Gerald Floos construyó un motel para satisfacer sus deseos voyeurs… Y Gay Talase ha puesto su historia real en el polémico libro «El Motel del Voyeur».
Venga, en serio, ¿quién no lo ha pensado alguna vez? ¿Quién no ha fantaseado con poder espiar a los demás sin que nos vean y así pegarnos un buen atracón de porno en vivo y en directo (aunque para nada consensuado)? Será que todos hemos crecido con esas pelis de misterio en el que el asesino espiaba a sus víctimas a través de los ojos de un cuadro colocado estratégicamente. O será porque el voyeurismo es el algo que va entrelazado al ADN de todo ser humano… Sea por lo que sea, está claro que «El Motel del Voyeur» es uno de esos libros que todo el mundo va a querer leer.
Y es que la trama del nuevo libro de Gay Talase responde a una de las fantasías que todos hemos tenido alguna vez que otra: un señor crea un motel en cuyos conductos de ventilación ha instalado una «plataforma de observación» que le permite espiar a sus clientes. La idea es explorar sus costumbres sexuales y anotarlas en un diario que actúe como enciclopedia de las costumbres sexuales del hombre y la mujer comunes… ¿Dónde está el truco? En que el argumento de «El Motel del Voyeur» no es ficción, sino puro periodismo.
A principios de 1980, Talase recibió una carta de un hombre de Colorado que le explicaba todo al respecto de su particularísimo motel. Le carcomía la culpa, eso sí, porque además de toneladas de sexo también fue espectador involuntario de un crimen que no podía delatar si no se delataba a sí mismo. Ahora, muchos años después, Gay Talase y Gerald Foos (pues este es su nombre real) por fin ponen al descubierto esta perturbadora historia: el primero escribe, el segundo aporta la realidad pura y dura. No es de extrañar, entonces, que «El Motel del Voyeur» se haya visto rodeado de una polémica tremenda allá donde ha sido publicado. Y en España, donde Alfaguara lo acaba de publicar, no vamos a ser diferentes, ¿verdad?
Más información en la web de Alfaguara. Lee aquí las primeras páginas de «El Motel del Voyeur».