Bravo la voz de una generación que ha trascendido a su época y ha influido a muchísimos artistas más allá incluso de su género. Su talento vocal pero sobre todo su pericia interpretativa son únicos. Su dimensión tanto de compositor como de productor ha estado muchas veces eclipsada por su faceta interpretativa, pero es lo que le conforma como un artista total y le hace tener un status especial en la música en español.
“Vivir así es morir de amor” es la canción pop total. Desgarradora, épica, melódicamente insuperable, llena de elementos inolvidables, universal. Técnicamente la canción es redonda. Resulta irresistible porque todo cuadra, es un puzle perfecto. A partir de esta canción, el amor no correspondido deja de ser algo con lo que uno cargue a sus espaldas en soledad para convertirse en un sentimiento que se pueda incluso celebrar en multitud. Y esto es profundamente transformador. Puedo estar llorando y sufriendo lo indecible, pero lo voy a cantar con toda la fuerza y la épica posible, a los cuatro vientos. El perdedor convertido en ganador.”
Es una canción que ha trascendido porque es perfecta, como decía antes. Además hay ahí un elemento de “universalidad” innegable que funciona a todos los niveles, con el que todo el mundo se siente identificado. Camilo canta “siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora” de forma innegablemente directa y con una contundencia radical. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?, y más importante aún… ¿Quién no ha querido cantar la injusticia e impotencia de ese sentimiento como si le fuera la vida en ello? Y de pronto, con el paso de los años uno ya no solamente se siente identificado y lo puede cantar a pulmón abierto sino que puede compartirlo con una muchedumbre, en un acto de liberación cósmica como resulta cantar una canción así en un karaoke. Los ganchos líricos son infalibles, como decíamos antes. Ese “melancolía” era algo que uno podía percibir desde el primer momento que iba a perdurar eternamente en la memoria colectiva durante muchas generaciones.
Ha sido un privilegio el tener acceso a las tripas de una de las mejores canciones de la historia de la música española moderna y comprobar desde dentro la perfección en la elaboración de cada una de las piezas del puzle. Para alguien como yo, fascinado por este tipo de cosas, es algo que no tiene precio. Obviamente, cuando algo es perfecto, no hay posibilidad de mejorarlo, así que esa nunca fue mi intención. Lo único que me interesaba era que parte de ese brillo interior de cada pieza de la canción fuera más visible desde fuera, conseguir que la canción ya no solamente brillara como un todo sino también como un conjunto de piezas perfectas. Intentar que no se perdiera ni un solo arreglo, ni un solo matiz de la voz, abrir un poco el sonido, dotar de un plus de intensidad a cada elemento. Que el conjunto funcione pero que también lo haga cada elemento por sí solo.
Siempre he pensado que “Vivir así es morir de amor” era en esencia una canción disco. Desde luego, tanto el groove en la interpretación instrumental, los coros puramente funk-soul (a cargo de Andrea Bronston, Linda Wesley y Sergio Fachelli), como el punch de los arreglos orquestales (que Pérez-Botija había ya desarrollado en su plenitud con su trabajo en los discos de “The Flowers Orchestra” y otros), la sitúan en un lugar no muy alejado de los discos de Barry White u otros intérpretes contemporáneos de la escena disco funk anglosajona. Por otro lado, en Estados Unidos era bastante habitual que muchas canciones pop, incluso dentro del ámbito de la música melódica romántica, tuvieran mezclas explícitamente elaboradas para poder sonar en las pistas de baile (como las míticas mezclas de Tom Moulton o John Luongo), y creo que aquí en España siempre hubo algo de vacío en este sentido, una especie de “gap” entre estilos, que poco a poco fue alejando las escenas y alejando la música “romántica” de la pista de baile. Esta primera época dorada de la música disco, además, el sonido orquestal era un elemento clave de estas producciones.
Yo me dedico a la música porque me fascina el sonido, los arreglos, la forma en la que se encajan las piezas de una canción pop. Y creo que la década de los 70 es la época dorada de la música melódica española. Las producciones de esa época son inigualables. Y, como decía, poder disponer de las pistas de las sesiones originales ha sido un poco como poder estar presente, casi in situ, en una grabación histórica. Me pasé noches escuchando cada pista en solitario durante horas, por ejemplo el aire totalmente negro y soul de los coros femeninos en los “ya no puedo más”, el groove del hi hat de la batería… Fue muy emocionante, algo indescriptible para mí.» GUILLE MILKYWAY