Brett Anderson explica su historia en «Mañanas Negras Como El Carbón», una biografía que habla de Suede, de Justine Frischmann… y de mucho más.
Brett Anderson es una de esas figuras que han pasado por estadios muy diferentes hasta alcanzar la madurez serena en la que se encuentra ahora mismo… Al fin y al cabo, uno no roza la calidad de mito viviente que este hombre rozó con la punta de los dedos al frente de su banda Suede durante los años 90 y queda del todo intacto. Anderson quedó un poco tocado, muchos dicen que acarreó ciertos problemas de salud debido a los excesos en su época más afamada y está claro que Suede tuvo serios problemas para entrar en el siglo 21 manteniéndose mínimamente relevante.
Pero repetimos: ahí están Suede… Y, sobre todo, ahí está Brett Anderson viviendo una segunda juventud creativa que puede que no le reporte los laureles tan aclamados de su época de juventud, pero solo hace falta mirar al fondo de sus ojos en sus últimas fotos para comprobar que esta época le está dando paz de espíritu. Es desde esa paz de espíritu desde la que Anderson parece haber escrito «Mañanas Negras Como El Carbón«, una autobiografía en la que habla sin ningún tapujo de su infancia y de su adolescencia, pero también de aquellos años en los que parecía que iba a comerse el mundo con Suede.
Al artista no se le caen los anillos a la hora de abordar en esta biografía temas como su familia humilde y su infancia en la ciudad dormitorio de Haywards Heath (a medio camino entre Londres y Brighton) marcada por un padre excéntrico y colérico que siempre mostró una aversión profunda hacia la música pop y una madre con aspiraciones artísticas que, sin embargo, se vio enterrada en un matrimonio en el que el amor brillaba por su ausencia.
«Mañanas Negras Como El Carbón» también avanza en el tiempo hasta los primeros pinitos de Anderson en el mundo de la música junto a Bernard Butler y, sobre todo, hace hincapié en el que fue su primer y gran amor hacia Justine Frischmann, frontwoman de Elastica que rompió su corazón y le catapultó hacia un océano de dolor que Brett plasmó en algunas de sus canciones más célebres. Vamos, que «Mañanas Negras Como El Carbón» contiene más drama que «La Casa de las Flores«… Y lo sabes. Y te gusta. Y lo quieres.
Más información en la web de la editorial Contra.