Si Memory Tapes representa la sección huidiza del chill wave (tanto en el sentido literal, por desprenderse de tal etiqueta, como en el figurado, por trasladar al oyente a espacios nada terrenales) y Com Truise la más fiel (por aquello de jugar con la nostalgia analógica ochentera), Washed Out simboliza la tercera vía de la corriente taciturna: la romántica y sensible, aquella que dulcifica sus formas sonoras para conmover y emocionar. El estadounidense Ernest Greene (nombre de pila del individuo que maneja los hilos de este proyecto) tomó el camino más dócil de la escena hipnagógica desde el mismo instante en que regresó a su pueblo natal (Perry, un minúsculo enclave del estado de Georgia), hace justo dos años, y decidió encerrarse en su habitación pertrechado de su ordenador y otras maquinitas para comenzar a componer sus primeras poesías electrónicas. Podía haber sido otro caso más de creador artístico que sigue las pautas del do it yourself por ser la posibilidad más factible de reunir un repertorio apañado para luego distribuirlo y esperar a que suene la campana… Pero no: lo que guardaba en el disco duro de su portátil no eran simples cancioncillas hechas para combatir el aburrimiento, sino un conjunto de brillantes piezas que fue engarzando en los dos posteriores EPs que facilitaron que la marca Washed Out agitase, a la manera de un terremoto silencioso, la blogosfera musical más exigente y ávida de nuevos sonidos. “Life Of Leisure” (Mexican Summer, 2009) y “High Times” (Mirror Universe Tapes, 2009) reunían en su interior gemas artificiales que remitían tanto a un funk ochentoso tamizado por la estética lo-fi como al synth-pop ambiental de Air o lisérgico de Maps: “It’s Kate’s Birthday”, “Feel It All Around” o “You’ll See It” daban buena fe de ese sugerente vaivén de estilos que, irremediablemente, se acabó incrustando en el género chill wave.
A partir de ese momento, todo aquel que buscaba ejemplificar el significado musical de los conceptos ‘tranquilidad’, ‘ensoñación’ o ‘hipnotismo’ recurría con frecuencia a Washed Out debido a su especial habilidad para tejer texturas algodonadas a través de teclados y sintetizadores, sus dos instrumentos más característicos (como sucede con la mayor parte de miembros del pop hipnagógico). Pero en el caso de Greene habría que añadir otro ingrediente básico: su meliflua voz, que moldea cada letra, cada palabra y cada frase hasta alzarlas al cielo inabarcable de la melancolía y la ternura. Hasta esa altura había elevado su listón el norteamericano, con lo que su esperado debut en largo tenía ante sí el reto de mantener su dirección en esa línea mágica. La noticia de su fichaje por una gran discográfica (circunstancia que también se dio con los protagonistas de los anteriores capítulos de este particular informe sobre el chill wave, los ya mentados Memory Tapes en la Parte I y Com Truise en la Parte II) como Sub Pop presagiaba que tal expectativa tenía todos los visos de hacerse realidad… Y “Within And Without” (Sub Pop / Music as Usual, 2011) no defrauda.
Su propia portada, presidida por la imagen de un cariñoso abrazo, anticipa la candidez y la ternura que desprende este álbum, fiel reflejo de la expresión íntima que Washed Out mostró desde sus comienzos. Una delicadeza que se despliega sin ambages en el dúo inicial (“Eyes Be Closed” y “Echoes”: odas al auténtico romanticismo, aquel que se mantiene inmaculado ante las adversidades ya pertenezca al pasado, al presente o al futuro, mecidas sobre bases sintéticas aunque muy naturales) y alcanza su culmen en “Amor Fati”, sublimación de la belleza de “Within And Without” que remite a esa visión personal de que el destino es el que rige nuestros movimientos y acontecimientos. Un espíritu que parece sobrevolar el resto de su minutaje, independientemente de que Greene vire hacia el funk de terciopelo gaseoso (“Soft”), el pop con leves toques sinfónicos y cercanos a la IDM (“Far Away”) o los beats reposados que se deslizan sobre sintes evocadores (“Before”).
En este punto, Washed Out profundiza en el leitmotiv de este disco: el amor, tomado como componente irrenunciable del ser humano que hay que cuidar y mimar y del que nunca se debe escapar. Formalmente, Greene conserva el mismo halo celestial de los anteriores cortes, pero le añade la influencia del eterno femenino, como constata el juego vocal de la elocuente “You And I”, en la que las voces de él y ella se mezclan en un todo teóricamente indestructible. Después, “Within And Without” indaga todavía más en esa dualidad amorosa y su coda final, cósmica y refulgente, enlaza con las notas de piano de “A Dedication”, excelente epílogo con la voz de Greene situada en un mar de ecos como deseando perderse en la infinitud de la calidez del amor entregado, apasionado, dichoso, relajado…
“Within And Without” es un disco perfecto para ser escuchado y compartido en compañía del ser amado, mientras los últimos rayos del sol que se pone en el horizonte acarician las manos entrelazadas y el mar roza los pies con parsimonia; es un álbum con el que pensar sobre los sentimientos interiores durante el día y soñar con ellos de noche. Así traduce Washed Out su interpretación del amor y así se lo hace saber al resto del universo.