Samuel Valiente acaba de publicar su primera novela, «Solo», así que le entrevistamos para que nos explique que el prota tiene lo peor de él… Y mucho más.
Se ve que Samuel Valiente y yo nos conocimos en una noche de hace años, fuera de la sala en la que se celebrarba un concierto en la que una amiga colaboradora de LeCool (era la época en la que él trabajaba allí) nos presentó. Parece ser que no fue un gran encuentro, pues ninguno de los dos recuerda mucho más allá de haber estado en el mismo sitio con la misma gente. A raíz de seguirnos en las redes sociales empezamos a interactuar un poco más, y fue justo a través de las redes sociales que me enteré de que había publicado su primera novela, «Solo» (Milwakee, 2016). Me la leí llena de curiosidad: Samuel es la persona más cercana que conozco que ha publicado una novela, y ni siquiera somos cercanos.
Imagínate que tienes veinticinco años, que diez de esos años los has pasado en una relación con la misma persona y que, un día, esa relación se rompe. Que la rompe el otro lado, además. Aterrador es poco. Pues eso es lo que le pasa a Fer, el protagonista de «Solo«, quien se verá forzado por una soltería que ni desea ni entiende a rehacer su vida entre las desastrosas noches en Apolo y las laberínticas callejuelas del barrio de Gràcia. Es esta una novela fresca y divertida en la que lo dramático adquiere un tinte cómico que despierta continuamente la sonrisa cómplice.
Puede que no cambiemos porque nuestras relaciones se rompen, sino que las relaciones se rompen porque nosotros hemos cambiado. Esto no tiene nada de gracioso pero, de alguna manera, Samuel Valiente consigue que te rías de un Fer en el que te reconoces más de lo que quisieras admitir. Hace unas semanas, quedamos para charlar sobre «Solo» y terminamos hablando del tortuoso camino de publicar tu primer libro, de Los Planetas, de novelas sin personajes y con perros como protagonistas, de nuestros libros favoritos y mucho más.
Voy a empezar por el final: ¿cómo se termina un libro? ¿En qué momento lo das por acabado? Bueno… Yo hablo en mi caso. Soy bastante desastre en todo, pero quizás es la única cosa que me he tomado en serio nunca. Soy muy perfeccionista y me costó cerrarlo. Quizás lo cerré en un momento en el que creía que ya estaba, entonces se lo envié a unos amigos en cuyo criterio confío bastante y les pedí que le echaran un vistazo. Y, en función de lo que me dijeron, pues cambié alguna cosa o no. Pero la verdad es que cambié poca cosa, es bastante fiel a lo que yo consideraba que tenía que ser.
¿Amigos relacionados con el mundo editorial? No, no tengo muchos amigos en editoriales o escritores, lo que es un poco una putada. No, más bien periodistas, mi compañero de piso (que todo el tiempo que he estado escribiendo me fue pasando referencias, me iba leyendo cosas)… Todo gente cercana y de confianza.
Y, en cambio, ¿como nació «Solo»? Empecé en 2012. De hecho, la novela es un poco vintage porque quedan un poco lejos algunas referencias… Yo qué sé, un modelo de móvil: en 2012 el móvil no era ni un smartphone, y ahora queda un poco raro. Llegué a casa después de una cita desastrosa y mis amigos se reían mucho al contársela, y yo tenía ganas de escribir algo. Siempre he ido intentando empezar cosas largas pero nunca las acababa. Y al día siguiente dije: «Joder voy a escribir esto«. Me gustaba cómo estaba quedando, pero no tenía una historia ni un personaje definido. Entonces, un día en el trabajo una compañera me habló de su primo, que tenía 32 años y llevaba 15 años con una novia y ella le acababa de dejar. Y pensé: Dios, qué putada, qué heavy. Yo acababa de salir también de una relación, sí que más corta, pero bueno, eso de desprenderse del cordón umbilical y volver a caminar. Y pensé que, si yo estaba jodido, imagina si llevas toda la vida adulta con una misma persona. Me pareció que ahí había un tema y quise probar. Y luego el proceso creativo… Al principio iba escribiendo un poco lo que se me ocurría, si se me ocurría algo gracioso en el Metro pues hacía un capítulo y así. Y ya más adelante me dije que era hora de crear una estructura, unirlo todo, desechar lo que no valía y ponerse a currar duro.
¿Cómo encontraste una editorial? Bueno, no tengo ningún amigo en el mundillo, como decía. Sí que hice los clásicos envíos de mails y me personé en alguna editorial que conocía por contactos de prensa y tal. La gente que me respondió fue muy cordial… Pero fue un 5%. El resto todo fueron respuestas automáticas rollo “no aceptamos manuscritos no solicitados”. Es un proceso jodido porque confías mucho en el libro, y no es que nadie me dijera que se lo había leído pero que no le interesaba. Hay una cierta impotencia allí, porque no puedes coger al editor y plantárselo en la cara, claro. Así que nada, empecé por editoriales muy grandes y fui bajando hacia mas independientes, y topé con Milwakee cuando ya estaba bastante desanimado. Llevaba meses sin enviar y les envié una parte, les gustó, les enseñé el resto y todo fue muy rápido, tiró fácil hacia adelante.
Es curioso que, aunque esté escrito en cinco años, el libro es bastante unitario. Aunque sí que está estructurado en tres partes: ¿corresponden a tres momentos de escritura a lo largo de estos cinco años? Si te digo la verdad, a mi me gustan los libros divididos en partes: da oxígeno y permite hacer saltos temporales. Por algún motivo yo quería dividirlo en cuatro partes, y que fuesen rollo otoño, invierno, primavera…. Se habrá hecho mil veces, eso sí que lo pensaba. Y, nada, quería hacer esa división, pero luego me di cuenta de que no había espacio, de que estaba creando un año muy absurdo de diez meses. Así que luego lo dividí así por temporalidad. Quería meter un gran salto temporal. Hay una elipsis de la primera a la segunda, en la que el tío ya se acomoda un poco a lo de estar soltero y tal; y, de la segunda a la tercera… Bueno, eso no se puede decir.
¿No? ¿No hacemos spoiler? No, no. Spoiler alert.
Me pareció que había fragmentos que parecían apuntes que ibas tomando y luego metiste en el libro. ¿Estoy en lo cierto? Sí, claro, notas del móvil y tal. A veces eran las gilipolleces más triviales, como estar en el metro y ver a una chica asiática, como muy guapa y tal, pero que tenía el rostro hexagonal. Me fijé en eso y me hizo gracia, y quería meterlo de alguna manera. Y es así como el placer del puzzle, vas escribiendo y piensas: “Oh, mira, aquí podría meter eso”.
Antes decías lo de que la idea principal te vino a raíz de una anécdota que te contaron, pero el libro está narrado en primera persona y eso siempre te tienta a identificar al autor con el narrador. ¿Hay algo de ti en Fer? Bueno, claro. Hay mogollón. Como te decía, yo también había salido de una relación y, sobre todo al principio, hay mucho mío: lo tenía caliente y estaba más cerca, me dedicaba a exagerar las sensaciones, que se tiende a hacer mucho con el bajón y todo eso. Lo mío era jodido, pero partía de mi experiencia para intentar imaginarme cómo sería para alguien que llevaba toda la vida con la misma persona. Era con un puntito de imaginación, pero basándome en lo mio propio.
¿Rollo tu versión intensa? Hahaha, sí. De hecho es muy intenso el tío, y por eso a veces me da un poco de palo que alguien me identifique con él.
¿Qué es lo que más satisfecho te hace sentir de «Solo»? El ritmo. Lo que me dice la gente, y lo que intentaba transmitir, era que fuese ágil, divertido, que enganchara. Un amigo dijo algo que me gustó mucho, y es que es muy cinematográfico. Utilizo a veces recursos como si fueran una película, me gusta y aporta ese dinamismo.
De hecho estudiaste guión, ¿no? Sí.
Entonces, ¿por qué un libro y no un guión? Porque quería trabajar solo, básicamente. Tenia en mente la idea de un guion para una serie, o una webserie, con otra gente, y no sé, me aportaban ideas, e igual soy yo que soy gilipollas, pero era como… «mmmmmmmmejor por aquí«. Y sentía como que estaba siendo mal compañero. Además soy muy perezoso y voy a mi ritmo, y el tema de mover a gente y tal me costaba. Así que pensé: bueno, pues voy a mi ritmo y ya. Además fue en una época en la que empecé a leer mucho, mucho mucho más.
¿Leías algo mientras escribías? ¿O rollo aislamiento total para no contagiarte de otras ideas y estilos? Sobre todo al principio leía muchísimo. Era mi primera novela, estaba desarrollando un estilo y cualquier input me venía bien. Pero ya hacia el final fue como «corta un poco, que si no te acabará contaminando». De hecho, durante el último año leí muy poco. Pero sí, los dos primeros años me empapé de lecturas, el estilo del libro aún estaba naciendo y me venia bien empaparme de todo.
¿Algún libro en particular? Da un poco de palo decirlo porque es mas joven que yo y tal, pero Ben Brooks me enganchó muchísimo en ese momento y creo que me influyó bastante en el estilo. No a nivel de fondo, en ese rollo destroyer, sino a nivel formal. Pero tampoco es así exactamente. No sé.
Y, en cambio, ¿algo de lo que estés menos satisfecho? ¿Algo que cambiarías? Mmmmm. No cambiaría nada, pero yo mismo he cambiado. Reflexiones que en ese momento me parecían geniales ahora me resultan algo pueriles. Las dejaría en el libro pero no las repetiría.
¿Relees a menudo tu libro una vez publicado? ¿O eres rollo esos actores que nunca ven una película que han protagonizado? Una vez publicado lo he hecho varias veces, algunos trozos y tal. Me gusta. Estoy contento, y a veces que se me escapa una risa rollo “qué gilipollas”, porque el personaje en ocasiones es muy gilipollas, muy egoísta, como yo he podido serlo igual.
De hecho tenía miedo de ofenderte, pero ya que has sacado tu el tema… Leyendo el libro había momentos en los que Fer me caía fatal, muy muy mal. Rollo Holden de «El Guardián Entre el Centeno», al que odié muchísimo. Aunque debo decir que Fer en otras ocasiones me parecía muy divertido, y creo que ese pasar de sentir simpatía a antipatía y viceversa por él lo hizo más real para mí. El tema es que, como el hilo argumental es prácticamente su estado de ánimo, no hay filtro. Un amigo mismo me dijo el otro día que se sintió incómodo leyendo. Tiene comentarios machistas, xenófobos… Es muy desagradable a veces. Pero me gusta que sea así. Porque creo que, no sé, cuando estamos entre amigos en privado salen comentarios de este tipo, y bromas crueles e inseguridades, y quería que fuera auténtico: directo y sin filtros. Además creo que he desarrollado un personaje que tiene lo peor de mí.
¿Sí? ¿Crees que plasmarlo en un libro ha sido una especie de manera para que no sea una parte de ti? Sí. O sea, no lo llevaría tan al extremo porque tampoco es que sea un mal tipo. Es inseguro, es egoísta, a veces no ve la realidad más allá de sí mismo o sus necesidades y deseos, pero me parecen interesantes los libros que desarrollan personajes así. De hecho uno de mis libros favoritos es «American Psycho» . A ver, Fer no es un psicópata. Pero me interesan esos libros en los que puedes estar lejos de lo que piensa un personaje, pero a la vez puedes meterte en ellos. De hecho me pasó esto: cuando tenía 19 años o así me leí «Alta Fidelidad«, que es otra referencia en el libro, y me estaba gustando mucho. Y pensaba que qué buen tipo no sé qué. Y hay un momento en el que (spoiler alert), explicando unas cosas con su ex novia, hace una pausa y dice: bueno, quizá haya cosas que no os haya explicado, le estuve poniendo los cuernos y tal. Y claro yo me sentí súper traicionado y me enfadé. Pero, al cabo del tiempo, me di cuenta de que aquello era lo mejor que podía suceder para dotar de humanidad a un personaje. Que a veces las cosas malas te pasan porque te las mereces.
El tema del libro parece una historia de amor y desamor y tal, pero creo que leyéndolo con atención es más que eso. Lo digo por unas líneas en particular. Bueno, yo te lo señalo y me dices si estás de acuerdo: “Supongo que por aquel entonces yo era tan aburrido como ella. Y supongo, por sucesión lógica, que ya no lo soy. Es curioso lo frágil que se vuelve el verbo ser con el paso del tiempo.” Creo que es un libro sobre los cambios y lo rápido e imprevistos que pueden llegar a ocurrir. Me gusta. Me lo apunto. No de base, pero creo que tiene que haber una evolución, y que por eso quizá también creo que (a lo mejor me equivoco), Fer es más imbécil al principio que al final. Una amiga me dijo lo mismo, me cae fatal el prota, etcétera. Pero luego me vino y me dijo que al final se reconcilió con él. Creo que necesitaba esa oportunidad de cambiar, y si hay cierta evolución puedes reencontrarte con el personaje.
Creo que todos cuando hemos sido dejados hemos tenido ese momento musical de una ruptura que le pasa a Fer cuando está en el coche, y suena una canción de Los Planetas y se pone todo nervioso y ansioso por quitarla… Me pasó una cosa muy curiosa, perdona que te interrumpa. Ayer presenté el libro en Ripollet, donde nací y crecí, y un colega me dijo: “¡Yo estaba ahí cuando lo del coche y Los Planetas!» Y yo como… tío, pero si me lo he inventado. Y se ve que sí, que fue verdad. A veces hay cosas que se te guardan en la cabeza y ni siquiera te acuerdas.
Nah, te iba a decir que me había sentido muy identificada con escenas así y si tenías alguna anécdota parecida. Pero lo que me has contado cuenta como tal. Así que… ¿Qué se siente al publicar un libro? ¿Como escritor, qué metáfora inventarías que no fuese la típica de “dar a luz un libro”? Bueno, yo no soy mujer y no sé cómo es dar a luz, pero me parece bastante acertado. Iba a decir que es como… Cagar, pero es terrible decir esto. Es como sacar mierda; lo otro es sacar algo vivo. Así que creo que me quedo con lo de “dar a luz un libro”. Puede que me inventaría “extirpar un libro”, porque si no se te enquista.
¿Así que ves la escritura como un proceso de curación, de “exorcismo”? Yo creo que, como aparece en el libro en una frase (que es de mi amigo Amalio), hay que hacer cosas para que pasen cosas. Y, estando jodido, quieres que pasen cosas y haces cosas, y a lo mejor escribir el libro era un poco eso. No sé, yo ahora mismo estoy muy contento y feliz en mi vida, lo que es preocupante. Me decía un amigo: «¿Y de qué vas a escribir ahora, de lo bien y contento que estás?»
Me recuerda a la célebre frase de Lugi Tenco, cantante y poeta italiano, algo así como “me preguntan por qué solo escribo cosas tristes. Pues porque cuando estoy feliz salgo de casa”. Yo creo que hay una energía para escribir que viene del despecho, ya sea de la pareja,de la familia o del trabajo. No es tanto para fuera como para dentro, una especie de demostrarte a ti mismo que puedes hacer esto. Necesitas obsesionarte con algo y te obsesionas con algo que consideras que puedes hacer bien. Hay quien se apunta al gimnasio y quien se pone a escribir.
Juro que justo ayer yo me apunté al gimnasio. Decías lo de “cómo voy a escribir feliz”, así que sobreentiendo que tienes una concepción de que la materia literaria siempre sale de uno mismo. No sé, ¿te imaginas escribiendo algo totalmente ajeno? Una historia de un perro, o una historia sin personajes… ¿Una historia de un perro? (se ríe)
(me río) Sí. Yo qué sé. ¿Has practicado escribiendo algo que no esté relacionado contigo de ninguna manera? Es que creo que tengo un problema, y es que no sé escribir relatos: siempre tengo ganas de seguir alargándolo y alargándolo y me cuesta mucho sintetizar. Por eso no uso Twitter tampoco, me cuesta muchísimo sintetizar. He hecho alguno, pero con esos sí que me he avergonzado al cabo de un mes. Desde niño siempre tenia ideas a largo plazo. Esto es algún tipo de patología fijo. Tenia como figuritas de dinosaurios, y no eran juegos de una tarde: eran series. Por eso ha salido una novela, pero… No sé a qué venia todo esto.
Que si en un futuro te ves escribiendo literatura no como reflejo de una experiencia, sino como un mundo totalmente autónomo. ¿Y poesía? ¿Has escrito nunca? Debo decir que lo intenté, pero soy más lector. Aunque debo reconocer que me cuesta muchísimo. No sé si soy yo un poco psicópata, pero me he puesto a leer a gente que obligatoriamente debería gustarme y no he sentido nada. Con 25 me dio por leer a Ray Loriga, «Héroes» creo que era, y aquello sí que me llegó y me puse a escribir algo parecido. Pero no lo he vuelto a leer porque seguro que era lamentable.
Te ponía el ejemplo de la poesía porque es trabajo de puro lenguaje. Yo al menos la veo en las antípodas de la novela… (Aquí estuvimos un buen rato intentando imaginarnos cómo podría escribirse una novela sin personajes o si existe alguna. La mayoría son mmmhhhss y mmmmhss y no sé, por mi parte sobre todo. Cito a «Pedro Páramo» porque estoy obsesionada con ese libro. Pedimos más cervezas. Transcribo lo relevante. Samuel: “No me la imagino porque para mi los personajes son fundamentales, es en lo que me baso.”)
¿Algún proyecto futuro? Tengo en mente dos novelas muy diferentes entre sí. Estoy así un poco en bloqueo, rollo pastilla roja y azul. Una es muy continuista, en la misma línea que «Solo«, pero un poco más deprimente y oscurilla, que me apetece. Y la otra no tiene nada que ver, es así como ciencia ficción. Bueno, más rollo sociología-ficción-futurista. Me gustaría hacer una caricatura de un futuro cercano, aunque lo triste es que me parece muy realista. ¿Has leído «Menos Que cCro» de Bret Easton Ellis?
No, la literatura norteamericana la tengo muy aparcada. Bueno, nada, sería eso, una especie de parodia de como sería la nueva sociedad de aquí a veinte años. La nueva medicina, las nuevas redes sociales… Y, bueno, para paliar un poco mis carencias en el tema, más que hablar de cambios políticos me centraría en un personaje, en primera persona y tal…
¿Qué ventajas crees que ofrece una primera persona sobre una tercera al narrar? ¿Por qué la elección de la primera persona en «Solo»? En primer lugar creo que para mi es mas fácil de escribir: me ayuda a perfilar mejor el protagonista, mientras que en tercera persona hay algo que se pierde. En primera puedes usar el lenguaje desde el propio pensamiento del tipo, y creo que ofrece una cercanía interesante. Me gusta retratar el punto de vista de un personaje en una situación. Puede ser una persona súper normal… Fer es súper normal en realidad. Situación y personaje se van dibujando mutuamente mas fácilmente.
Y, en cambio, ¿la idea de la otra novela? Tiene que ver con el final de «Solo«. Me gusta cuando alguien lo tiene todo muy bien construído y, debido a sus propias mierdas, lo manda todo a la basura; es algo que me resulta muy apasionante. Creo que es bastante típico, pero me parece muy interesante esto de «empiezo a hacer el gilipollas y se me cae todo a trozos«. Quiero hacer un personaje aún más imbécil que Fer, y pensaba en alguien más mayor, con buen trabajo, una relación sana, hecho a sí mismo, pero que por algún motivo se le cruzan los cables y empieza a joderlo todo.
¿Te atreverías a escribir desde el punto de vista de una mujer? Es que creo que es como si me pusiera a escribir sobre un personaje negro, me costaría mucho más y creo que no acertaría. Hay muchas mujeres que escriben, vamos a dejárselo a ellas. Yo quiero escribir sobre lo que sé o lo que puedo imaginar. Una cosa es el entorno y otra el personaje. Creo que el tema de ser mujer conlleva una dificultad a la que no me quiero enfrentar. Creo que en las series y en el cine muchos guionistas escriben sobre niñas ya no solo como si fueran niños en los tópicos, sino directamente como adultos. Y eso creo que es un error.
Siempre me han parecido muy curiosas las dos categorías «típicas» de escritores: está el que se sube a un barco y vuelve cargado de historias, y está el que se pasa los días sin salir de su habitación imaginándolas. Y estaba intentando ver por cuál tirabas tú. Yo soy cero académico, cero trabajador. Tiraría mas hacia la experiencia. Un día estaba en casa con Pau, mi compañero de piso, y me pasó a James Salter. Lo empecé a leer y me flipó. Luego fui a su biografía y le dije a Pau: «Joder, es que no podemos competir«. Somos gente nacida en los 80, no podemos competir. Este tío había estado en las fuerzas aéreas, había estado en la guerra de noséqué, había saltado en paracaídas de nosédónde. ¿ Y yo qué? Estuve jugando a la PlayStation 1, luego estuve así, luego tuve una novia, luego lo dejé y luego pues no sé, me hice Tinder. Somos una generación que estamos condenados a usar mucho la imaginación, o vamos a escribir sobre las mismas cosas una y otra vez.
Bueno, también es un poco la línea de lo que se está escribiendo ahora, ¿no? Por qué tirar de grandes historias y grandes literaturas si mi vida cotidiana me basta. Yo lo veo claro. Hay una cosa que es evidente: por ejemplo, si yo tengo una banda de música y toco en Barcelona no voy a tener que competir con Bon Iver más de una vez al año cuando venga al Primavera Sound. O con los Beatles, porque están muertos. Pero como escritor, vas a una librería y tienes a tu lado al escritor de moda en Estados Unidos, en Japón, y a toooooda la historia de la literatura. En colección Anagrama, además, que son más baratos. Lo tienes todo ahí. Claro, ¿cómo compites con eso? Con algo nuevo. Y al final creo que es nuestra oportunidad y nuestra condena: escribir cosas actuales. Es lo único en lo que podemos ganar a todos los autores de la historia de la literatura. Si te pones a hablar de lo de siempre, en 2016 llegas tarde y difícilmente dirás algo nuevo y mejor.
No sé cuál es tu tradición, tus lecturas, pero ¿cómo has dialogado con ellas? He intentado tirar millas por otro lado. Me parece la mejor forma. Obviamente, las influencias están ahí, pero si piensas en ellas se materializan y te siguen y se enganchan… Y copias. Yo seguramente he copiado sin darme cuenta, y creo que esta bien que esté así. El problema es cuando ves algo que te gusta y decides hacer lo mismo.
Para terminar…¿algún consejo para alguien que esté escribiendo su primera novela? Le diría que él lo sabe, que él sabe que está en lo cierto y que tire millas. Y, que si no lo sabe, que salga a la calle y ya le pasaran cosas.
Que haga cosas para que le pasen cosas, ¿no? ¡Sí! Esa era la respuesta. Hacer cosas para que te pasen cosas. Y entonces ya escribirá.
(Aquí interrumpo la grabación, pero pedimos más cervezas y seguimos conversando sobre un poco de todo un par de horas más. La charla con Samu es como su prosa: apasionante, ágil y divertida.) [Más información en la web de la editorial Milwaukee]