La banda sonora de «Fariña» es muy alucinante… Pero también es muy simbólica. Y aquí te explicamos uno a uno todos los simbolismos de las canciones de esta tremenda serie.
“Fariña” se ha ganado la candidatura a serie revelación del año en España, sobre todo, por atreverse a narrar uno de los capítulos más oscuros (quizá el mayor, más allá de desastres naturales) de los últimos cuarenta años de la historia de Galicia: el contrabando de tabaco y su posterior evolución hacia el narcotráfico a lo largo de la década de los 80. Es este el relato que Nacho Carretero detalla en el libro que da título a su adaptación televisiva y que fue editado por Libros del K.O. en 2015.
Su secuestro judicial ordenado en febrero de este 2018 tras la demanda por vulneración del derecho al honor impuesta por José Alfredo Bea Gondar, ex-alcalde de O Grove (Pontevedra) que aparece en algunas de sus líneas supuestamente vinculado con el narcotráfico, provocó que Atresmedia (en un hábil movimiento) adelantase la emisión de la serie. Realizada por Bambú Producciones y dirigida por Carlos Sedes y Jorge Torregrossa, «Fariña» ha sabido capturar con extrema fidelidad el paisaje, la atmósfera y los personajes que dieron forma a la era de esplendor de los denominados primero señores do fume y después capos de la droga que dominaron parte de las Rías Baixas.
En ese logro tuvo mucho que ver el espectacular trabajo de un amplio elenco de actores y actrices que reivindicaron el valor de la interpretación gallega curtida en las compañías teatrales autonómicas, en el cine autóctono y en las producciones de la Televisión de Galicia. Unos y otras fueron artífices de que esa especie de realismo mágico que envolvió a “Fariña” durante sus diez capítulos adquiriese cuerpo sin corromper la esencia de los modos idiomáticos y los giros lingüísticos gallegos mientras se debatía cómo la serie jugaba con los hechos reales para acoplarlos a su dinámico ritmo.
La banda sonora intervino como un factor fundamental para que todas las piezas encajaran con naturalidad y, en ocasiones, multiplicasen su significado. Empezando por la música incidental firmada por Federico Jusid, que funciona como hilo conductor de la intriga y tensión de la historia cruzado por un conjunto de canciones ya indisolublemente conectadas con “Fariña”. En la lista que presentamos a continuación no están todas las que forman parte de su banda sonora, pero sí las que, a nuestro juicio, son las más simbólicas por sus connotaciones dentro y fuera de la serie. Así suena la vida en la ficción de los narcos gallegos.
FARIÑA, de Iván Ferreiro. Acierto en el centro de la diana: Iván Ferreiro dio el salto al gallego excepcionalmente (con la colaboración de su hermano Amaro y de Santi Balmes –Love Of Lesbian-) para componer la cabecera de “Fariña”. “O que teño que facer para non ter que ir ó mar / sobra peixe que vender e fariña para amasar” son versos que ya se han quedado clavados en los cerebros no sólo de los seguidores galaicos de la serie, sino también de los del resto de España.
Uno de sus aspectos más interesantes se halla en la variación que el tema sufre en determinados episodios en función del desarrollo del argumento: una versión interpretada por voces masculinas como reflejo del mundo de hombres que era el contrabando y el narcotráfico; otra cantada por voces femeninas en el punto en que sus esposas toman temporalmente las riendas del negocio en su ausencia; y una tercera adaptada por Guadi Galego, que extrae su sentido más dulce y melancólico en contraposición con el aura dramática de la historia.
NON CHE TEÑO MEDO, de Heredeiros da Crus. Resulta significativo que Heredeiros da Crus, uno de los grupos que definieron el rock bravú (la corriente musical que explotó en Galicia en los 90), ambienten con su “Non che Teño Medo” una de las secuencias más importantes de la serie en su mismo arranque: la huida de Sito Miñanco y su padre de la patrulla aduanera de la Guardia Civil entre bateas montados en su lancha que desembocó en su encontronazo con los contrabandistas de tabaco y su posterior entrada en el negocio. La banda es originaria de Ribeira, situada en la orilla oeste de la ría de Arousa, epicentro de la actividad delictiva de los señores do fume y de los narcos. No muy lejos de allí, Cabo de Cruz fue el lugar de rodaje donde a Javier Rey le pidieron que honrara con su interpretación a Sito.
De este modo, puedes hacerte una idea del alcance real de una persona que pasó de no tener miedo a la autoridad como mariscador furtivo a hacer que esta temiese su poder e influencia al frente del narcotráfico gallego.
ALGÚN DÍA CAERÉ, de Los Cafres. Nieves (Marta Larralde), primera esposa de Sito, observa cómo entra un torrente de billetes a su casa. La dimensión del contrabando de tabaco que manejaba su marido junto a sus amigos Roque (Tamar Novas) y Oli (Fran Lareu) autobautizados como ROS se desbordaba, literalmente. Un poco más al sur de Cambados, en el barrio vigués de Teis, Los Cafres lucían con orgullo sus raíces mientras agitaban la movida de la ciudad en los 80 y cantaban “Algún Día Caeré” como si estuviesen describiendo las andanzas del propio Sito, cada vez más convencido de que el tabaco era para los viejos y la fariña era el futuro. El que se convertiría en su enlace panameño, Ballesteros (Juan Pablo Shuk), se lo había dejado clarísimo en su primera reunión, después de descubrir que aquel polvo blanco no servía precisamente para hacer pan y que había un Escobar incluso más famoso que el Manolo con idéntico apellido.
GALICIA CANÍBAL (FAI UN SOL DE CARALLO), de Os Resentidos. La canción más emblemática de Os Resentidos (y probablemente de la historia del pop-rock galaico) ambienta a la perfección la que ya es considerada como una de las escenas más icónicas de las series españolas del siglo 21: la llegada de Sito Miñanco al puerto al frente de decenas de barcos en los que lleva su primer cargamento de cocaína aprovechando la celebración, previo retraso (bien recompensado) por orden del señor cura, de la procesión de la Virgen del Carmen, el acto religioso marinero por antonomasia en Galicia.
Cambiando radicalmente de situación, lugar y época, en 2016 Juana Molina se quedó totalmente sorprendida cuando, de repente, una larga fila de embarcaciones de diferentes tipos y tamaños, haciendo sonar sus sirenas, cruzó ante ella durante su actuación en el festival Sinsal en la redondelana isla de San Simón. ¿Le explicaría alguien las poderosas connotaciones de tan bella y tradicional ceremonia marítima?
DESORDEN EN LA RÍA, de Korosi Dansas. Mientras la ola del rock bravú crecía y crecía, Korosi Dansas radiografiaban desde su Vilagarcía de Arousa natal a ritmo de ska y rock (de batea) la situación sociopolítica de la zona a la vez que uno de sus ilustres vecinos, Laureano Oubiña (Carlos Blanco), dirigía sus descargas bien respaldado por su amante y luego esposa, Esther Lago (Eva Fernández). Normal que el sargento Darío Castro (Tristán Ulloa) y sus subordinados alucinaran con todo el pastel que había montado a medida que escuchaban las llamadas realizadas por los contrabandistas desde sus teléfonos pinchados.
[/nextpage][nextpage title=»PARTE 2″ ]MIÑA TERRA GALEGA (SWEET HOME ALABAMA), de Siniestro Total. Otro tema incrustado en el imaginario musical gallego, situado a la altura de himno alternativo al oficial de Galicia, que brilla en todo su esplendor cuando Sito accede al campo del Juventud Cambados, el club de fútbol de su pueblo que rozó el ascenso a Segunda División, para hacer el saque de honor como donante -una de las buenas acciones que el contrabandista hacía para blanquear su imagen- que permitió reformar su estadio.
Bueno, en realidad, el que se ve en la serie es el Salvador Otero (ojo, nada que ver con Vicente Otero ‘Terito’ –Manuel Lourenzo-, patriarca de los señores do fume), terreno de juego del Céltiga, el equipo de A Illa de Arousa. Este fue otro de los puntos calientes del narcotráfico durante los 80 y 90 y emplazamiento del festival Atlantic Fest, en cuya edición de este año actuará Iván Ferreiro. Se abren las apuestas sobre si interpretará o no la cabecera de “Fariña” en tan significativo lugar…
GALICIA SITIO DISTINTO, de Os Resentidos. No hay duda: entre las décadas de los 80 y 90, Galicia era un sitio distinto. Por ejemplo, parecía normal que los capos del contrabando escaparan a Portugal para que la Guardia Civil no los metiera en la trena y tiempo después atravesaran la frontera de regreso y quedaran libres de todo cargo por obra y gracia de la intermediación del presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor. En aquella época, también era natural ver en la parrilla de la TVG programas rompedores y arriesgados (difíciles de concebir hoy en día) como “Sitio Distinto”, presentado por el propio Antón Reixa y manifestación del cruce entre tradición y la modernidad gallega de aquel momento expresada con humor, retranca, seseo y gheada.
El vídeo de arriba es una auténtica joya audiovisual extraída de «Sitio Distinto» que muestra el flow rapero de un joven Carlos ‘Laureano Oubiña’ Blanco y los primeros pasos al otro lado de la pantalla de una de las actuales estrellas catódicas gallegas que acaba de dar otro salto a la televisión nacional…
EN VERANO, ORNITOFILIA, de Carolina Durante. Carolina Durante es actualmente la promesa más potente de sello Sonido Muchacho, de cuyo seno han salido los grupos ajenos a la esfera gallega que suenan a lo largo de la serie (los otros que no aparecen en este texto son Mujeres, Tigres Leones y Sierra). Una de sus piezas más conocidas, “En Verano, Ornitofilia”, relata con ironía y resignación los jodidos efectos de un desengaño amoroso, de ahí que funcione de maravilla para musicar la disolución de la inseparable ROS cuando Sito decide ir por su cuenta y lanzarse de lleno al transporte de la coca proveniente de Colombia.
ESPAÑA SE DROGA, de Siniestro Total. Ya se lo había dicho Ballesteros en su primer contacto en Panamá a Sito Miñanco y a su colega Roque: “Todo el mundo que conocen terminará probándola. Sus primos, sus hermanos, sus políticos, sus policías… Todo el mundo. Porque esto no es una droga, es una religión”. Se refería en concreto a la cocaína, pero el ciclo que completaban el hachís y la heroína se reprodujo en toda España y penetró en diferentes estratos sociales.
Eso sí, los más afectados eran los colocados en el escalafón más bajo de la pirámide, a la vez los más visibles para el resto de la sociedad. De ahí que no fuera extraño topárselos con la jeringuilla colgando del brazo todavía a mediados de los 90 en cierta villa costera a medio camino de Vigo y Pontevedra al andar por algún camino solitario, al adentrarse en las ruinas de una antigua fábrica textil o al atravesar una céntrica alameda.
NO MIRES HACIA ATRÁS, de Kokoshca. El tinglado de los narcos en Galicia empezó a caer gracias a las revelaciones de los arrepentidos, ya fuera por venganza a raíz de deudas impagadas o por comprobar en primera persona las terribles consecuencias de la merca que entraba por Galicia. Ese es el caso de Ricardo Portabales (Nacho Castaño), quien, tras ver a su compañero de celda muerto por sobredosis y abrumado por el peso de su conciencia, decide cantar la traviata escribiendo su particular diario. Vamos, que sí quiso mirar hacia atrás…
AINOHA, de Juventud Juché. La historia verdadera de Ricardo Portabales y su familia fue de auténtica película. Para conocerla, al mismo tiempo que el personaje de ficción continuaba con su relato, bastaba con echar un vistazo a la cuenta en Twitter de su hijo Ricardo Portabales Jr. (@Portabales_Hijo), que estableció un juego comparativo sobre las causas que desencadenaron la operación Nécora y sus posteriores consecuencias.
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NO SÉ LIGAR, de Aerolíneas Federales. El otro arrepentido es Manuel Fernández Padín (Alberte Montes), que se balancea entre lo entrañable y lo patético en busca de la deuda no saldada por los trabajos desempeñados, de la redención como testigo oculto en televisión cuya boina lo delata a la legua y de la salvación en una frenética carrera para huir de la Guardia Civil que se torna en estampa cómica con Aerolíneas Federales -no podían faltar- sonando de fondo.
No he corrido tanto EN MI VIDA. #Fariña8 pic.twitter.com/T1trQfG6IX
— Alberte Montes (@albertemontes) April 25, 2018
Es posible que esta última sea la mayor falsedad que el Padín real expuso como motivo para amenazar a Bambú, productora de la serie, con solicitar judicialmente su suspensión (de idéntico modo que había hecho Laureano Oubiña poco antes).
[/nextpage][nextpage title=»PARTE 3″ ]ME VOY, de La Plata. A pesar de la violencia que rezuma buena parte de “Fariña”, también hay un espacio reservado al romanticismo (y al sexo, claro). Sí, el amor puede sobrevivir en un ambiente repleto de tensión, angustia y agresividad. Así encontramos al sargento Darío Castro resolviendo cuentas pendientes del pasado con Maruxa (María Vázquez) tras detener a los sicarios que habían asesinado a su marido. Ni una corbata colombiana fue capaz de frenar su arrebato pasional.
NON CHAS QUERO, de Os Diplomáticos de Monte Alto. El otro gran capítulo amoroso (junto al de Sito Miñanco con Camila Reyes –Jana Pérez-) lo protagonizan los Romeo y Julieta arousanos: Javi Bustelo (Chechu Salgado) -hijo del contrabandista Manuel Bustelo (Alfonso Agra)- y Leticia Charlín (Cristina Iglesias) -sobrina de Manuel Charlín (Antonio Durán ‘Morris’)-.
Esta relación aparentemente imposible sale adelante contra viento, marea, descargas de hachís y una fianza humana que a punto está de pagarse, con lo que pensar en una fuga con el dinero obtenido de un cupón premiado, adquirido para justificar capitales y robado al jefe del clan de los Charlín era una buena idea. Para reforzar la escena, nada mejor que introducir la efervescente mezcla de ska, rock y folk con tradición popular de Os Diplomáticos de Monte Alto, otra banda imprescindible para entender la progresión musical de Galicia durante los 90.
DE HOY NO PASA, de Siniestro Total. El crecimiento del contrabando y del narcotráfico en la costa gallega fue posible gracias a la connivencia de determinados miembros de la política local y de las fuerzas de seguridad por los beneficios económicos que reportaban. Ahí hay que incluir hasta a un director de prisión que intermedia para que Luis Colón ‘Colombo’ (Monti Castiñeiras) transmita por escrito al resto de acusados de la operación Nécora las directrices a seguir durante su juicio en la Audiencia Nacional.
En ellas quizá se recogiera la táctica de hacerse pasar por pobres pailanes de aldea casi analfabetos. ¿Quién iba a pensar que aquellos paletiños dirigían organizaciones de narcotráfico? Si hubiese que fiarse de las respuestas de Manuel Charlín, de los chascarrillos jocosos de Laureano Oubiña y de sus vestimentas como recién sacadas del trastero, no lo habría creído nadie.
MUIÑEIRA DE CHANTADA, de Son Lalín. Esta versión disco de la muiñeira que más ha identificado a Galicia por todo el mundo y que se coló incluso en anuncios radiofónicos de supermercados pone el broche de oro musical a “Fariña”. La siguiente sucesión de imágenes de los Oubiña, Manuel Charlín, Esther Lago, Baltasar Garzón (Miquel Fernández) y Sito reales y de sus alter ego actorales intercaladas con el discurrir de sus vidas una vez zanjado el proceso de la operación Nécora obliga a comprobar hasta qué punto la serie recreó la realidad. Para conseguirlo. no hay más que acudir a la hemeroteca, a la videoteca y al libro de Nacho Carretero, pese al gran obstáculo que supone la prohibición cautelar de su reproducción y distribución.
BONUS TRACK: TEKNOTRAFIKANTE (SITO MIÑANCO PRESO POLÍTICO), de Os Papaqueixos. En la serie no se escucha, pero en las páginas de “Fariña” sí que Carretero menciona este tema, un clásico del underground galaico desde el 2000, año de su salida. Hubiera sido la guinda sonora a esta epopeya acontecida en las Rías Baixas. Pero, aunque no se hubiera puesto finalmente, seguirá retumbando como el canto paródico definitivo a la figura central de los años en que Galicia estuvo a punto de convertirse en la puta Sicilia.
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