A veces la magia ocurre, incluso en una ciudad de más de tres millones de habitantes como Madrid, en pleno agosto, en una de las semanas más calurosas del verano y con la mitad de sus habitantes de vacaciones y la otra media pensando en ellas. Pero no fuimos pocos los que nos convocamos ese miércoles en la mítica Sala Nasti (muy apropiada elección) para asistir al showcase del sello checo AMDISCS. Anunciada como una velada en torno al witch house (aunque ya comprobaríamos que las etiquetas no van con este sello), era una buena oportunidad no sólo para pasar una noche diferente en la capital, sino para comprobar el estado de salud en directo de estas nuevas propuestas sonoras, muy apetecibles en álbum pero que han de superar su gran prueba sobre los escenarios (no me hagáis recordar ese esperpento de concierto que Salem protagonizaron en el Primavera Sound 2011, por favor).
Dividida la noche en tres actuaciones distintas, C V L T S fueron los primeros en salir a escena. El dúo de Kansas elaboró durante unos treinta minutos un repertorio a base de sonidos atmosféricos, repetitivos, que fabricaban de rodillas hacia el público con la ayuda de guitarras, pedales y algunas bases grabadas en cassettes. Un show que podría compararse a unos Fuck Buttons aletargados y que nos hizo pensar que esa noche realmente podría ser mágica. Primera prueba, primer notable.
El siguiente en desplegar su show sería Jef Barbara… Y no puedo calificar de otra forma su actuación sino de show. Ataviado con un look muy Prince, Barbara no dejó de moverse, bailar e insinuarse a las primeras filas. Con su mera presencia en el escenario (todas las bases e instrumentación iban grabadas, apenas añadía algún teclado por encima), nos dejó con la sensación de que, pasado el primer impacto inicial, su show glam- pop-disco acababa perdiendo interés. Segunda prueba rozando el aprobado.
Y, por último, lo que sería el plato fuerte para muchos de nosotros: la pareja fashion-dark Dream Boat nos hipnotizó a base de voces dobladas y ralentizadas, potentes bajos oscuros y unos ritmos cuasi-narcóticos interpretados con sorprendente solvencia. Si muchos dudábamos de lo que el witch house podía ofrecer en directo, la sobresaliente aparición de Dream Boat en esa calurosa noche de verano en Madrid vino a callarnos las bocas.
Finalmente la velada acabaría con un dj set a cargo del mismo sello y de Lemon Cat, organizadores de este tipo de regalos en forma de excentricidades musicales que nos brindan cada cierto tiempo. En ese momento, algunos salimos de nuestro encantamiento para darnos cuenta de que la dura realidad del día siguiente en la oficina nos pasaría factura si la noche se alargaba. Quizás por eso, como último placer, echamos un vistazo al amplio catálogo de referencias que AMDISCS trasladó hasta el Nasti… Para que la magia perdure en la memoria y en nuestras estanterías.
[Alejandro Masferrer]