«Salomé» es una de esas obras de Oscar Wilde que, por revolucionaria y relevante, merecía una edición como Dios manda en nuestro país. Y no podría imaginarse edición más cuidada que la que acaban de lanzar desde Libros del Zorro Rojo: partiendo de la base de la traducción de 1919 realizada por Rafael Cansinos Assens, el tomo se completa no sólo con la nota preliminar de Robert Ross escrita para la edición de 1907, sino que la verdadera estrella de esta edición de «Salomé«, además de la propia prosa de Wilde, son las ilustraciones originales (libres al cine por cien de cualquier tipo de censura) de Aubrey Beardsley para la edición inglesa original de 1894. Está claro que cualqueir momento histórico es un buen momento para prestar atención a la obra de Wilde, pero eso no quita que celebremos por todo lo alto la iniciativa de Libros del Zorro Rojo de conceder la atención que se merece a la revolucionaria obra de teatro en un único acto de Oscar Wilde, quien no pudo ver el estreno en su momento por estar en prisión imputado de escándalo público. Para puristas y neófitos, esta es la forma más real de acercarse a «Salomé» tal y como se concibió en sus orígenes.