De las cenizas de Juanita y Los Feos no nace un ave fénix, sino esta Rata Negra cuya carta de presentación es un discarral que asusta.
¿DE DÓNDE SALEN? Geográficamente, de Madrid. Musicalmente, del núcleo duro de Juanita y Los Feos, cuya desactivación propició que Juanita (voz y bajo) y Fadrique (voz y guitarra) se centrasen en el proyecto compartido que habían iniciado en paralelo a su otra banda. De este modo, bajo el potente, simbólico y descriptivo nombre de Rata Negra, ambos continuaron su camino intentando tomar una dirección estilística diferente con el refuerzo de Pablo Silva (miembro de La URSS o Nueva Autoridad Democrática) en la batería.
Ese objetivo de distanciarse de los postulados de Juanita y Los Feos (basados en el rock garagero y el punk con cierto nervio pop) se tradujo en un sonido fuertemente influenciado por el punk puro, afilado y cavernoso de finales de los 70 y principios de los 80 británico y norteamericano, colindante con referencias nacionales clásicas como Parálisis Permanente y próximo al de compañeros de generación y ciudad como Juventud Juché.
Unidos todos estos ingredientes, obtenemos la fórmula de Rata Negra, apoyada en una narrativa sonora y lírica agobiante, opresiva, asfixiante, ansiosa, frenética, combativa e incendiaria que bascula también entre el after-punk tenebroso y el rock implacable que atraviesa oídos como un cuchillo la mantequilla. La primera muestra grabada del discurso sombrío del trío madrileño llegó a principios de 2015 con el EP “Corasones” (Discos Walden, 2015). Y, la segunda, en el arranque de este año, con su estreno en largo, “Oído Absoluto” (Beat Generation / La Vida es un Mus, 2017).
NOS TIENEN TÓ LOCOS PORQUE… Bueno, más que locos (que también…), Rata Negra nos tienen aturdidos, como si nos hubiesen agarrado por el cuello y sacudido hasta movernos el cerebro del sitio. “Oído Absoluto” es el culpable de ello, ya que está repleto de trallazos agita-neuronas no sólo por su forma punzante, sino también por sus letras agónicas y subyugantes que vacían el espíritu de cualquier esperanza. Aquí se impone el pesimismo, a través del decorado apocalíptico que describe “Ratas”, la misantropía y la violenta fobia social escupidas a toda pastilla en “Gente”, el nihilismo elevado al cubo de “Déjalo Ir”, la hipocresía y falsedad que supura “Dientes Sobre el Metal” o el fiel retrato de nuestra realidad que es “Ellos Dicen”.
La velocidad a la que fluye el disco es vertiginosa. Las canciones salen como balas disparadas a quemarropa. Su repertorio desborda veneno por todos sus poros y remueve las entrañas. Se vomita toda la bilis ante el ambiente decadente que nos rodea. El verbo se hace grito. En muchos momentos, la atmósfera se vuelve irrespirable. El aire sonoro está viciado y se muestra tan sucio como el de un callejón en el que está a punto de brotar la peste negra. ¿Sienten las cortantes y funestas vibraciones que transmite “Oído Absoluto”?
PREDICCIÓN DE FUTURO. La verdad es que, después de escuchar “Oído Absoluto”, parece que mucho futuro no hay… Así que centrémonos en el presente, que Rata Negra capturan empujados por la negatividad del contexto que vivimos. Pero, al contrario de lo que sugiere el color que acapara el nombre y el estilo del grupo, sus movimientos brillan con luz propia y con la fuerza suficiente para llegar incluso al otro lado del Atlántico: las páginas virtuales de Stereogum se hicieron eco de la salida de su primer álbum. Lo saben allá y los sabemos aquí: si el horizonte se torna más oscuro, siempre podremos recurrir a las canciones de Rata Negra para vociferar, soltar toda la rabia y desahogarnos.
DOS Y DOS SUMAN CINCO. Punk en estado puro + sombras after-punk + crudo realismo + discurso implacable = Rata Negra
MÁS EN… su Facebook y su Bandcamp.
ESCUCHA… “Gente”